El Greco fue un pintor letrado, culto y con ideas, si bien su biblioteca amparaba ciento treinta volรบmenes. No sรฉ cuรกntos libros poseรญa Montaigne, pero de seguro era una cantidad menor a los miles de libros que se espera ver hoy en casa de un escritor. En el Renacimiento se volvieron locos de alegrรญa por rescatar una serie de textos que quizรกs abarquen menos que la colecciรณn de clรกsicos de la editorial Gredos. ยฟQuรฉ alcanzaron a leer intelectuales renacentistas como Pico della Mirandola?
Menciono a Pico porque muriรณ justo cuando Aldus Manutius estaba por sacar su primer libro en Venecia con la novedosa tecnologรญa de Gutenberg.
El invento, celebrado por muchos, no tuvo aprobaciรณn unรกnime. La Iglesia lo considerรณ una tecnologรญa subversiva, por lo que llegarรญa a establecer su Index librorum prohibitorum. Los amanuenses vieron peligrar su fuente de trabajo, tal como siglos despuรฉs contarรญa Federico Gamboa en El evangelista cรณmo los escribientes calรญgrafos serรญan derrotados por la mรกquina de escribir. A los puristas les pareciรณ que la imprenta entraรฑaba un gran defecto: las erratas estaban condenadas a reproducirse por miles.
Ademรกs estaban los amantes del libro como una joya. El condottieri Federico de Montefeltro era gran lector y humanista. Poseรญa una extensa biblioteca y dictaminรณ que ningรบn libro salido de alguna imprenta tendrรญa lugar en sus estantes. El hombre se contaba entre los mรกs adinerados de la รฉpoca, asรญ que podรญa รฉl mismo financiar traductores, copistas, ilustradores y artesanos que le encuadernaban los libros con cubiertas y herrajes de plata. Sobre รฉl, escribe Baldassarre Castiglione en El cortesano: โCon grandรญsimo esfuerzo reuniรณ un gran nรบmero de excelentรญsimos y rarรญsimos libros griegos, latinos y hebraicos, y todos los adornรณ con oro y plata, estimando que รฉstos eran la suprema excelencia de su magno palacioโ.
Eran รฉpocas en que el italiano aรบn se exploraba como lenguaje literario, y el buen Baldassarre abusa de los รญsimos, pese a recomendar que un cortesano โen cuestiรณn de letras debรญa ser mรกs que medianamente eruditoโ y โejercitarse en escribir verso y prosa, sobre todo en la lengua italianaโ, que รฉl llamaba โnuestra lengua vulgarโ.
Aunque Castiglione dedicรณ grandes elogios a Montefeltro, entregรณ el manuscrito de su Il cortegiano a Aldus para su impresiรณn en serie, y gracias a eso se convirtiรณ en un รฉxito editorial, muy influyente en toda Europa.
La imprenta tambiรฉn fue mal vista por algunos intelectuales por razones precisamente intelectuales. Se cuenta que Angelo Poliziano dijo: โLas ideas mรกs estรบpidas pueden ahora imprimirse en mil ejemplares y esparcirse por todo el orbeโ.
No sรฉ quรฉ pensarรญa Poliziano si viera el mundo editorial de hoy, en el que Amazon asegura vender treintaitrรฉs millones de tรญtulos diferentes, en el que se publica todo lo que se escribe y en el que hasta los grandes grupos editoriales han caรญdo en la innobleza de cobrar a los autores por publicar. Tanto Random House como Planeta venden paquetes de publicaciรณn que van de los 799 a los 4399 euros. Si usted vive en Mรฉxico, no tiene talento, y le sobran 106 mil pesos, puede comprarse el paquete โBestsellerโ de la editorial Planeta. Incluye 120 modificaciones sin costo extra, nota de prensa, booktrailer y una portada que tiende al kitsch, entre otras monadas. Algunos novelistas ahรญ publicados tienen amplias biografรญas literarias, como รฉsta: โTras licenciarse en Econรณmicas, trabaja en mercados financieros de diversos paรญses, hasta que en 2008 crea su propia empresa de gestiรณn de fondos de inversiรณnโ. O esta: โTiene pรกgina web y blogโ.
Luego de quinientos aรฑos, queda claro que Montefeltro y Poliziano se equivocaron en su juicio sobre la imprenta. Abaratar y multiplicar los libros fue una bendiciรณn para los lectores.
Quizรกs yo tambiรฉn me equivoco al juzgar que los libros no deben multiplicarse sin medida.
Se sabe que la mala hierba desplaza a la buena; y la ley de Gresham dice que la moneda mala saca de la circulaciรณn a la buena. Hay una ley libresca de Gresham, por lo que supongo que, en el balance final, tantos libros o, como dirรญa Castiglione, tantissimi libri, le hacen daรฑo a la lectura, a la cultura, al pensamiento.
(Monterrey, 1961) es escritor. Fue ganador del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2017 por su novela Olegaroy.