Foto: MovienerdDeluxe [CC BY-SA 4.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0)]

Action man

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1.

Pudo empezar con el asombro.

                  Despuรฉs de todo, ella siempre admirรณ los autos caros y entre sus posesiones no
faltaban recortes, hojas de calendarios, postales que adornaban las paredes, la cara de
algรบn mueble, y ofrecรญan a la casa cierta excentricidad, el toque distintivo que sรณlo puede
dar un Lamborghini Miura debajo del mantel.

Cรณmo olvidar tambiรฉn que se maravillaba
ante aquel Ford Topaz en rojo estricto
que conducรญa el tรญo Juan por las calles de tierra;
menos impresionante que todos los modelos de sus fotografรญas
era en cambio real,
mรกs tangible y cercano
โ€”y quizรก por lo mismo tan hermoso en su andar
como en sus ojos.

Debiรณ ser el asombro.

Un asombro tan grande como dios o como el cinescopio,
como un rayo en la noche de la imaginaciรณn
que luego serรญa flama,
la chispa en el cerebro de Glen Larson
cuyas manos, sin que supiera ella,
habรญan emborronado los primeros bosquejos de la historia,
definido escenarios, urdido los detalles de la trama,
hรฉroes y antagonistas todavรญa inmateriales
pero agrupados alrededor de รฉl, del poderoso
Pontiac Firebird
que ella verรญa correr por el asfalto de su televisor
โ€”todavรญa en blanco y negroโ€” con David Hasselhoff tras el volante.

Tuvo que ser asombro.

El pasmo de una chica a los 16 aรฑos frente al policรญa honrado
que recibiรณ un disparo en pleno rostro y se quedรณ tendido a lado de su auto
(Fade out)
hasta que aparecieron, un extraรฑo montaje de aviones y edificios,
de organigramas mรฉdicos, doctores, enfermeras, cirugรญa militar,
empresarios ignotos, grandes corporaciones,
la lucha por la supervivencia y finalmente
un rostro,
una fisonomรญa debajo del vendaje,
las palabras terribles โ€”no soy yoโ€”
que ponรญan bajo tierra su antigua identidad
y daban paso al hรฉroe, al conductor de KITT, el auto indestructible.

ยฟO acaso hubo otra cosa?

ยฟUna mรบsica extraรฑa, un sortilegio,
la forma en que al tocarse
se amaban entre ellas las palabras?
ยฟO fue sรณlo una voz, un efecto escondido en el doblaje
lo que hizo estremecer su memoria auditiva
y fue grabando a fuego las letras de ese nombre
โ€”Michael, Michael Knightโ€”
en un espacio en blanco de su imaginaciรณn
que entonces no sabรญa (era 1985) de alumbramientos
ni dolores de parto?

ยฟO fue la semejanza,
la extraรฑa simetrรญa del argumento?

Despuรฉs de todo โ€”mi madre me dio a luz a los 20 aรฑosโ€”
ella sรณlo tenรญa su gusto por los autos, por las tragicomedias de la televisiรณn
con hรฉroes justicieros y mรกquinas pensantes,
y tal vez fue sencillo crear la similitud,
una absurda metรกfora sobre el alumbramiento como prolongaciรณn,
cambio de identidad,
desdoblarse a uno mismo en otro cuerpo,
un cuerpo que no es tuyo pero es parte de ti
y se eleva a travรฉs de tus cenizas
igual que ese doctor en el libreto
levanta a Michael Knight de los rescoldos
que dejรณ Michael Long despuรฉs de ese balazo junto a la carretera.

Pudo ser el asombro, la voluntad, el gusto,
un derecho divino anejo a dar el ser,
el miedo al verse sola frente al abismo inmenso de la maternidad,
sola, sin nadie en derredor,
como en un escenario cuando apagan la luz
y se acaba esa magia de la televisiรณn
que protege a los hรฉroes de morir;   
pudo ser un deseo โ€”tan insensato hoy
como en aquel entoncesโ€”
de atraer sobre mรญ un poco de virtud,
un haz de aquella estrella que acompaรฑa el destino de los hombres de acciรณn, 
lo que llevรณ a mi madre, en un acto de amor,
a armarme, de algรบn modo, caballero,
a elegir para mรญ el nombre de su hรฉroe
para que, como รฉl, le arrancara los dientes al dragรณn
y hollara, con los pies, a los leones.

2.

Es sencillo frustrar las buenas intenciones.
Como el cristal, como el hielo delgado,
como la voluntad, asรญ
se quiebran.
Lo supo Michael Long aquella oscura noche junto a la carretera
y lo sabrรญa mi madre muchos aรฑos despuรฉs
al ver cรณmo el libreto iba cambiando,
cรณmo se reescribรญan signos y situaciones,
cambiaban los esquemas, la trama, el escenario,
y donde habรญa un atajo,
un tiro de guijarro entre el deseo y los hechos,
se interponรญa el abismo,
un cementerio de autos tan extenso como sรณlo se ha visto en la imaginaciรณn.

Despuรฉs de tantos aรฑos de firmar boletas escolares
cojas del mismo pie โ€”deportes, atletismo, etcรฉteraโ€”
tuvo que presentir mi escasa facultad para la acciรณn,
la distancia insalvable entre el niรฑo que fui
y el que debรญa de ser si deseaba abrigar
algo del heroรญsmo y esa luz interior
que acaso ella entreviรณ, como imagen mental,
entre los caracteres de aquel nombre.

Luego estaba el desvรญo,
una ruda metรกstasis en la caligrafรญa, 
una deformaciรณn
producto del asombro o la indolencia
porque no habรญa registros ni forma establecida
mรกs que atrapar al vuelo las palabras
e intentar delinear sobre el papel
una imagen posible,
una mancha de tinta aproximada
que imitara el sonido, la acรบstica del nombre,
sin importar si era su escritura real,
la que ella idealizรณ mientras veรญa
a David Hasselhoff en la pantalla. 

ยฟViolencia nominal o error en la gramรกtica?
Mรกs bien un accidente,
el paradigma en llamas desecho por el muro de la realidad
y no sรฉ si un presagio de mi propia escisiรณn,
todos esos detalles de menos en el acta
โ€”Compareciรณ:
                                 la madreโ€”
que hubo que rellenar para que no dolieran
y parecรญan navajas,
madreselvas de alambre sobre un renglรณn vacรญo
////////////////////////////////////   
el brazo de la ausencia partiendo por el centro a la persona,
rajรกndola del nombre al apellido.

Ni el mismo Michael Knight con toda su osadรญa
se hubiese mantenido inexpugnable
si delante de รฉl se abriera un escenario
y el escenario fuera como la vida real
โ€”sin cables, sin poleas ni efectos especialesโ€”,
como el miedo del niรฑo que no podรญa ser hรฉroe
porque no tenรญa el temple de los hombres de acciรณn,
era hijo natural,
y le asustaba todo, incluso
                                             presentarse,
pronunciar en voz alta las letras de su nombre
y decir a los otros que no era un nombre extraรฑo, si acaso
inexplicable,
como un acto de amor.

Porque pudo empezar con el asombro
pero en el fondo estaba todo cuanto hay detrรกs
de una niรฑez marcada por la ausencia,
todas esas preguntas que caรญan de los rostros como una tempestad
y eran casi aguijones tratando de forzar una respuesta,
un pasatiempo cruel porque era sรณlo un niรฑo y le aterraba
no la pregunta en sรญ
โ€”ยฟquiรฉn es tu padre?โ€”
sino que preguntarรกn para oรญrselo decir
como si fuera un truco,
una pequeรฑa gracia que habรญa aprendido a hacer;
todo lo que ha existido y cuanto puede haber
detrรกs de la pureza,
del amor de una madre
que al comprenderse sola frente al abismo inmenso de la maternidad
recordรณ las hazaรฑas del que fuera
su hรฉroe de juventud
y deseรณ mรกs que nunca nombrarme como รฉl
no para convertirme en un hombre de acciรณn
sino para enseรฑarme,
para que descubriera esa fuerza interior
que ella miraba en mรญ
cuando me repetรญa que el mundo era de Dios
pero se lo alquilaba a los valientes. 

 

Mayco Osiris Ruiz (Xalapa, Veracruz, 1988). Poemas suyos han aparecido en revistas como Sibila, Palimpsesto. Revista de creaciรณn y Literal. Latin American Voices. Es autor de El revรฉs de esta luz (Taller Ditoria, 2015).     

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(Xalapa, Veracruz, 1988). Poemas suyos han aparecido en revistas como Sibila, Palimpsesto. Revista de creaciรณn y Literal. Latin American Voices. Es autor de El revรฉs de esta luz (Taller Ditoria, 2015).ย  ย ย ย 


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