Gay Talese y la pesadilla del periodista

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La mitad de la portada de The Voyeur's Motel es ocupada por una fotografรญa tomada desde el estacionamiento del Motel Manor House durante el invierno. En la parte superior de la cubierta, el titulo de la obra compite con el nombre de su autor, Gay Talese, quien a decir de sus editores ha logrado en 240 pรกginas una extraordinaria pieza de periodismo narrativo. 

La historia, que le habrรญa llevado al autor 35 aรฑos sacar a la luz, fue esbozada en un extenso reportaje en The New Yorker. Su protagonista es Gerarl Foos, propietario de un motel de 21 habitaciones en Aurora, Colorado desde finales de los aรฑos sesenta, quien durante dรฉcadas se habรญa dedicado a espiar los encuentros sexuales de sus huรฉspedes a travรฉs de miras disfrazadas de rejillas de ventilaciรณn.

El individuo no solo satisfacรญa sus impulsos voyeurรญsticos, sino que ademรกs tomaba nota de casi todas las personas a las que espiaba: hombres de negocios que acudรญan al motel con su secretaria, matrimonios que estaban de viaje, esposas que engaรฑaban a sus maridos y viceversa, parejas hmosexuales. Foos se consideraba a sรญ mismo un estudioso de la conducta y el comportamiento sexual, pero sabรญa que no era lo suficientemente talentoso como escritor y escribiรณ a Talese a quien, incluso invitรณ a observar desde un lugar privilegiado a una pareja de Chicago que se dirigรญa a esquiar.

La publicaciรณn del relato abriรณ un debate sobre los lรญmites รฉticos del periodismo. Talese fue cรณmplice deFoos, que ademรกs lo hizo firmar un documento para asegurarse que no publicara nada hasta no recibir su consentimiento, no solo por transigir con un hombre que violaba la intimidad de otros y esperar hasta que ambos estuviesen fuera de peligro legal para sacar provecho de la historia, sino porque ademรกs conociรณ de un crimen del cual no informรณ en ningรบn momento a las autoridades.

Aun aceptando que en numerosas ocasiones se establece un acuerdo implรญcito o explรญcito de que el reportero registra y reporta, evitando comportarse como juez, Paul Farhi, reportero de The Washington Post, pregunta hasta dรณnde llega la responsabilidad de un periodista cuando es testigo de una actividad criminal.

El Post fue un poco mรกs allรก y confrontรณ al hombre icono del llamado Nuevo Periodismo, mostrรกndole, mediante una revisiรณn de los registros de propiedad, que en 1980 Foos ya no era propietario del motel, no obstante que los incidentes que se narran en The Voyeur's Motel habrรญan tenido lugar en la dรฉcada de los ochenta.

Talese se vio obligado a admitir que en las notas de su informante siempre hubo discrepancias en las fechas, pues su diario referรญa hechos acontecidos en aรฑos en los que no era dueรฑo del motel, e incluso al rastrear el asesinato de una mujer en una de las habitaciones del lugar, no fue posible encontrar ningรบn documento oficial en los archivos de la policรญa que acreditaran el suceso.

Pero como explica New Republic, los problemas que hoy enfrenta el periodista, quien hoy reconoce que su personaje es un hombre totalmente deshonesto cuya credibilidad ha quedado en la basura, son en gran parte su culpa, pues es inexcusable que con mรกs de tres dรฉcadas para fortalecer su investigaciรณn no haya verificado aspectos elementales de la historia que socavan la fuente principal de su libro.

Al igual que las leyendas urbanas, la pieza conseguida por Gay Talese sonaba demasiado buena para ser verdad. Como expresaba Tomรกs Eloy Martรญnez, no hay narraciรณn periodรญstica, por admirable que sea, que se sostenga sin las vรฉrtebras de una investigaciรณn cuidadosa y certera. El periodismo pierde mucha de su credibilidad cuando el profesional cree legรญtimo tejer trampas aquรญ y allรก, corregir sutilmente la direcciรณn de ciertos hechos o agrandar otros en la intenciรณn de conmover e hipnotizar a millones, pues esto convierte en mercancรญa lo que es, esencialmente, un servicio a la comunidad.

Al final de su vida, Talese estรก viviendo la peor pesadilla de su vida periodรญstica. La extraordinaria pieza de periodismo narrativo que aspiraba a ser su libro, saldrรก a la venta como una obra de ficciรณn. ~ 

 

 

 

 

 

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Periodista. Autor de Los voceros del fin del mundo (Libros de la Araucaria).


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