Recientemente, el diario Pรบblico titulaba del siguiente modo un artรญculo que no por malicioso perdรญa interรฉs: โCiudadanos, el partido business friendly que triunfa en los barrios ricos y en los barrios popularesโ. En el texto se sostenรญa la idea de que la formaciรณn naranja cosechaba buenos resultados en los distritos humildes โa pesar de tener un programa y una actuaciรณn polรญtica claramente marcados por la defensa de los intereses de las rentas altas y las grandes empresasโ. Segรบn el periodista, la clave que explica el caso es que en estos lugares no se vota por โclase socialโ, sino por una โcuestiรณn identitariaโ.
Es una interpretaciรณn ya clรกsica de la izquierda ilustrada: los trabajadores que votan por opciones polรญticas distintas de las percibidas como progresistas son vรญctimas de una โfalsa concienciaโ que les impide percibir dรณnde se encuentran realmente sus intereses. Asรญ, siguiendo la argumentaciรณn podemos concluir que hay una masa obrera que abrumadoramente va a votar en contra de sus intereses de clase, y va a hacerlo por razones puramente sentimentales, identitarias.
Sin negar que la polรญtica sentimental e identitaria se ha instalado en Cataluรฑa, cabrรญa cuestionar esta hipรณtesis de que los trabajadores estรกn votando en contra de sus intereses. Ciudadanos es el partido que defiende la igualaciรณn de los contratos temporales e indefinidos, de forma que los trabajadores precarios puedan disfrutar de las mismas condiciones contractuales y la misma protecciรณn laboral de las que gozan hoy los empleados fijos. Del mismo modo, Ciudadanos es el partido que ha propuesto un plan contra el fracaso escolar y no ha dejado de recordar que los hijos de familias humildes tienen cinco veces mรกs posibilidades de repetir curso. Tambiรฉn, que en Cataluรฑa hay 20.000 alumnos, no precisamente de clase alta, que estudian en barracones. El partido de Albert Rivera promoviรณ una bajada de impuestos a las rentas medias-bajas, una polรญtica que puede no compartirse pero que difรญcilmente puede tacharse de regresiva en un paรญs que redistribuye sistemรกticamente hacia las capas de la poblaciรณn mรกs pudientes.
En todo caso, no es esta la parte que mรกs me interesa del artรญculo de Pรบblico. Lo que creo que ha de concitar nuestra atenciรณn es el hecho de que, efectivamente, Ciudadanos estรฉ siendo capaz de conquistar el voto de las clases medias acomodadas y de las clases trabajadoras. La hegemonรญa de la izquierda durante la segunda mitad del siglo XX se construyรณ precisamente sobre esa coaliciรณn de votantes. No obstante, en las รบltimas dรฉcadas, la creciente heterogeneidad de los trabajadores y el impacto desigual de la globalizaciรณn sobre los horizontes de certidumbre econรณmica han conducido a la llamada crisis de la socialdemocracia.
Por su parte, las formaciones de derecha, que durante mucho tiempo no pudieron competir con el modelo exitoso del estado de bienestar impulsado por los partidos socialdemรณcratas, consiguieron incorporarlo a sus propuestas en Europa. Asรญ, el Estado de bienestar dejรณ de ser un sรญmbolo en propiedad de una opciรณn polรญtica para convertirse en un rasgo de la idiosincrasia polรญtica continental. En Espaรฑa, el PP se convirtiรณ en un partido de mayorรญas, y eso solo pudo hacerlo conquistando el centro polรญtico, es decir, siendo capaz de competir con el PSOE por los votantes mรกs moderados y menos ideologizados. Y tambiรฉn siendo capaz de cosechar votos en un rango de renta amplio, incorporando a votantes acomodados y a otros mรกs humildes, obteniendo buenos resultados en la ciudad y en el medio rural.
A pesar de ello, los populares, como los socialistas, han experimentado un retroceso electoral que se deja sentir especialmente entre las generaciones mรกs jรณvenes, y que se ha traducido en la transformaciรณn del sistema de partidos. A pesar de que continรบa siendo un partido muy robusto, el PP podrรญa pagar en el futuro las consecuencias del relevo demogrรกfico.
Tras la ruptura del bipartidismo, Podemos apareciรณ como la alternativa mรกs pujante frente a los viejos partidos. La formaciรณn de Pablo Iglesias llegรณ a liderar las encuestas de intenciรณn de voto y muchos dieron por hecho que habรญa llegado para sustituir al PSOE. La clave de su ascenso estaba en la famosa transversalidad, que permitรญa al partido ser competitivo en una horquilla ideolรณgica ancha y tambiรฉn en varios deciles de renta. Podemos obtenรญa buenos resultados entre las clases medias urbanas y con estudios superiores, pero tambiรฉn entre las clases precarizadas. Sin embargo, el giro a la izquierda protagonizado por el partido en el รบltimo aรฑo y su defensa del derecho a decidir durante la crisis territorial catalana han mermado las opciones electorales de Iglesias.
En los รบltimos meses hemos asistido al auge de Ciudadanos, que llega a la cita electoral del 21D como principal fuerza del constitucionalismo, compitiendo por la victoria con ERC. Como todos los partidos que aspiran a ser mayoritarios, Ciudadanos ha ido tejiendo una red de apoyos diversa, que le permite ser competitivo, como apuntaba Pรบblico, entre las clases acomodadas y las trabajadoras. Las primeras parecen encontrar en la formaciรณn naranja una alternativa seria que haga hincapiรฉ en el mantenimiento de la seguridad jurรญdica y la estabilidad polรญtica, tan importantes para la actividad econรณmica y empresarial, asรญ como para atraer la inversiรณn. Pero, al mismo tiempo, en los barrios obreros Ciudadanos ha sido el altavoz de una Cataluรฑa invisible durante mucho tiempo, aquella que ha sufrido en mayor medida la crisis econรณmica y que se siente excluida del relato nacional independentista por sus orรญgenes econรณmicos y/o geogrรกficos.
El futuro de Ciudadanos dependerรก de su capacidad para trasladar esta coaliciรณn de votantes al marco nacional. Los sondeos coinciden en seรฑalar una progresiรณn sostenida de sus opciones electorales. No obstante, competir con los viejos partidos no es fรกcil. Son maquinarias polรญticas con una gran capacidad de penetraciรณn y arrastre, y Ciudadanos es todavรญa una formaciรณn en construcciรณn en buena parte del interior del paรญs. A su favor cuenta con el declive de Podemos, que podrรญa granjearle una parte del voto joven. La posiciรณn dubitativa del PSOE respecto a la cuestiรณn territorial tambiรฉn constituye una ventana de oportunidad para crecer en el centro-izquierda. Por รบltimo, la incapacidad del PP para renovar su base de apoyos, con un electorado cada vez mรกs envejecido, podrรญa jugar una carta en favor de Ciudadanos.
Quizรก la forma mรกs efectiva de rentabilizar de forma transversal el conflicto catalรกn sea huyendo de las lecturas nacionalistas, por medio de un relato que identifique la defensa de la integridad territorial con la causa de la igualdad entre ciudadanos. Predicar la ciudadanรญa como patria y la igualdad por bandera.
Aurora Nacarino-Brabo (Madrid, 1987) ha trabajado como periodista, politรณloga y editora. Es diputada del Partido Popular desde julio de 2023.