Ayer, un doctor en Derecho Constitucional que trabaja en el Congreso me contaba el mucho trajรญn que habรญa tenido esta Semana Santa. Solo habรญa podido desatender sus quehaceres una tarde, que habรญa aprovechado para ver procesiones. Eso tambiรฉn es curro, ¿no?, bromeรฉ con sorna descreรญda. Eso es devociรณn, repuso รฉl, altanero. Estos dรญas circula la creencia, alentada por la prensa, de que en las Cortes se han tomado tres semanas de vacaciones. Pero es tan absurda que no merece ningรบn artรญculo. Lo que me llamรณ la atenciรณn, en realidad, fue una creencia distinta: el fervor religioso del constitucionalista. Siempre he pensado que tener una religiรณn es como invertir la carga de la prueba. Acusar a un dios, sin evidencias, de ser el artรญfice de este gigantesco jaleo cรณsmico me parece, cuando menos, poco garantista. Algo asรญ como condenar a un presunto asesino sin pruebas y sin cadรกver. De ahรญ mi sorpresa ante la devociรณn de un hombre de leyes.
รltimamente vengo dรกndole vueltas a las tesis de Marvin Harris. Marvin Harris es, seguramente, el antropรณlogo mรกs famoso de todos, y tambiรฉn el mรกs criticado. Con frecuencia, una tiene la sensaciรณn de que sus explicaciones estรกn cogidas con alfileres o suenan demasiado rocambolescas e improbables. Sin embargo, es imposible sustraerse a la belleza de sus textos. Sucede un poco como con Freud: tal vez se equivoque en muchas cosas, pero tanto ingenio literario no puede ser en vano. Tiene un valor. A mรญ me gusta Harris.
Entre otras cosas, รฉl se encargรณ de popularizar los tรฉrminos emic y etic. La perspectiva emic es la explicaciรณn que los miembros de una determinada cultura usan para justificar un comportamiento o un fenรณmeno. La perspectiva etic es la explicaciรณn cientรญfica o racional que puede dar un observador externo a ese mismo comportamiento. Estos dรญas pensaba que, si la explicaciรณn emic para la Semana Santa era la conmemoraciรณn, torrijas y otros dulces mediante, de la pasiรณn y muerte de Cristo, su explicaciรณn etic, asรญ como la de otras fiestas, paganas y religiosas, debe de ser el mantenimiento de la cohesiรณn social.
No hay nada como una buena fiesta para fortalecer los lazos de una comunidad. Con la excepciรณn, quizรก, de una guerra. La gran tragedia de la Espaรฑa contemporรกnea fue desangrarse en conflictos fratricidas. Sin en vez de esmerarse en las guerras civiles lo hubiera hecho en conflictos internacionales, este serรญa hoy un Estado mรกs cohesionado. Siempre recuerdo las palabras de un amigo colombiano, que me contaba que uno de los mรกximos periodos de comuniรณn social en su paรญs habรญa venido de la mano de una polรญtica de “paz en el interior y guerra en la frontera”.
Marvin Harris dice que la explicaciรณn etic a las guerras tiene que ver con el control demogrรกfico y la escasez de recursos. Creo que, como en el caso de las fiestas, el mantenimiento de la cohesiรณn grupal frente a un enemigo exterior tambiรฉn es relevante. En el fondo, las fiestas y las guerras no son tan antagรณnicas como parecen. A veces, incluso, se mezclan, como explica el propio Harris en Vacas, cerdos, guerras y brujas, donde habla del kaiko de los maring. Se trata de un festejo ritual propio de las tribus de las tierras altas de Nueva Guinea, donde celebraciรณn y batalla se dan la mano. Una vez da comienzo el kaiko, se sacrificarรกn todos los cerdos que el clan ha estado criando durante aรฑos y se iniciarรก una guerra contra grupos rivales. Los maring tienen una explicaciรณn emic, emocional y mรกgica, para el kaiko. Sin embargo, Harris dice que el ritual da comienzo cuando la crรญa de cerdos es demasiado costosa en tรฉrminos demogrรกficos y de recursos. Llega un momento en que las mujeres (pues son ellas las encargadas) deben dedicar un esfuerzo mayor y una mayor รกrea de tierra cultivada para alimentar a los cerdos que para alimentar a las personas. Se produce, asรญ, una competencia entre los animales y la poblaciรณn que desencadena el sacrificio masivo y la guerra para conquistar nuevas tierras de cultivo.
Las explicaciones emic y etic estรกn en la base del materialismo cultural que predica Marvin Harris, una corriente marxista que sostiene que siempre hay una causa material para todos los fenรณmenos socioculturales. A pesar de lo que pueda parecer, Harris no era comunista. En realidad es perfectamente comprensible: yo tampoco creo en dios, pero, ay, quรฉ buenas las torrijas.
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Aurora Nacarino-Brabo (Madrid, 1987) ha trabajado como periodista, politรณloga y editora. Es diputada del Partido Popular desde julio de 2023.
