El primer secretario de Hacienda que soรฑรณ ser presidente (contra la tradiciรณn de que lo fuera el de Gobernaciรณn) provocรณ un desastre. Desde Gobernaciรณn, Luis Echeverrรญa vio con malos ojos el "desarrollo estabilizador" con el que se adornaba Antonio Ortiz Mena, y le creรณ al presidente Dรญaz Ordaz un problema tal (la matanza de Tlatelolco) que sรณlo el secretario de Gobernaciรณn podรญa quedar como sucesor. De remate, llegando a la presidencia, se lanzรณ a destruir la estabilidad y el "desarrollismo".
Nombrรณ secretario de Hacienda a Josรฉ Lรณpez Portillo, que soรฑรณ ser presidente, pero declarรณ que (dadas las oportunidades polรญticas del que tiene las llaves del gasto pรบblico) ningรบn secretario de Hacienda deberรญa llegar a la presidencia. Cuando llegรณ, acelerรณ el desarrollo desestabilizador. Decretรณ una cuadruplicaciรณn de las tasas de interรฉs para las pequeรฑas cuentas de ahorros (que desaparecieron), un aumento de hasta 30% a los salarios (que se esfumรณ con la inflaciรณn que produjo) y un aumento a los precios internacionales del petrรณleo (que nadie comprรณ). Quijotescamente, desafiรณ a los molinos de viento: "Defenderรฉ el peso como un perro" (y finalmente devaluรณ). Para terminar, hizo una pataleta digna de Nerรณn: la expropiaciรณn bancaria.
Dejรณ la Secretarรญa de Hacienda partida en dos, y de la mitad con mayores oportunidades de abuso polรญtico (la nueva Secretarรญa de Programaciรณn y Presupuesto) salieron los presidentes "programadores", tan ruinosos como los "populistas". Tratando de recuperar la estabilidad y el desarrollo, Miguel de la Madrid provocรณ la mayor inflaciรณn de la historia de Mรฉxico, acompaรฑada de crecimiento nulo. Despuรฉs, Carlos Salinas de Gortari reprivatizรณ la banca tan desastrosamente que el paรญs sigue pagando los daรฑos (20% del PIB). Y, en un nuevo episodio quijotesco de "defensa del peso como un perro", garantizรณ en dรณlares (que no tenรญa) los famosos tesobonos, para inspirar confianza en que no habrรญa devaluaciรณn. Cuando la hubo, la deuda pรบblica se multiplicรณ. Como si fuera poco, rompiรณ la estabilidad polรญtica del sistema y provocรณ el regreso a los tiempos del asesinato polรญtico y los capos que andan sueltos.
Hoy, nuevamente, se atribuye al secretario de Hacienda el sueรฑo de la presidencia. Para lamentarlo, ni siquiera hace falta recordar que esos sueรฑos han terminado en pesadillas. Basta con seรฑalar que el problema nรบmero uno del paรญs hoy son los capos sueltos; que Hacienda tiene responsabilidades en eso, y que el secretario Ernesto Cordero no las toma en serio, como puede verse en su sala de prensa (www.shcp.gob.mx), donde la seguridad figura poco.
Peor aรบn: boletines como "No parece haber evidencia de que la inseguridad estรฉ afectando la actividad econรณmica de Mรฉxico" (17 de octubre de 2010) estรกn redactados como si Hacienda no tuviera que ver con la inseguridad, fuera de padecer las consecuencias y financiar a los encargados del combate a los capos. Como si Hacienda no tuviera un papel decisivo en ese combate. Son, finalmente, una declaraciรณn de incompetencia: la seguridad no me compete.
Las aduanas (responsabilidad de Hacienda) y el lavado de dinero (responsabilidad de Hacienda) son de primera prioridad para los capos, no para el secretario. En el caso de las aduanas, serรญa mejor que pasaran a otra secretarรญa que las administre mejor. No todo lo que causa impuestos estรก administrativamente a cargo de Hacienda. La gasolina causa impuestos, pero Hacienda no estรก a cargo de las gasolineras. La venta de casas causa impuestos, pero Hacienda no estรก a cargo de las notarรญas.
Llama la atenciรณn que el "Acuerdo bilateral para fortalecer la seguridad y el comercio" entre Mรฉxico y los Estados Unidos (15 de junio de 2009) se firmรณ entre Agustรญn Carstens, entonces secretario de Hacienda, y Janet Napolitano, que es la secretaria de Seguridad Nacional, no de Hacienda, en los Estados Unidos. Es decir: entre una funcionaria dedicada a tiempo completo a la seguridad y un funcionario mexicano que tiene cosas mรกs importantes que hacer.
El Fondo Monetario Internacional revisรณ los escasos resultados de Mรฉxico contra el lavado de dinero (Mexico; Detailed assessment report on anti-money laundering and combating the financing of terrorism, 11 de septiembre de 2008). En diez aรฑos se obtuvieron รบnicamente 25 sentencias contra los delincuentes. Peor aรบn: de las averiguaciones iniciadas en 2004-2007, sรณlo 149 llegaron a tribunales; de las cuales sรณlo dos se originaron por investigaciones de Hacienda.
Hacienda preparรณ una iniciativa de ley contra el lavado de dinero que el presidente Calderรณn enviรณ a las cรกmaras en agosto de 2010. Dos meses despuรฉs, el senador Santiago Creel preparรณ otra. Esto fue visto como rivalidad entre presidenciables. Pero lo peor no es eso, sino que, en una tradiciรณn lamentable, proponer cambios a la ley es una forma de lavarse las manos. Es como decir: no puedo hacer nada con la ley como estรก.
Las leyes y reformas estรกn mal, y lo seguirรกn estando; pero obligan. No cabe sujetar el cumplimiento a que vengan leyes mejores, o tiempos mejores, o un puesto mejor.
(Reforma, 27 febrero 2011)
(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.