Dos son los poemarios โHilos y Cualโ que coinciden en este libro, aunque, en puridad, ambos conforman una unidad de voz y decir. Si en Husos (Pre-Textos, 2006), mediante una acendrada prosa poรฉtica, Chantal Maillard acotaba las zonas de la mente donde se generan/ ubican emociones y sentimientos especรญficos, ahora, en Hilos trata de elucidar โtramar una urdimbreโ la lรณgica de su propio pensar y la tensiรณn entre sentir (sensaciones e imรกgenes que provienen del exterior) y sentirse (conciencia intestina y atenta a los sentimientos que emanan de uno mismo). Difรญcil inteligencia รฉsta que precisa un desdoblamiento de la percepciรณn y un ecuรกnime distanciamiento para autojuzgarse. Y mientras se cavila en ese encarnado adentro (โdonde/ lo irremediable paralizaโ), el yo sustantivo (lo que se creรญa una unidad y no es mรกs que โel color/ que el hilo adopta por momentosโ) se va desvaneciendo en un proceso de extraรฑamiento y estupor en el que pierde atributos e identidades para acabar finalmente, โasomado a los otrosโ, confundido con ellos, deviniendo un anรณnimo Cual-quiera: menguante y residual, innominado y proteico; que atribulado espera, delega, contempla, ofusca y hastรญa.
En Hilos/Cual Maillard prosigue su excelente y particular indagaciรณn poรฉtica sobre los complejos vรญnculos entre experiencia y mente, mundo y ser, sentir y entender, vigilia y ensueรฑo, cuerpo y espรญritu. Poesรญa pura e introspectiva donde canto y reflexiรณn filosรณfica se aรบnan. El sujeto โdiscreto, casi evanescenteโ que habla en los poemas (โun centro que pronuncia y escribeโ), enclaustrado en su casa-caja vacรญa-huesos, aislรกndose del entorno, se interroga tratando de discernir las consecuencias de sus acciones y gestos, mide el calado de sus estados anรญmicos (angustia, impotencia, pรกnico, culpa, tristeza, desamor, tedio, desesperanza…), busca renovadas razones para seguir viviendo (โsalvar el hรกlito y prolongarloโ) o, como Maillard dijera en Husos, encontrar argumentos para aceptar que estรก โcondenada a querer vivirโ. Ciertamente este es un poemario de afirmaciones amargas, desencantadas y severas, sin concesiones a la retรณrica vana y que tampoco pretende ser una afectada รฉpica (bรกlsamo y autoengaรฑo) del sufrimiento, pues, como bien se dice en el รบltimo verso de este libro, se cumpliรณ el tiempo de las gestas y โLa orina del hรฉroe se ha secadoโ. En Hilos las palabras se esparcen como hilos de una telar virtual: entramadas y fluyendo aledaรฑas al silencio, fructรญferas y significantes, diรกfanas y precisas, ajenas a tรณpicos o naderรญas; refractarias a los falsos idoli, las quimeras salvรญficas o el consuelo.
A travรฉs de Hilos, se evidencia una constante preocupaciรณn por el progresivo deterioro del cuerpo (todo โcicatrizโ, inclusive la mente): los labios como โafeites ranciosโ y afilados, las manos implorantes con las palmas hacia arriba, โla carne incandescenteโ, la boca โselladaโ, las heces โcomo una tercera piernaโ… Los inapelables signos de la muerte, junto al desfallecimiento emocional, preforman un agรณnico trรกnsito hacia el punto final donde todo se convierte, como Maillard alude en varios de sus versos, en un โcero en la nadaโ. Sin embargo, a pesar de la extenuaciรณn y el horror contenido (โcerrando esfรญnteres/ por miedo a que se escape/ la vida…โ), resistiendo el acecho de la disolvente Nada (โla angustia es esa nada/ que de pronto florece/ en la oquedadโ), sobrellevando el pertinaz agotamiento, venciendo a la tentaciรณn de โirseโ y claudicar; pese a todo ello, en los poemas se opta (โDe pie./Para no enredarse con la sombraโ) inequรญvocamente por la vida (โla luz, el aire, el pรกjaroโ) y el deseo de encontrar, como recompensa a la porfรญa empleada en su bรบsqueda, una hospitalaria calma, un estado de sosiego donde nazcan y confluyan todos los sentimientos, emociones y pensamientos lรบcidos.
Para Maillard, la escritura le sirve, a la vez, como testimonio y mรฉtodo de inquisiciรณn sobre sรญ misma. De ahรญ que en Hilos abunden las referencias a la necesidad de escribir, al igual que hizo en Matar a Platรณn (poemario por el que obtuvo en 2004 el Premio Nacional de Poesรญa) donde incluรญa un apartado que relacionaba numerosas justificaciones al respecto. En esta ocasiรณn, Maillard escribe, sobre todo, para โorear los sedimentosโ que como mugre se adhieren a la mente, escribe para desprenderse (vaciarse de sรญ y del mundo) de un saber adquirido que ella misma pone en entredicho y quedarse tan solo con โlo indispensable acompaรฑandoโ; escribe para que los hilos dispersos de su experiencia se ovillen en una memoria a la que aferrarse (fe de una existencia); escribe para sanar la herida (jaques inferidos por la vida) mal cerrada y supurante de su alma; escribe, sin caer en una voluptuosa victimizaciรณn, para desentraรฑar y expulsar el dolor (liberar el โllanto detenidoโ) que emana de un cuerpo que se marchita y descompone; escribe para seguir confiando en la humanidad del lenguaje y asรญ poder โvolver a las palabras. Creer en ellas. Poco. Sรณlo/ un poco…โ Lo esencial para sobrevivir (vivir sobre) por arduo que esto resulte.
Tras Hilos y Cual, acaso a modo de plano orientativo, se anexa una suerte de caligrama o red cuyos hilos son los conceptos nucleares de sus poemas: describir, vivir (dos veces: ยฟlapsus o reiteraciรณn para que asรญ sea?), tentar, conducir, caer, decir, detenerse, trazar, entender, conmover, sobrevivir y llorar. Esas pocas palabras-concepto son la base de la urdimbre de los poemarios; telar cuyos hilos se extienden, ligan y entraman con la perseverante y armรณnica maestrรญa de un gobelino. Aunque al cabo: โยกQuรฉ rรญgidos los hilos, y quรฉ lento/ mi grito en el ahogo!โ ~