Como en los años que lo anteceden, en 2023 vieron la luz centenares de libros de distinto gramaje, número de páginas y calidad. Muchos de ellos fueron reseñados en estas páginas, muchos más no.
Por eso, invitamos a colaboradores, amigos e integrantes de la revista a recoger, aunque fuera de manera sucinta, en listas de uno a diez elementos, algunos de los libros publicados en este año que les resultaron memorables.
Este compendio no pretende ser un cuadro de honor o uno de esos rankings propios de esta época del año, pero confiamos en que, tanto en sus excentricidades como en sus coincidencias, reúne libros que vale la pena leer.
Emiliano Becerril
Editor de Elefanta Editorial
María Medem, Por culpa de una flor, Blackie books
Irene del Real, Todo lo que brilla, La Pollera Ediciones
Andrea de Ferraris, Churubusco, La Cifra editorial
Gaëlle Obiégly, Algo muy serio, Canta Mares
Lídia Jorge, Misericordia, Elefanta Editorial
Benjamin Labatut, Maniac, Anagrama
Henry David Thoreau, Caminar, Impronta
J.H. Rosny Ainé, La joven vampira, Aristas Martínez
Angie Cruz, Dominicana, Editora Nacional
Jean Bofané, Matemáticas congolesas, Elefanta Editorial
Christopher Domínguez Michael
Crítico literario, consejero editorial de Letras Libres
De lo que leí con pie de imprenta 2023, destaco, de Daniel Mansuy, Salvador Allende. La izquierda chilena y la Unidad Popular (Taurus, Santiago de Chile), un análisis que, al cumplirse el cincuenta aniversario del golpe militar de septiembre de 1973, revisa la figura de Allende, con muchísimo respeto, desde una posición conservadora, al grado que el propio presidente Gabriel Boric admitió haber sacado provecho de su lectura. El suicidio del presidente socialista, dice Mansuy (1978), no fue una variante del asesinato, sino un gesto estoico acorde con la tradición republicana chilena.
También disfruté de A guerra invisível de Oswald de Andrade (Todavia, São Paulo), de Mariano Marotto, donde cuenta las peripecias del gran poeta vanguardista brasileño, ya entonces militante comunista, en las vísperas de la Segunda Guerra mundial, más allá del Manifiesto antropofágico (1928), que es lo que conocemos en México. Combinando la crítica literaria y la crónica periodística, Marotto (1982) emprende la escritura de un libro que el propio Andrade hubiera querido escribir.
También, How Slavoj became Zizek (University of Chicago), de Eliran Bar–El (catedrático en York). Pese al prejuicio positivo del autor hacia Zizek, explica con detalle e imparcialidad el camino al estrellato del polímata esloveno.
Y también de Chile, en el terreno de la literatura pura, Mínimas (Alfaguara), de Francisco Díaz Klaassen (1984), notable libro de pensamientos y fragmentos, donde leemos, por ejemplo: “Las relaciones que establecemos con los muertos nunca se agotan. El único vaivén que sufren, bien mirado, es el del descuido. Algo que difícilmente despertará sus quejas”.
Luis Antonio Espino
Especialista en discurso político
Dana Rubin (ed.), Speaking while female: 75 extraordinary speeches by American women, RealClear Publishing
Todas las antologías de grandes discursos están acaparados por oradores hombres. Este libro hace justicia de género al seleccionar grandes discursos de mujeres estadounidenses a lo largo de los siglos.
Cruz Flores
Escritor
1. Miquel de Palol, Böotes, Navona
No hay novelista en el continente europeo que escriba como Miquel de Palol. Sus catedrales no euclidianas remiten al fantástico o a la épica, a la ciencia ficción o al cyberpunk, pero en el fondo son construcciones misteriosas, hechas de referencias mínimas que apuntan hacia territorios incómodos, difíciles de entender fuera de sí mismos. Böotes, su última catedral traducida al castellano, reafirma esto: es un libro retador, donde la fantasía de un mundo imaginado con reglas perfectamente claras esconde tras de sí un atentado contra las perspectivas moralistas y las tradiciones vanas de un mundo cada vez más automatizado.
2. Naomi Klein, Doppelganger: A trip into the mirror world, Farrar, Straus and Giroux
Una de las voces más sensatas del caótico Estados Unidos contemporáneo, Naomi Klein hace una excursión intelectual por los peligrosos terrenos de la ultraderecha “pop” estadounidense a partir del encuentro con su gemela malvada, la escritora ex feminista Naomi Wolf. Imagen de un mundo dominado por la posverdad y la política estomacal, Doppelganger nos muestra las consecuencias de sentirnos muy cómodos en nuestras burreras liberales, y nos recuerda que el fascismo y la represión están a una maroma discursiva de distancia.
3. Carlo Rovelli, White holes, Allen Lane
Científico con corazón de poeta, con sus últimos libros, Carlo Rovelli se ha convertido en el mejor divulgador de la ciencia en lo que va del siglo XXI. En esta ocasión, su objeto de estudio es lo que está más allá de los agujeros negros: el límite donde el tiempo y el espacio se distorsionan, y ya no existe nada que podamos comprender con nuestros nimios instrumentos humanos. Para ello, Rovelli cruza su propia práctica científica, y nos relata su enfrentamiento (profundamente humano) con la búsqueda de la verdad en un universo de paradojas y problemas irresolubles.
4. Mikaelah Drullard, El feminismo ya fue, Ona ediciones
En un contexto donde las vidas de las personas trans son fiscalizadas, asediadas y arrebatadas con total impunidad, la voz de la artista y activista Mikaelah Drullard es el reclamo de justicia más contundente. Su furioso postulado teórico, que toma “lo humano” como una construcción epistemológica occidental y excluyente, detona minas en toda la construcción discursiva de las buenas conciencias (incluso las que están dentro de lo queer) y exhibe, por medio de la incomodidad y la displicencia, los lugares en los que se intersecta la violencia sobre los cuerpos disidentes. Quizás no sea un aporte teórico “definido” y académico, pero, sin duda, es la terapia de shock que nuestra circunstancia cultural, tan cómoda frente al odio, necesita.
5. Alfonso D’Aquino, Nostalgia de Sirio, Ediciones Odradek
El único libro ya reseñado por mí en este top es la última obra de uno de los mejores (y más desconocidos) poetas de nuestro país. Vayan a leerlo.
6. Cristian Lagunas, El lado izquierdo del sol, Random House
Con su primer libro, Encuéntrame afuera, Cristian Lagunas mostró una pluma ligera y bella, sugiriendo ser uno de los narradores más precisos de su generación. En el segundo, y su primera novela, el oriundo del Estado de México retoma la figura de Yukio Mishima y la convierte en un prisma de momentos, dolores, deseos, añoranzas y sensaciones que afectarán a todo lector que se cruce con ella.
7. Ian McEwan, Lecciones, Anagrama
Hay vida después de escribir tu obra maestra: en Lecciones, Ian McEwan traza un camino por el siglo XX y sus tempestades, a partir de la historia de un joven que se relaciona íntimamente con su maestra de piano, y las olas de efectos psicológicos que esa relación tiene a lo largo de su vida. Nadie escribe la crueldad más cotidiana tan bien como el británico, y está es, acaso, su mejor novela desde Expiación, aunque también sea la más difícil, gracias a su espíritu de digresión y a los momentos ensayísticos que la cruzan.
8. Jon Fosse, Septología, De Conatus
Qué tino tuvo De Conatus para publicar, este año, la obra maestra de Jon Fosse en nuestro idioma. El reciente ganador del premio Nobel crea una atmósfera única, en la que el pasado y el presente son indistinguibles, en una novela que se preocupa por entender la angustia del sentido, lo indecible, lo numinoso.
9. Ge Fei, Memoria del paraíso, Adriana Hidalgo
Una novela histórica entrecruzada por un bildungsroman que retrata las circunstancias por las que pasaba China antes de Mao, Memoria del Paraíso es un elegante ejemplo del “decir sin decir” que caracteriza a la literatura del siglo XX en este país, asediando de forma metafórica las contradicciones de la “cultura oficial” sin aparentarlo. Por medio de una protagonista entrañable y una serie de viñetas prístinas, es un libro ideal para entrar en el horizonte de esta forma de escritura.
10. Varias autoras, Habitar la biblioteca, Biblioteca revelaciones
¿Cómo se construye una biblioteca? ¿Cuáles son las historias que circundan los libros que acomodamos, y las tensiones que establecen nuestras rutas lectoras? En este libro-archivo, escuchamos las visiones de catorce artistas, curadoras e intelectuales en torno al acto de organizar libros, remarcando la importancia de la lectura como medio de encuentro público y como dispositivo de pensamiento que también es dispositivo de exhibición.
Malva Flores
Poeta, narradora y ensayista, editora de poesía de Letras Libres.
En orden alfabético:
Adolfo Castañón, La campana en el tiempo 1970-2020, UAS / BUAP / Universidad Veracruzana
Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Las cartas del boom, Alfaguara
Elsa Cross, Isla negra, Era
Fabián Espejel, Antártida, INBAL / Instituto Cultural de Aguascalientes / Fondo de Cultura Económica.
Fina García Marruz, Pequeñas memorias, El Equilibrista / Universidad Veracruzana
Andrés Sánchez Robayna, En el cuerpo del mundo, Galaxia Gutenberg
Yorgos Seferis, Días 1931-1934, Galaxia Gutenberg
Pablo Sol Mora, Nada hago sin alegría, Rosamerón
Karen Villeda, Teoría de cuerdas, Vaso Roto
Federico Guzmán Rubio
Narrador, crítico y cronista
Juan Pablo Meneses, Una historia perdida, Tusquets
Todos hemos visto las imágenes de los aviones militares bombardeando el Palacio de la Moneda en el Golpe de Estado de Pinochet, pero no sabíamos que un piloto decidió mantenerse fiel a la democracia y bombardear el Hospital Militar. A partir de esta anécdota que él mismo vio de niño, Meneses emprende una investigación para averiguar lo que sucedió ese día y, de pasada, cuenta su rocambolesca vida como cronista.
Liliana Villanueva, Viento del Este, Blatt & Ríos
Creemos saber todo de China por su impresionante crecimiento económico, pero en realidad sigue siendo una gran desconocida. Este libro cumple el propósito original de la crónica: mostrarnos, desde una mirada personal y subjetiva surgida del viaje, cómo son esas tierras lejanas. Villanueva es desde hace tiempo una cronista esencial de la lengua española, y este libro lo corrobora una vez.
Álvaro Uribe, Tríptico del cangrejo, Alfaguara
Diario del cáncer en que Uribe narra su enfermedad, pero también su apego a la vida. Entre tratamientos agresivos y cirugías, interminables visitas al oncólogo y toda clase de efectos secundarios, Uribe sigue leyendo y escribiendo, platicando con los amigos y disfrutando el tiempo con su esposa como una férrea manera de oponerse a la muerte.
Tania Tagle, Germinal, Lumen
Un ensayo autobiográfico sobre el embarazo y el parto, que aprovecha estas vivencias esenciales para reflexionar sobre el concepto de lo milagroso, lo sorpresivo y lo monstruoso. Muchas características atractivas definen este libro, como las referencias originales o la originalidad con que se leen las referencias previsibles, la perfecta síntesis entre experiencia y reflexión o la prosa de Tagle, entre el cuidado aforismo y la anécdota relajada.
Cristóbal Marín, Atacama fantasma, Debate
Esta historia personal del desierto de Atacama hace exactamente lo que se debe hacer en un desierto: perderse. Marín habla de las momias prehispánicas y de pronto aparece Tolstói jugando tenis o habla de la matanza de los trabajadores de las salinas y surge una reflexión sobre el concepto de melancolía. La crónica transformada en ensayo, y viceversa.
Marina Closs, Pombero, Páginas de Espuma
Ninguna prosa se parece a la de Marina Closs, cuyo proyecto se basa en un estilo, consciente de que en él se juega la suerte de la literatura. Hay, además, una región que en un principio fue real, pero ahora es imaginaria gracias a sus cuentos: la provincia de Misiones, en Argentina, en la que la influencia de los inmigrantes alemanes se cruza con la de la cultura guaraní.
Alejandro Zambra, Literatura infantil, Anagrama
Podría pensarse que esta mezcla de cuento, crónica, diario y autobiografía tiende a la dispersión, pero en realidad condensa un estilo y una manera de ver la vida –con el humor y la ternura como ejes– que ya son marca de la casa Zambra: una casa acogedora.
Didí Gutiérrez, La alegría del padre, Alfaguara
Hay varios puntos importantes que agradecerle a esta hermosa novela, que narra la relación de una hija con su padre: reivindicar la ficción como herramienta para narrar la vida, inventar una voz para exhibir la ridiculez de la realidad y recordar que, sobre las grandes gestas y la desgracia acechante, la posibilidad de la felicidad es real.
Claudia Apablaza, Historia de mi lengua, Comisura
Apablaza, inmigrante chilena en Madrid, escribe sobre su lengua, literal y metafóricamente, sobre cómo su lengua desplazó los dientes y cómo debe adaptar su español chileno al peninsular y cómo el mundo, ya sea mediante ortodoncistas o editores autoritarios, busca regular la forma en que su lengua dice.
Óscar Contardo, Loca fuerte. Retrato de Pedro Lemebel, Universidad Diego Portales
En lugar de quejarnos de la falta de biografías sobre los grandes escritores latinoamericanos, habría que leer las que existen, sobre todo si son rigurosas, inteligentes, sentidas y ágiles, como es el caso. Como sucede con la lectura de las grandes biografías, al terminar de leer esta uno concluye que la figura de Pedro Lemebel es inagotable.
José Homero
Escritor
1. Ángel Ortuño, El palacio de las uñas, Impronta / Metrópolis Ediciones
Arremeter contra toda noción –o siquiera prurito– de un sentido mayestático es el impulso primordial de esta escritura. Su revuelta no se dirige únicamente contra Dios, la metafísica o la filosofía, sino asimismo contra la entronización del arte, la poesía, la política, el ecologista… todo lo que huela –o hieda– a buena conciencia. Nutrida del abono de la cultura relegada: el porno, el gore, el metal, la nota roja, estos poemas proponen una de las visiones más acerbas de una poesía a ras de tierra, y por ello, tan palpitante y nutricia como una babosa feliz de tomar el sol tras dejar su lecho de sedimentos.
2. Nick Cave y Sean O’Hagan, Fe, esperanza y carnicería, Sexto Piso
Compuesta mediante conversaciones que terminan tramando una reflexión, esta obra es el testimonio de un hombre que ha sabido aprender de sus experiencias para emerger distinto. Y un emotivo itinerario personal de quien, a través de la pérdida y el dolor, ha encontrado un sentido a la vida. Por momentos Cave reflexiona como un filósofo moral que conoce algo que nosotros todavía ignoramos. Inspirador y conmovedor.
3. Fina García Marruz, Pequeñas memorias, El Equilibrista/ Universidad Veracruzana
A caballo entre la autobiografía, el ensayo en clave íntima y el cuaderno de apuntes con observaciones que rezuman poesía, esta obra escrita cuando su autora tenía 32 años se publicó por vez primera completa en este 2023, año del centenario del natalicio de Fina García Marruz. Ahonda tanto en el pasado familiar, con fino talante narrativo, como en el examen de su vocación poética, la robustez de la fe y la conformación de su imaginario.
4. Alana S. Portero, La mala costumbre, Seix Barral
Historia de iniciación, la primera novela de Portero narra el desarrollo de una mujer trans, desde su gestación como un capullo varón hasta su periodo de crisálida antes de extender sus alas de polvo y purpurina en una ciudad asolada por la droga, el sida y la desigualdad social. Aunque matizada con referencias mitológicas y una configuración feérica, no es una obra complaciente, sino amarga y cruda, como un filme neorrealista que no escatimara el humor ni la ternura.
5. Concepción Company Company, Hablar y vivir en América, El Colegio Nacional / UNAM
A través de perspectivas y enfoques de varias disciplinas, esta urdimbre colectiva refiere el tránsito del español de lengua de conquista a lengua patrimonial, como sentencia Company en el prólogo. Territorio de encuentros, este abigarrado compendio estudia no solo los intercambios lingüísticos y culturales sino que en sí es una zona de intersticios entre diversas disciplinas: lengua y literatura; lengua y antropología; lengua y cultura. Un libro indispensable para el interesado en la lengua como una entidad –más que identidad– viva.
6. León Plascencia Ñol, Manada de bisontes en un sueño, Tedium Vitae
Lo que palpita y agita la escritura de Plascencia Ñol es el lenguaje, entendido no solo como expresión semántica, sino ante todo como forma. De ahí que el título de esta antología, que comprende de 1998 a 2020, el cual alude al lenguaje, sea un auténtico camino de comprensión en varios sentidos: para cubrir un periodo, para cifrar la memoria –una pulsión tan importante como la sígnica– y para entender una obra que es una de las más importantes de la poesía contemporánea de México.
7. Clara Anette Benengalli, El hombre que amó a Matilde Urbach, Sképsi/ Casa de Poesía Silva
Centón y homenaje a la delirante empresa novelística de Elvira de Alvear, esta obra que se presenta como novela, pero que es también un ensayo en torno de un hombre que amó a las mujeres y a cambio solo recibió desplantes –esa historia podría ser la historia de cualquiera–, asedia, merodea, las desventuras eróticas de Borges con fina astucia narrativa y elegante sapiencia literaria. Una rareza en las letras mexicanas trufada de referencias, de guiños, intertextos, vericuetos y complicidades.
8. Volker Ullrich, Ocho días de mayo. De la muerte de Hitler al final del Tercer Reich, Taurus
Entre el suicidio de Hitler, el 30 de abril, y la capitulación incondicional de Alemania, el 7/8 de mayo, se vivió un interludio en el que el pueblo germano debió enfrentarse, por una parte, a su pasado inmediato, y por la otra, al porvenir representado por sus vencedores. A partir de este extraño lapso, Ulrich, especialista en la Alemania nazi, configura cómo una nación enfrentó el legado terrorífico del nacionalsocialismo. Este fresco, basado en innumerables testimonios, es una prodigiosa lección de historia, contada con pericia narrativa.
9. Walter Isaacson, Elon Musk, Debate
Isaacson, biógrafo avezado, ha elaborado la mejor biografía de Musk hasta la fecha porque el polémico inventor-empresario le permitió convertirse en su sombra por unos años, y le proporcionó información exclusiva. Con entrevistas a una multitud de familiares, amigos, exparejas y empleados, el autor consigue ofrecer un retrato poliédrico y en ocasiones ligeramente complaciente de una de las figuras que han moldeado el siglo XXI.
10. Víctor Toledo, Sonido de gardenias, BUAP
Con un ojo atento a las derivaciones lingüísticas –paranomasias y perífrasis que se convierten en metáforas– y otro a las resonancias mitológicas, Toledo ha construido una poesía personal donde incluso la autobiografía se convierte en narración epopéyica. En esta obra sinestésica aborda su infancia en Córdoba con un fecundo caudal lírico.
Eduardo Huchín Sosa
Editor de Letras Libres
Phyllis Rose, Vidas paralelas: Cinco matrimonios victorianos, Gatopardo ediciones
El puro chismorreo vuelve ya recomendable este libro que habla del horror de John Ruskin al ver, por primera vez, el cuerpo de Effie Gray en su noche de bodas; de la relación al inicio clandestina y luego pretendidamente igualitaria entre John Stuart Mill y Harriet Taylor, a quienes hasta el marido de Taylor les prestaba la casa para sus reuniones; o la sorpresa que se llevó Thomas Carlyle cuando se enteró que su esposa Jane Welsh tenía un talento literario sin par. A través de estas historias, extraordinariamente bien documentadas, Phyllis Rose busca entender la sociedad de su época y qué tanto ha cambiado la institución matrimonial.
Didí Gutiérrez, La alegría del padre, Alfaguara
Una novela conmovedora como pocas, que evita algunos lugares comunes de la relación entre padres e hijos, para aventurarse a otras formas de narrar “la muerte del padre” sin acudir a tópicos como el parricidio o la búsqueda del padre ausente. Sin ser tampoco una bitácora del duelo, esta novela restituye la complejidad de las vidas comunes y corrientes y de los padres de verdad buenos, cuyos deberes con la familia no los eximen de cometer errores o hacer daño; por no mencionar la multitud de temas que se asoman en sus páginas: la derrota ante el cuerpo, el lenguaje médico para doblegar la idea de la muerte o las relaciones entre enfermedad y dignidad.
Lyanda Lynn Haupt, El estornino de Mozart, Capitán Swing
Una ornitóloga le sigue la pista a una curiosa anécdota de la vida de Wolfgang Amadeus Mozart: un día, el compositor entró a una tienda de animales y encontró un estornino que sabía cantar una de sus obras. Se lo llevó a su casa, donde lo tuvo por tres años. Este episodio le sirve a Lynn Haupt para plantear no solo interesantes hipótesis sobre la influencia del estornino en más de una composición de Mozart sino para discutir su problemático estatus como una de las aves más encantadoras y más ecológicamente desastrosas de nuestro tiempo.
Gabriel Wolfson, No sé lo que soy pero sé de lo que huyo: Crítica de una literatura mexicana, Universidad Autónoma de Querétaro
Casi al tiempo en que se desató un debate en redes sociales sobre el papel, los alcances y las metamorfosis digitales de la crítica literaria, terminé este libro, que recoge reseñas y ensayos sobre autores contemporáneos y clásicos de la literatura mexicana (cuyos nombres omitiré tramposamente). Mientras me echaba los sabrosos textos de Wolfson, tuve de nuevo esa impresión de que hay varias reseñas –aquí y allá, escondidas en libros recopilatorios o perdidas en páginas web ahora solo disponibles en archive.org– que a menudo son mejores que los libros que las provocaron.
Chuck Klosterman, Los noventa, Península
Un agudo y divertido análisis de la década que pecó de un optimismo que ahora nos parece inexplicable. Klosterman traza vínculos entre productos (como Friends, extrañamente ajena a tener marcas temporales), momentos deportivos de autoengaño (como la insólita temporada en que Michael Jordan jugó en un equipo de béisbol) o sucesos que tienen todavía resonancia en la actualidad (como la paliza a Rodney King). La música, la cultura pop y extrañas historias sucedidas en Estados Unidos le ayudan a Klosterman a encapsular el espíritu de una época.
Elisa Corona Aguilar, Notas sobre silencios, Universidad Autónoma de Nuevo León
Una exploración atípica –por aventurada y diversa– al silencio desde la academia, el pensamiento y el arte. En lugar de imaginar un silencio utópico que nos salve del estruendo de la modernidad, Elisa Corona investiga cómo opera el silencio en las grandes ciudades, en los campus universitarios, en las salas de conciertos. El resultado es múltiple, original, desafiante, en un libro que incluye desde reflexiones sobre ecología, música contemporánea o los sonidos “inaudibles” en las grabaciones policiales hasta una reseña de distintos tipos de tapones de oídos.
Michel Eltchaninoff, Lenin pisó la luna: la disparatada historia de los cosmistas rusos, Rosamerón
El cosmismo es una corriente del pensamiento que recorre subterráneamente la historia de Rusia desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, o para ponerle nombres al asunto: más o menos desde Dostoyevski hasta Putin. Entre sus postulados más radicales están la conquista del espacio y la vida eterna. Podría descartarse como un disparate filosófico, pero si uno es lo bastante perspicaz, puede darse cuenta que es el tipo de ideas que hoy mismo financian los hombres más poderosos del planeta, como Elon Musk o Jeff Bezos.
Luis Reséndiz, Algunas verdades están afuera pero de otras es imposible saberlo, Dharma books
Mezcla de ensayo sobre la cultura OVNI, memoria familiar, defensa de la provincia mexicana como el territorio fantástico por excelencia y ficción de tintes rocambolescos, este libro se toma todas las libertades necesarias para documentar y comprender nuestra fascinación por las historias de alienígenas ancestrales, conspiraciones al interior de los gobiernos, objetos borrosos en las grabaciones caseras o historias de investigadores que desaparecieron de la faz de la tierra después de haber descubierto una verdad incómoda.
Ann Patchett, Estos preciosos días, Alianza editorial
A pesar de la cursilería del título, esta compilación de ensayos personales está llena de hallazgos sobre cocinar, hacer las compras, formar parte de una familia católica. En su primer texto, Patchett examina la relación que tuvo con sus tres padres (uno biológico y dos padrastros) a partir de la idea que cada uno de ellos tenía sobre la vocación literaria (a uno le parecía un mero pasatiempo, pero otro aspiraba a ser escritor, aunque no tuviera talento). El resultado es absolutamente memorable.
Ángel Ortuño, El palacio de las uñas, Impronta / Metrópolis Ediciones
Una ley que me acabo de inventar dicta que cualquier libro de Ángel Ortuño que se reedite, compile o se recupere de un disco duro en un año determinado será el mejor libro de ese año.
Gisela Kozak Rovero
Investigadora, profesora, ensayista y narradora
Dahlia de la Cerda, Desde los zulos, Sexto Piso
Una gran lectura para personas de todos los sexos e identidades de género: por un feminismo incluyente, callejero y sin prejuicios, que interpela a las feministas radicales universitarias y de clase media. Sus virtudes superan sus defectos, entre ellos una perspectiva demasiado complaciente con los valores de lo que denomina “la periferia”, como si en todo colectivo humano no existieran aspectos discutibles.
Gaëlle Le Calvez
Académica y crítica literaria
1. María Baranda, Un leve aullido bajo la arena, Ediciones Monte Carmelo
Un leve aullido bajo la arena de María Baranda (Ciudad de México, 1962) es un poema largo, punzante, absolutamente hermoso sobre la muerte de la madre. El poema tiene ecos –completamente asimilados– de Paz, de Rimbaud, de Huidobro, de Ginsberg y del Cantar de los cantares. Explora cómo el tiempo se detiene con la muerte y lo que sucede cuando los cuerpos (como en el nacimiento) se desprenden nuevamente: “Era yo/que moría / cerca / como ella”. Pulverizado en textos fragmentados por la ráfaga del aullido, el libro se desgaja en cuatro partes. En las tres primeras en la casa vacía se escuchan un piano, breves diálogos, memorias donde la madre canta y aúlla: “…la música/ que se oye/ no es la misma/ en el pasillo”. En medio del infierno del duelo aparecen de forma intermitente rosas. Rosas en los pezones de la madre, rosas rojas en la casa. La cuarta parte cierra con un canto que celebra la presencia insistente del amor. Las rosas rojas le devuelven al poema (y a la poeta) el sentido de tiempo, el crepúsculo, la noche, la montaña, el campo, las estrellas.
2. Eva Castañeda, Ensayos para una historia de la economía doméstica, Elefanta
Ensayos para una historia de la economía doméstica de Eva Castañeda (Ciudad de México, 1981) es un texto híbrido, muy original y lleno de humor. Se define a sí mismo como caótico e inconsistente, es todo menos eso:
… mucho de lo que leerás acá no tiene un orden cronológico, aunque hay tramos que sí. Por lo general hablaré del dinero, del amor y la política. Omitiré los nombres propios que forman parte de esta historia. Ah, y la moneda será el peso. Enseguida se agote el tema hablaré de otra cosa, al final, hoy todo tiene que ver con todo
En efecto en la historia no hay nombres, pero no importa, el hombre y la mujer representados podemos ser cualquiera y por eso atrapa, la historia puede ser la nuestra. Una académica dedicada a las letras que lee, critica y escribe lo que le da la gana. La libertad de su escritura, el diálogo irónico con Marx, el aplomo de sus ideas, hacen de esta obra una de las propuestas más interesantes del 2023.
3. María Gómez de León, Linfa, UAEM
En Linfa, María Gómez de León (Ciudad de México, 1994) nos sumerge en una genealogía familiar donde una voz poética fluye entre recuerdos y retratos. Hay poemas que son escenas con diálogos y personajes y otros, más abstractos, donde predominan sensaciones, colores, sonidos. La correspondencia entre imágenes, ritmos, atmósferas –a veces líquidas, otras espesas–produce una obra con muchas dimensiones. Redonda y bien escrita, no sorprende que haya obtenido el Premio Internacional de Poesía Gilberto Owen Estrada en 2023.
4. Nadia Escalante Andrade, La raíz negra de los astros, Ala del tigre
Una constelación luminosa, una casa verde que renace, un cuerpo habitado por el deseo, todo esto es La raíz negra de los astros. Escribir, para Nadia Escalante (Mérida, 1982) es un “mecanismo para que todo lo impaciente revele un orden que podemos habitar”. Este proceso se va produciendo en la interpretación de la propia carta astrológica, una exégesis que resignifica el “yo” y el espacio que habita. La poeta distingue entre lo dicho y lo oculto y se redescubre “en lo tachado, lo que borr[a]/ y lo que escrib[e] al margen.” La escritura se revitaliza en el autoanálisis, pero también en la contemplación de la naturaleza:
Amo la complicidad de la vida, la persistencia del tejido de raíces que mantiene el suelo unido… Amo cómo las flores se desbordan hacia los seres pequeños para gestar los frutos… Escribo y tejo mi raíz con sus raíces.
En contradicción con su propia poética, que asume los límites y el fracaso del lenguaje, la escritura de Escalante funda un nuevo entorno, un ecosistema donde las palabras florecen.
5. Malva Flores, Casa Nómada, Ediciones Simiente
Malva Flores (Ciudad de México, 1961) nos devuelve a la tradición del poema río, a los encabalgamientos sonoros y visuales, al asombro, a la apuesta por las imágenes, al torbellino sonoro donde la respiración, el amor y el lenguaje son indisociables:
LABIOS como piedras
trocadas
trueque para decir te quiero todavía
en la noche dispar, al mediodía
de las revelaciones: ese encuentro
instantáneo de los ojos
cubriéndose a la vez del mismo brillo:
La reedición de Casa Nómada (Premio Aguascalientes en 1999) prueba que los buenos textos envejecen bien, poco importa si continúan, contradicen o reinterpretan un archivo, una tradición.
6. Sandra Lorenzano, Abismos, quise decir, Círculo de Poesía
Premio Nacional de Poesía Clemencia Isaura 2023, en este libro Sandra Lorenzano (Argentina, 1960) alterna escenas íntimas con escenas desoladoras donde madres buscan a sus hijos: “Alguien me cuenta que cuando aparece un resto/–pedacito de piel, hueso que es apenas astilla–/la madre lo toma en brazos y lo arrulla.” Nos conmovemos ante el horror colectivo que no todos podemos describir pero que todos atestiguamos. La poesía nos permite articular los miedos, los duelos, la distancia y nos recuerda la importancia de los ritos: “Cada amanecer elijo mis libros del día. Me sostengo en las páginas de otros. Me ato a las palabras ajenas. Voy y vengo entre el azar y la carencia. Tal vez sea ése ahora mi horizonte.”. Asombra y se agradece la precisión, la sencillez y la claridad con la que observa el mundo.
7. Daniela Rea, Fruto, Antílope
“¿Por qué la revolución a inicios del siglo XX … no [se] consideró al trabajo del hogar como un trabajo que debía ser reconocido, respaldado, pagado?” se pregunta Daniela Rea (Guanajuato, 1982). Un libro que denuncia la desigualdad, la disparidad, la opresión que aún sufren las mujeres mexicanas en el siglo XXI y que pone “en el centro el sentido político de la crianza”. La autora comienza narrando su propia historia que intercala con un diario donde relata el nacimiento y cuidado de sus dos hijas. El diario muestra el amor y la ternura de la madre, pero también su cansancio y frustraciones, sus dilemas éticos como periodista, y sus preguntas que intenta responder en la lectura de filósofas feministas. A su historia se agregan los testimonios de mujeres que la rodean, su madre Rosario, colegas y madres cuyas historias están marcadas por el abandono, el abuso, el maltrato y la precariedad. Se enfoca con detalle en lo que implica cuidar y en subrayar la carencia de soportes económicos o afectivos. La riqueza de Fruto es que nos interpela a todas: “abuelas, madres, hijas y hermanas”. “No todas somos madres, pero todas hemos sido hijas. Todas hemos cuidado y todas hemos sido cuidadas”.
8. Cristina Rivera Garza, El cuerpo que no está, Lumen
Por fin un libro que reúne la poesía de Cristina Rivera Garza (Matamoros, 1964). Desde el título, se puede reconocer dos de sus constantes poéticas: el aspecto fragmentario y el uso de claves para entrar en su obra (la(s) referencia(s) a una escritura anterior, en este caso, El invencible verano de Liliana). En el guiño cómplice también aparece una paradoja: la poesía se halla en el cuerpo —o en el texto— que no está. La lectura nos lleva más allá del propio libro siempre insuficiente, incompleto.
9. Tania Tagle, Germinal, Lumen
Breve y sencillo en apariencia, Germinal de Tania Tagle (Ciudad de México, 1986) es un complejo tejido que entrelaza definiciones, lecturas y notas personales sobre la maternidad. Parte de la experiencia individual, la transformación de su propio cuerpo, para después “analizar la forma en que se colectiviza” el embarazo. El milagro y la monstruosidad, como centro, originan un pensamiento agudo en el que la autora se posiciona como una estupenda ensayista.
10. Sara Uribe, Materia que arde, Lumen
Sara Uribe (Querétaro, 1978) desmenuza con inteligencia y cuidado un amplio archivo (cartas, novelas, poemas, entrevistas, estudios críticos) para narrar la vida de Rosario Castellanos. Reconstruye su infancia chiapaneca, su amistad con la también poeta Dolores Castro, sus influencias y su paso por la facultad de Filosofía y Letras todavía en Mascarones. Describe el recorrido profesional de la escritora feminista, a la vez que detalla el contexto intelectual del siglo XX mexicano. Un texto gozoso de principio a fin, con ilustraciones lindísimas de Verónica Gerber. Una biografía que termina siendo una conversación entre extraordinarias autoras.
Florencia Molfino
Editora de redes sociales de Letras Libres
Martín Kohan, Zona urbana: Ensayo de lectura sobre Walter Benjamin, Eterna Cadencia
Si bien París le sirvió a Walter Benjamín como espacio para reflexionar acerca de la modernidad del siglo XX (y sus antecedentes), Martín Kohan recurre a intercambios epistolares, diarios y en los textos mismos del filósofo alemán para crear una cartografía más amplia (con Berlín, Moscú y Nápoles) que, según el autor, constituye en su suma la “ciudad ideal” en la que basa sus investigaciones.
Lea Ypi, Libre. El desafío de crecer en el fin de la historia, Anagrama
Académica especializada en teoría política, la filósofa albanesa logra en esta biografía de un país, que a un tiempo es la de su propia familia, narrar la transición de la Albania estalinista a la democracia y el ingreso en la economía capitalista; una transición que deja expuestas las contradicciones de ambos modelos y la crudeza con la que se viven en primera persona los grandes acontecimientos históricos.
Dolores Reyes, Miseria, Alfaguara
Secuela Cometierra, primera novela de Reyes, Miseria es una inquietante no tanto por tocar temas que rozan lo fantástico como por los escenarios y personajes marginalizados que protagonizan la historia, trazados con lirismo y inclemencia por igual.
Liliana Muñoz
Crítica literaria
1. Eduard Márquez, La elocuencia del francotirador, Firmamento
Con rigor y entrega, el escritor catalán Eduard Márquez vuelca en La elocuencia del francotirador sus obsesiones medulares: la identidad, el doble, la memoria, el deseo o la búsqueda del pasado. Cada relato, delineado con precisión de cirujano, es una muestra de la devoción de Márquez por el lenguaje.
2. Georges Rodenbach, Brujas (la muerta), Firmamento
“A la esposa muerta debía corresponderle una ciudad muerta”, apunta el narrador de este libro. Considerada la primera novela ilustrada con fotografías en la que tanto texto como imagen dialogan entre sí, Brujas (la muerta) es una auténtica obra maestra de la corriente simbolista. En un juego de espejos, de fantasmagorías, el amor y la muerte se mezclan en el corazón de Hugues Viane, el viudo desconsolado, confundiéndose con las calles, los puentes y los campanarios de la pudorosa y doliente Brujas.
3. Pablo Sol Mora, Nada hago sin alegría, Rosamerón
Por medio de una afable visita a la Montaña, Pablo Sol Mora nos invita a reencontrarnos con el autor de los Ensayos. Al tiempo que el autor viaja hacia Montaigne, Montaigne viaja hacia nosotros y nos enseña el arte de vivir bien, de disfrutar del ocio y los placeres, de habitarnos a nosotros mismos. Pocos libros más agradables, sencillos y a la vez eruditos, que Nada hago sin alegría.
4. Carlos Díaz Dufoo, Epigramas, Firmamento
Artista de las formas brevísimas, Carlos Díaz Dufoo encontró en las máximas y aforismos la mejor expresión de su diabólica inteligencia. La reedición de Firmamento no solo le hace justicia, sino que también incorpora el “Ensayo sobre una estética de lo cursi” publicado en La Nave en 1916 y el “Diálogo contra el éxito literario”, publicado en la Revista Nueva en 1919.
5. Las despedidas, Jacobo Bergareche, Libros del Asteroide
Una historia sobre el amor, sobre la ausencia y sobre cómo el pasado participa en todo momento del presente. Dos líneas temporales, dos mundos que nunca se mezclan, un encuentro que basta para configurar toda una vida. Las despedidas es una bocanada de aire fresco en el panorama literario español.
6. Álvaro Uribe, Tríptico del cangrejo, Alfaguara
Aunque admiro las novelas y la esmerada prosa de Uribe, es el Tríptico del cangrejo el libro más honesto, el más desolador, el más crudo y, a la vez, el más luminoso de toda su producción literaria. A medida que la muerte se acercaba, Uribe escribía para continuar existiendo. No creo que nadie sea inmune a este diario del cáncer: el lector que se aproxime a estas páginas terminará francamente conmovido, agitado, lleno de vida.
7. Virginia Woolf, De viaje, Nórdica
Con textos inéditos en castellano, De viaje es un retrato de Virginia Woolf en sus viajes por Europa. Descubrimos a una mujer sencilla que disfrutaba de los países extranjeros, de los paseos, de las conversaciones con amigos, del café, e incluso del calor. Cúmulo de notas escritas al vuelo, el libro nos revela no solo la figura de la intelectual, sino también, sobre todo, a la mujer que gozaba de los placeres cotidianos.
Emilio Rivaud Delgado
Editor de Letraslibres.com
Lorrie Moore, I am homeless if this is not my home, Knopf
En esta novela sobre el duelo se conjugan las cartas que una mujer le envía a su hermana en el siglo XIX con el largo viaje en automóvil de un hombre y su exnovia muerta, una suerte de zombi, que se cae a pedazos pero sobrelleva su condición con ligereza. En su cuarta novela, Moore aborda la pérdida con humor y honestidad.
J. P. Cuenca, Descubrí que estaba muerto, Elefanta
Mientras investiga la muerte de su homónimo, el escritor brasileño J.P. Cuenca transita por las calles y las fiestas de un Rio de Janeiro en pleno boom económico previo a los Juegos Olímpicos de 2012. La denuncia de la corrupción y la frivolidad de las clases acomodadas se mezcla con el relato de una fragmentación.
Emmanuel Carrère, V13. Una crónica judicial, Anagrama
Los relatos de horror de los sobrevivientes, el arrepentimiento y la indiferencia de los acusados, la frialdad de un proceso judicial. Emmanuel Carrère narra el juicio por los atentados de 2015 en París con sobriedad, en un documento que ilustra el sentido mayor de la impartición de justicia.
Mauricio Sánchez
Editor de Gris Tormenta
Riad Sattouf, El árabe del futuro 6, Salamandra Graphic
Un buen final para una serie que recomiendo ampliamente. Sattouf cierra su autobiografía, compuesta por seis tomos, con un volumen dramático y melancólico, pero con un tono optimista.
Liliana Viola, Esta no soy yo. Biografía de Aurora Venturini, Tusquets
Sin saber si en algunas partes del libro se está leyendo realidad o ficción, lo cierto es que la fortaleza y vitalidad de Venturini es innegable.
Lucía Lijtmaer, Casi nada que ponerte, Anagrama
Un espléndido texto para sumergirse en la melancolía. Un acercamiento íntimo a la vida de quien crece sin entender del todo que está en otro sitio.
Valeria Tentoni, Emociones lentas, Ediciones Antílope
La poesía de Tentoni es bella y contundente. Y tener tres de sus poemarios reunidos en un solo volumen es un deleite.
Alejandro Zambra, Literatura infantil, Anagrama
Divertido y muy conmovedor. Escrito con el característico estilo de Zambra, es un artefacto raro, pero una pieza hermosa también.
Juan Cárdenas, Peregrino transparente, Periférica
Una novela de aventuras con un bellísimo manejo del idioma.
Juan Villoro, La figura del mundo, Random House
Un viaje que invita a reflexionar sobre nuestras propias historias familiares.
Emmanuel Carrère, V13. Crónica judicial, Anagrama
Con descripciones muy lúcidas, este es un libro muy recomendado para todos los que estudian periodismo.
Cristian Vázquez
Escritor
Hernán Díaz, Fortuna, Anagrama
Una ambiciosa novela sobre el dinero, la ambición, el poder, la verdad y la mentira. Dividida en cuatro partes, cada una de ellas de algún modo reescribe y resignifica la anterior. En ese juego de cajas chinas –y también en la diversidad de géneros con que se narra– reside uno de los mayores méritos de la obra.
Sylvia Beach, Shakespeare and Company, Trama
Las memorias de Sylvia Beach, la más famosa de las libreras de París, amiga de la “génération perdue” y editora del Ulises de Joyce, fueron publicadas originalmente en 1956. Escrito con una sutileza singular, el libro permite mirar de cerca una época que, con el correr de los años, ha adquirido relieves casi míticos. Esta bella edición de Trama editorial, de Madrid, viene a llenar un vacío inexplicable. ¿Por qué libros como este se agotan y permanecen inhallables durante años?
Virginia Higa, El hechizo del verano, Sigilo
La argentina Virginia Higa se radicó en Estocolmo en 2017. Un año después, en Buenos Aires, se publicó Los sorrentinos, su hermosa primera novela. El hechizo del verano es su segundo libro, un conjunto de crónicas que retratan su vida en la capital sueca. Allí se retratan una ciudad y una sociedad a través de sus ojos extranjeros, y también sus esfuerzos para adaptarse y para criar a su pequeño hijo allí, en ese lugar extraño que sabe que un día echará de menos.
Antonio Villarruel
Crítico literario
Lista de los que creo fueron los mejores libros de 2023.
1. J.A. González Sainz, Volver al mundo, Anagrama (reedición).
2. Domingo Ródenas de Moya, El orden del azar. Guillermo de Torre entre los Borges, Anagrama.
3. Teju Cole, Tremor, Random House
4. Camila Sosa Villada, Tesis sobre una domesticación, Tusquets
5. Los rieles, Aurora Venturini, Tusquets
6. Louis-Ferdinand Céline, Guerra, Anagrama
7. Olga Tokarczuk, Los libros de Jacob, Anagrama
8. Joseph Mitchell, El fondo del puerto, Anagrama.
Jacobo Zanella
Editor de Gris Tormenta
En 2023, Visor publicó en español, en un solo volumen, los dos libros de ensayos sobre poesía de Louise Glück (que aparecieron en inglés en 1994 y 2017, respectivamente) bajo el título Ensayos completos. La mirada ensayística de Glück es como la de Montaigne: ambos se disponen, en la escritura, a trazar un camino de cuestionamientos, que solo posteriormente derivará en hallazgos auténticos.
Sexto Piso España, a su vez, sacó a la luz un libro olvidado de Vivian Gornick, La situación y la historia (2001).Usando las voces de otros, Gornick magnifica la propia voz para exponer su teoría del ensayo y la memoria, y cómo estos tipos de escritura están enlazados con las experiencias vitales de quien escribe.
Por último, La estrella de la mañana, de Karl Ove Knausgård, publicado por Anagrama: el autor regresa a “la novela” después de una pausa de casi dos décadas escribiendo memoria, autobiografía y ensayo. Todos los personajes tan característicos de su obra, esos que ya conocemos bien, aparecen en estas páginas con otros nombres, pero mostrando tal vez su pensamiento más real tras la cortina “de la ficción”. ~
