Ramón Llull y el secreto de la vida, de Amador Vega

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Amador Vega, Ramón Llull y el secreto de la vida, Siruela, Madrid, 2002, 311 pp.
MISTICISMO
La razón de la mística

A Linda Báez

¿Qué es lo que mueve al hombre a elaborar teorías místicas y a crear un mundo espiritual a partir de su experiencia poético-vital? ¿Por qué aún seguimos tratando de entender qué es el misticismo y qué resortes lo hacen saltar? Preguntas sugeridas por la lectura del libro Ramón Llull y el secreto de la vida de Amador Vega, para las cuales se proponen algunas respuestas.
     El misterio de la imaginación nunca será desmenuzado en sus más profundas capas. El misticismo, la filosofía y la poesía gustan de entremezclar sus fronteras, si es que las tienen, y de fascinar por el uso de la palabra en nuevos contextos. Quien entiende la palabra como el juego inacabable y mágico de la expresión máxima, se introduce por sus vericuetos como por un bosque encantado. La promesa de una aventura nunca antes vivida borra peligros y espacios demarcados.
     Para exponer una nueva teoría, pensar y repensar cada palabra desarrolla el arte de la convicción. La palabra no puede ser desgastada, y acudir a la memoria, al entendimiento y a la voluntad proporciona las fuertes raíces de su crecimiento. Si por un lado el lenguaje debe renovarse, por otro la tradición y los pilares de lo conocido son un sustento necesario. Las palabras de Gershom Scholem lo apuntalan al repetir la fórmula de "vino nuevo en odres viejos".
     Ramón Llull se vale de una versión sutil del arte de la cábala para desbrozar el significado de cada palabra. Su técnica combinatoria le permite girar sobre los usos de la lengua y abarcar la totalidad del vocabulario para entender la totalidad de la naturaleza. Acto nominativo a partir del Génesis como identificación de palabra y cosa, de divinidad y humanidad. El gran esfuerzo luliano consiste, como todo pensamiento cristiano, en desjudaizar la nueva religión. De ahí que considere la labor de conversión como la principal que da sentido a su vida. Si bien las fuentes de que se vale son indefectiblemente semitas, en versión judeoislámica, las convierte (y ésta es su primera conversión paradójica) en asunto cristiano. Después de todo, el cristianismo se deriva de una secta judía que adquiere carta de naturaleza con otra conversión, la del hebreo Saúl o Pablo de Tarso.
     Por el intrincado camino cristiano, Ramon Llull, ejemplo él mismo de una vida que de la terrenalidad pasa a la revelación y conversión, dedicará sus esfuerzos a propagar la nueva religión. Para ello, crea un sistema a partir de las teorías místicas de la cábala judía más la influencia sufí, referido a la interpretación de los textos y su lectura teológica. Traduce las sefirot o emanaciones divinas como dignitates Dei y les agrega el elemento combinatorio con sus complejas técnicas semimecánicas que incluyen la notación simbólica y los diagramas intercambiables. Asimismo adopta la interpretación algebraica de abstracción del pensamiento para reducirlo a fórmulas precisas que, de nuevo, conviertan las letras hebreas y su valor numérico a su equivalente latino.
     La síntesis judeo-islámico-cristiana que conforma Llull sobrepasó los límites espacio-temporales y su influencia sobre el pensamiento occidental se sintió aún siglos después de su muerte. Durante la época renacentista cobrará nuevas fuerzas en las figuras de Marsilio Ficino, Giovanni Pico della Mirandola y Giordano Bruno, entre otros, como ha sido estudiado por Frances Amelia Yates.
     Amador Vega, dedicado especialista de la obra luliana y proveniente de la Universidad de Friburgo, rica en manuscritos del pensador mallorquín, nos proporciona un detallado y preciso estudio introductorio a su obra en el libro que aquí nos ocupa. Incluye, además, una selección de textos lulianos que apuntalan su análisis y una bibliografía sumaria. En una primera instancia, Amador Vega parte de la Vida coetánea para exponer los principios que unen biografía y obra. Después pasa a analizar el proceso de la contemplación ascética en torno a sabiduría y compasión y, por último, se centra en la técnica del lenguaje místico y su transmutación alquímica. De este modo abarca los pasos fundamentales de la hermenéutica medieval para explicar la naturaleza humana y la divina en un contexto simbólico-poético.
     En la Vida coetánea, Llull entreteje los rasgos de lo profano con lo divino instaurando, a partir del relato de su vida y sus errores, el ejemplo de la conversión al credo religioso. "Es el amor profano el que dará sentido al amor divino y en el ejercicio continuado de la escritura, como en una inmensa plegaria, todo se hará presente", en palabras de Amador Vega. La poesía trovadoresca sirve de intermedio para trasmutar lo profano en lo divino y el rostro de la amada será el rostro de la divinidad. El arte de trovar será el arte de encontrar los rasgos de lo oculto en el mundo circundante. La revelación en el monte de Randa no hace sino confirmar la necesidad de un lenguaje universal que integre palabra, número y figuras geométricas para mejor trasmitir la doctrina cristiana. Círculo, cuadrado y triángulo aluden a la esfera celestial, a la cruz y a la trinidad respectivamente.
     La búsqueda de los nombres de Dios, idea tomada de los cabalistas hispanohebreos contemporáneos, es el medio por el que Llull pretende convencer a judíos, cristianos y musulmanes de la universalidad de su arte contemplativa. Como fenómeno de la época, la oposición entre razón y fe, que intensamente desarrollara Maimónides, trata de armonizarse por el pensamiento místico.
     En cuanto al método contemplativo, podríamos agregar que al desembocar en la oración se corresponde con el de la kavaná de los cabalistas, o paso de unión de la concentración hacia la oración. Es en la noche cuando la oración alcanza su forma perfecta, como ocurre en Blanquerna y en el Libro del esplendor o Zóhar. De igual modo, en el Libro del amigo y del amado la concentración ocurre por intermedio de un lenguaje expresado en versículos y dualidades metafóricas. Los versículos fungen a la manera de fórmulas contemplativas que se desarrollan a partir del pensamiento y la devoción. La palabra se eleva y se hunde en sus más amplios niveles semánticos.
     Amador Vega ha logrado en este libro un doble propósito. Si bien se trata de una exposición erudita indispensable para profundizar en la obra de Ramón Llull, es al mismo tiempo una presentación accesible para el lector profano. En ambos casos se disfruta de unos textos seleccionados de acuerdo con la frescura y originalidad propias de todo misticismo, por lo que su lectura es gratamente recomendable. ~

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