La propuesta de instaurar en Mรฉxico una “repรบblica amorosa”, hecha por el candidato de izquierda a la presidencia, Andrรฉs Manuel Lรณpez Obrador, ha dejado perplejos a muchos de sus seguidores. Uno de ellos, el senador Ricardo Monreal, exgobernador de Zacatecas, ha tratado de traducir la idea cuando explicรณ que el amor “se utiliza como sinรณnimo de felicidad y bienestar”. Y afirmรณ que incluso es una categorรญa medible mediante encuestas. No lo dice, pero hace recordar la propuesta del rey de Butรกn, quien en lugar de medir el producto interno bruto (PIB) de su paรญs, que es muy bajo, prefiere medir el FIB, que mide la felicidad interna bruta, que es muy alta (se supone). Monreal quiere convencernos de que la “repรบblica amorosa” tiene sus raรญces en Aristรณteles, Locke, Jefferson, Gandhi y la constituciรณn de Apatzingรกn, y no en una moralina cursi trasplantada a la polรญtica. No es convincente.
Para Lรณpez Obrador, el amor es el medio o instrumento para “promover el bien y lograr la felicidad”. Se trata concretamente del “amor a la familia, al prรณjimo, a la naturaleza y a la patria”. En su peculiar propuesta para llegar a una nueva encarnaciรณn del Welfare State, un estado en el que se elevarรก no el producto interno bruto sino el amor interno bruto. Desde luego, en este amor interno bruto no se incluyen las expresiones erรณticas y sexuales. Se trata de una expresiรณn del amor inspirada, nos explica Lรณpez Obrador, en Lev Tolstรณi y en Alfonso Reyes. Aunque pretende no ser una propuesta religiosa, resulta evidente que se trata de una manifestaciรณn cristiana de los valores morales. Basta leer las primeras lรญneas de la Cartilla moral de Alfonso Reyes, que tanto entusiasma a Lรณpez Obrador, para comprenderlo: “La moral de un pueblo civilizado –dice Reyes– estรก toda contenida en el Cristianismo.” La cartilla de Reyes no es mรกs que una exposiciรณn banal y estrecha de preceptos cristianos, que escribiรณ a solicitud del gobierno mexicano en 1944, dirigida a niรฑos de primaria. Lo mismo ocurre con Tolstรณi, quien elaborรณ una peculiar expresiรณn cristiana de un anarquismo humanista ya marchito. La interpretaciรณn tolstoiana de los evangelios rechaza el enojo, la lujuria y las promesas, y llama a no resistir el mal y a aceptar al enemigo y a los injustos. No parece que Lรณpez Obrador siga estos mandamientos.
Es indudable que la polรญtica tiene un trasfondo moral. En cada programa, discurso, ley y propuesta se encuentran valores รฉticos no explรญcitos pero importantes. El problema consiste en la definiciรณn de las fuentes de esos valores morales. Las visiones conservadoras y religiosas encuentran generalmente dos fuentes, que con frecuencia se conectan: la divinidad de la que emanan preceptos eternos inmutables o la enorme reserva moral depositada en el pueblo o la naciรณn. Se conectan porque muchas veces se cree que es la divinidad la que ha depositado en el alma nacional el tesoro รฉtico que es preciso rescatar. En ambos casos aparecen los intรฉrpretes y mediadores que dicen saber cรณmo traducir a tรฉrminos polรญticos las verdades profundas inscritas en las seรฑales divinas o en el alma del pueblo.
La alternativa laica y moderna renuncia a buscar las fuentes metapolรญticas de la moral (deja este problema a la conciencia individual). Las normas, los reglamentos y las leyes son vistas como el fruto de acuerdos a los que llega una sociedad llena de conflictos, pero que es capaz de cristalizar los diferentes intereses en leyes aceptadas por la mayorรญa. En cambio, la derecha atrasada se acoge a los dictados de una Iglesia a la que erige como representante de una moral universal de origen divino. Por su parte, la izquierda conservadora busca los valores รฉticos en intรฉrpretes (el lรญder, el partido) de los signos que emanan de las profundidades del alma nacional y popular. En la “repรบblica amorosa” de Lรณpez Obrador se reรบnen tanto las formas cristianas como las ideas populistas, bajo una expresiรณn tolstoiana.
Me temo que mucha gente creerรก que el viraje hacia una sensatez amorosa de Lรณpez Obrador no es mรกs que un recurso curioso para refrenar u ocultar sus viejas actitudes agresivas. Pero el manto de una tierna y cristiana bondad resultarรก poco eficaz ante, por ejemplo, la hermosa sonrisa de la muy catรณlica Josefina Vรกzquez Mota, la candidata del Partido Acciรณn Nacional (PAN), quien sin recurrir a muchas palabras denota ese respeto a la familia, a los valores espirituales y a la patria tan propio de la clase media tradicional. ¿Para quรฉ querrรก esta clase media acercarse a la transfigurada moral cristiana de Lรณpez Obrador si tiene a la mano la expresiรณn original y autรฉntica del amoroso catolicismo maternal de la candidata del PAN?
Con toda razรณn, el poeta catรณlico Javier Sicilia ha dicho que una “repรบblica amorosa” no serรญa mรกs que la detestable institucionalizaciรณn del amor. Para alcanzar esta institucionalizaciรณn, Lรณpez Obrador ha convocado a un simposio donde “expertos” en el amor (antropรณlogos, filรณsofos, historiadores, poetas, psicรณlogos, etc.) tendrรกn como tarea redactar un documento con los preceptos bรกsicos de una convivencia futura sustentada en el amor. Yo espero sinceramente que quienes acudan a este รกgape le recomienden al presidente de la repรบblica amorosa que abandone sus quimeras reaccionarias. Con ello ayudarรกn a que la candidatura de Lรณpez Obrador no se estanque y, con ello, a que la izquierda no quede marginada del panorama polรญtico mexicano. ~
Es doctor en sociologรญa por La Sorbona y se formรณ en Mรฉxico como etnรณlogo en la Escuela Nacional de Antropologรญa e Historia.