Project Syndicate (PS): En su ensayo โUn filรณsofo para nuestro tiempoโ, usted escribiรณ que Baruj Spinoza habรญa demostrado que la razรณn puede contrarrestar la โรบltima barbarieโ que ocasionan las pasiones humanas sin control. Tras unas elecciones presidenciales que, en Estados Unidos, encarnaron โfanatismos similaresโ a los que el autor del Tractatus theologico-politicus afrontรณ en su รฉpoca, ยฟquรฉ tiene que decir Spinoza a los polรญticos estadounidenses y a la sociedad civil? ยฟQuรฉ medidas prรกcticas pueden adoptarse para revitalizar valores fundamentales defendidos por Spinoza, como โla vocaciรณn cientรญfica, la creencia en los hechos objetivos, la civilidad democrรกticaโ y โla toleranciaโ?
Enrique Krauze (EK):ย Vivimos un capรญtulo mรกs en el eterno retorno de los odios teolรณgicos y polรญticos que Spinoza padeciรณ y enfrentรณ en su vida y su obra. Los temas del siglo XVII son aparentemente distintos, pero las pasiones son las mismas. Antes las atizaban los clรฉrigos y monarcas, ahora las figuras carismรกticas. Y, como entonces, la muchedumbre ciega se reรบne en la plaza pรบblica (ahora en la plaza global de las redes sociales) para linchar a sus irreconciliables enemigos.
Ese retorno de la intolerancia vuelve vigente a Spinoza. Sus tratados son una especie de biblia laica de civilidad republicana. Pero Spinoza no se hacรญa ninguna ilusiรณn sobre la influencia de sus ideas en las grandes masas. Su apuesta de enmienda intelectual, como dirรญa รฉl, estaba destinada a las minorรญas ilustradas de su tiempo y a la posteridad. Y no se equivocรณ: estamos hablando de รฉl en el siglo XXI.
Spinoza veรญa el triste espectรกculo del mundo con una cierta estoica resignaciรณn, pero una resignaciรณn libre de tristeza, una resignaciรณn creativa que lo movรญa en dos direcciones. Por un lado, a indagar con espรญritu cientรญfico lo que ocurrรญa ante sus ojos. ยฟNo vivimos ahora fenรณmenos nuevos โsociales y naturalesโ que desafรญan y atizan con urgencia la comprensiรณn? Yo asรญ lo creo, y no veo que se haya extinguido la curiosidad cientรญfica aunque, por supuesto, hay que alentarla. Por otro lado, hay en la vida y obra de Spinoza una extraordinaria combatividad crรญtica. Quienes podrรญamos enfrentar la era oscura de Trump (y, en general, la de los nuevos fanatismos de la identidad, los nuevos imperialismos y los populismos) no hemos renunciado a combatir.
Asรญ que la lecciรณn es clara. El mundo sigue siendo un espectรกculo triste y el poder de la razรณn, limitado. Pero no tenemos otro recurso que la razรณn para comprender las viejas y nuevas pasiones y asรญ liberarnos de ellas. La razรณn es una terapia universal de efecto paulatino. Y al mismo tiempo debemos defender la libertad individual contra las โรบltimas barbariesโ de nuestra era.
PS: En su ensayo explica que el Estado spinoziano es โregulador, no represor, de las pasiones religiosas, promotor de la justicia y la caridad, garante de la libertadโ. Tambiรฉn hace notar que su trabajo como pulidor de lentes le proporcionรณ a Spinoza โuna independencia filosรณfica que le permitiรณ vivir sin ligas con su antigua comunidad y libre para criticar a los poderes de su tiempoโ. Ahora que el papel del Estado y del mercado vuelve a ser objeto de acalorados debates, ยฟesta visiรณn sigue teniendo vigencia? ยฟQuรฉ puede decirnos Spinoza sobre la responsabilidad de los Estados para con sus ciudadanos?
EK: Con toda su clarividencia, Spinoza no anticipรณ al Estado totalitario. El drama de su siglo fue el de las guerras de religiรณn. Para enfrentarlo propuso la idea de un Estado o un cuerpo soberano que limitara las manifestaciones activas de la fe, es decir, los fanatismos activos, que condujeran a la guerra o a la perturbaciรณn de la paz. Las personas tendrรญan toda la libertad de creer, pensar y expresar sin obstrucciรณn alguna y segรบn las inclinaciones de su naturaleza, pero el lรญmite estaba en no perturbar la paz pรบblica. Ese diseรฑo es el que ha privado en todas las repรบblicas liberales de nuestro tiempo. El Estado ha sido garante de la libertad de creencias. Por eso dice Spinoza que el fin del Estado es la libertad. Lo que no anticipรณ ni podรญa anticipar es el advenimiento del Estado que โcomo el nazi o el soviรฉticoโ reclamara el lugar de una nueva iglesia dogmรกtica e intolerante. Frente a semejante novedad histรณrica, los individuos quedan completamente desamparados, pierden toda libertad. El Estado ejerce la guerra de religiรณn contra ellos. Pero, dada la mutaciรณn de esos totalitarismos en los nuevos regรญmenes autoritarios y populistas de nuestro tiempo, las ideas de libertad y tolerancia que plasmรณ Spinoza siguen vigentes.
PS: El โsalto a la libertadโ de Spinoza se beneficiรณ en parte de que el filรณsofo adoptara la โcultura libreโ, en la que el intercambio horizontal de folletos y libros impresos sustituyรณ a la โcultura universitariaโ, que hace pasar el conocimiento โdel maestro al alumnoโ y vive apegada a una โinflexible escolรกsticaโ. ยฟEso significa que, para cultivar la razรณn y la responsabilidad cรญvica, deberรญamos replantearnos nuestros enfoques de la educaciรณn? ยฟExisten perspectivas actuales que merezcan ser emuladas?
EK:ย Creo que debemos ejercer una crรญtica profunda de la instituciรณn universitaria como fuente de conocimiento y cultura. Paralelamente, urge redescubrir la importancia de la conversaciรณn. Y, en efecto, Spinoza tiene un mensaje para nosotros. Spinoza rechazรณ un puesto universitario porque la instituciรณn misma le restaba libertad. Prefiriรณ formar cรญrculos de estudio alrededor de la cultura libre. La cultura libre pasa por la imprenta y los libros, busca al pรบblico lector, y es ante todo conversaciรณn. Recordemos que en el siglo XVII la cultura libre presionรณ, desde la sociedad, a favor de la tolerancia religiosa, al tiempo que se hacรญa cargo del desarrollo y ascenso de las burguesรญas y la dinรกmica del comercio. Se requerรญan profesionales autรณnomos, ya fuera que se emplearan como funcionarios (Hobbes, Milton) o como consultores de familias adineradas (Locke), o emprendieran por su cuenta (Pascal puso un negocio con las carrozas que heredรณ de su padre: rutas de transportaciรณn pรบblica por una cuota modesta). El mismo Leibniz tuvo diversos empleos y contratos de asesor, consejero, tutor, mientras se involucraba en publicaciones y el oficio de editor. Spinoza ejerciรณ el oficio de pulidor de lentes por interรฉs cientรญfico en la รณptica y porque era su fuente de independencia. En su tiempo, la conversaciรณn libre se habรญa mostrado ya como parte de la voluntad general e individual. La extraordinaria producciรณn intelectual, artรญstica, cientรญfica y tecnolรณgica que se creรณ desde la cultura libre evidencia que fue mucho mรกs amplia e influyente que la de las universidades europeas. En suma, la conversaciรณn โy no el aulaโ es el origen y el lugar de residencia de las sociedades y las instituciones libres y modernas.
PS: En Spinoza en el Parque Mรฉxico no solo habla del autor de la รtica sino de una amplia gama de escritores, filรณsofos y pensadores, incluidos otros judรญos โheterodoxosโ sobre los que en su dรญa planeรณ escribir un libro aparte. En lo que respecta a la bรบsqueda de la libertad, ยฟdรณnde se solapan โo chocanโ los legados de figuras como Heinrich Heine y Karl Marx, que usted tambiรฉn menciona, con el de Spinoza?
EK: Heine llamaba a Spinoza โmi hermano en la incredulidadโ. Fue casi el san Pablo de Spinoza. Y el joven Marx dedicรณ un aรฑo al estudio de Spinoza. Los tres creรญan en la perfectibilidad humana en distinto grado y manera. Spinoza desde la razรณn, Heine como una hazaรฑa de la libertad, Marx a travรฉs de la revoluciรณn redentora.
Quizรก el mรกs realista fue Spinoza. Fue un precursor de la moderna democracia liberal, con su muy humana imperfectibilidad, pero tambiรฉn con sus principios de racionalidad y tolerancia. El siglo XX serรญa el escenario donde las ideas de Spinoza sobre el lugar de la razรณn en la vida humana encontrarรญan su prueba mayor. ยฟLa perdiรณ? A juzgar por lo ocurrido entre 1914 y 1945, sin duda. ยฟDefinitivamente? No estoy seguro, no quiero estar seguro.
De un modo similar Heine hallarรญa la prueba mayor en el siglo XX. Es el poeta de la libertad. Libertad frente al poder y los poderes. Tambiรฉn para Heine el siglo XX serรญa el escenario de la mayor prueba. ยฟLa perdiรณ en Alemania, en Europa, en Rusia? Sin duda. Basta recordar a los muertos de las guerras mundiales y civiles, el Holocausto y el gulag. ยฟLa perdiรณ definitivamente? No lo creo. No puedo creerlo.
Cabrรญa decir que, en alguna medida, el siglo XX fue el siglo de Marx. Lo fue en la medida en que la revoluciรณn atravesรณ el siglo de 1917 a 1989. Marx buscaba algo distinto a la libertad de la persona, busca la liberaciรณn colectiva. La prescribe y profetiza por vรญas redentoras. Discutiremos hasta el final de los tiempos si libertad y liberaciรณn convergen. Yo creo que no. Yo creo que la libertad es siempre individual y la liberaciรณn es la engaรฑosa libertad de los colectivos, que tiene otro nombre: poder. Y creo que eso justamente ocurriรณ con sus ideas: terminaron por voltear la emancipaciรณn contra sรญ misma. Lector de Spinoza y amigo de Heine, Marx confundiรณ la razรณn con la razรณn histรณrica y prohijรณ una ideologรญa de la liberaciรณn que aplastรณ a la libertad. Claro que es discutible si Marx, que muriรณ en 1883, tiene alguna responsabilidad de lo ocurrido en nombre suyo en el siglo XX. Si ese desenlace estaba o no implรญcito en su doctrina. En todo caso, el siglo XX fue tambiรฉn su lugar de prueba. Y es un hecho que la revoluciรณn no coincidiรณ con sus deseos, anรกlisis y profecรญas. ~
Publicado originalmente en PS Quarterly: The year ahead 2025, de Project Syndicate.
Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clรญo.