Sabemos
cómo comenzó a multiplicarse la imagen del Che Guevara.
Lo cuenta Carlo Feltrinelli en Senior
service (Tusquets), la biografía de su padre, el
editor italiano Giangiacomo Feltrinelli: “Imprime el negativo de la
famosa foto de Alberto Korda (Che
in the Sky with Jacket) en miles de pósteres para
sus librerías. La imagen se difunde por todo el planeta.
Korda, víctima del hambre y de la glaciación del tiempo
histórico, dirá que, si hubiera pedido derechos de
autor por aquella foto, se habría hecho multimillonario”.
Son
los años sesenta. El Che ha sido capturado y ejecutado en
Bolivia, donde trataba de extender la Revolución sin hacer ni
puñetero caso a los comunistas locales. Las ediciones de su
Diario de Bolivia,
gestionadas directamente por Fidel Castro, se multiplican. En Holanda
se traduce a varias manos y en una sola noche.
Carlo
Feltrinelli cuenta también cómo “Andrés del
Río, compañero de embajada de Luis Hernández, se
queda sorprendido cuando Feltrinelli le entrega un maletín
lleno de billetes de banco: ‘Los beneficios de esta publicación
se destinarán íntegramente a los movimientos
revolucionarios de Latinoamérica’. Andrés, quizá
porque nunca se ha visto en una situación parecida, no sabe
qué hacer con todo ese dinero. Al final, el maletín se
transformará en un depósito bancario de más de
medio millón de francos suizos. El funcionario Andrés
del Río recuerda perfectamente el nombre de la cuenta: Río
Verde”.
No
sé de qué color son los francos suizos, pero estoy
seguro de que verde es el color del dólar. También es
parcialmente verde el billete cubano de tres pesos con la cara del
Che. El Che firmó con su sobrenombre, “Che”, en los
billetes cubanos cuando era presidente del Banco Nacional.
No
me resulta difícil pensar ahora que el éxito de los
pósteres del Che es el que espolea a Andy Warhol para realizar
su serie sobre Mao. Andy Warhol también hace series con la
cara de Lenin, con mucha menos repercusión. La Revolución
Cultural china entusiasma a la izquierda occidental. La Revolución
Cultural está basada en la delación y en unos cientos
de miles de penas de muerte. Lenin está muerto. Y es un
fracasado. Él y su revolución soviética. Y su
Stalin.
En
1971, Andy Warhol comienza a estampar a Mao con todos los colores. En
1971 se distribuyen en China más de 2.000 millones de copias
de la fotografía de Mao. En 1972, Giangiacomo Feltrinelli
muere cerca de Milán mientras manipula un artefacto explosivo
para un atentado terrorista.
Giangiacomo
Feltrinelli muere fabricando la Revolu-ción. Mao muere
atendido por los médicos, que tratan de atajar sus problemas
cardiacos y pulmonares: fumar mata. Mao también mata. Sin
parar. A los contrarrevolucionarios, claro. El Che muere ejecutado en
1967. Cuando lo detienen, el Che dice a sus captores que vale más
vivo que muerto. Alguien sugiere que si lo ejecutan se convertirá
en un héroe. El Che no quiere convertirse en héroe, o
al menos no de ese modo. El Che tiene mucho miedo. Y mucho orgullo.
Casi todos sus hombres han muerto en combate, pero él se ha
reservado una rendición, por si acaso. Por si acaso a alguien
le interesa hacer un intercambio. Para ganar tiempo. No habla con sus
captores bolivianos pero sí habla con los agentes
estadounidenses cuando llegan: cuestión de rango.
Jon
Lee Anderson cuenta así la rendición del Che en Che
Guevara: Una vida revolucionaria (Anagrama): “Cuando
estaban a unos pocos metros, el sargento Bernardino Huanca, un indio
menudo y robusto del altiplano, se alzó de la maleza y les
apuntó con su fusil. Según Huanca, el Che le dijo: No
dispare. Soy el Che Guevara. Valgo más vivo que muerto”.
Pero
el Che no sabe que vale mucho más muerto que vivo. Muchísimo
más. A Fidel Castro se le quita un problema de en medio. Sin
mancharse las manos. Y se le suma a su Revolución un héroe,
un ídolo, un Jesucristo.
En
una carta a su madre sobre sus actividades en el gobierno cubano, el
Che escribe: “El Departamento Industrial fue mi propia creación;
lo entregué a medias, con el dolor de un padre agotado, para
hundirme en mis aparentes dones divinos para las finanzas”.
Si
pensaba que tenía “dones divinos para las finanzas” no es
extraño que se viera a sí mismo como un dios. El dios
de la Revolución.
Del
Che divino habla Eduardo Galeano en una entrevista con Iosu Perales:
“El Che es un impaciente, un hombre de esperanza y por eso es un
profeta, una especie de Isaías de América Latina, un
anunciador de otros tiempos. Tal vez habría que decir que
nosotros también tendremos la paciencia para esperar al Che,
el regreso del Che. Claro, él resucita en cada uno que cree en
lo que él creyó, y resucita en los grandes movimientos
populares de liberación en estas tierras que no fueron
condenadas por ningún Dios a la desgracia que soportan”. 1
Estas
ideas delirantes de Eduardo Galeano las recicla Jon Lee Anderson en
el “Epílogo” a su biografía del Che, incluyendo
entre los nuevos apóstoles al subcomandante Marcos, a Hugo
Chávez y a Evo Morales.
También
de Mao, incluso antes de su muerte, se quiere hacer un Cristo: los
filósofos franceses Christian Jambet (nacido en Argel) y Guy
Lardreau afirman en 1972 que Mao es “Cristo resucitado” y que El
libro rojo era “la reedición de los Evangelios”.
El
Che muere ejecutado, y también a los rusos se les quita un
problema de en medio. Los rusos saben que el Che es un peligro. Lo
saben porque han tenido que negociar con él el hipotético
desarrollo industrial de Cuba, infructuosamente. Lo saben porque han
tenido que tratar con el Che su programa de revolución
mundial, que a los rusos no les gusta nada. Lo del Congo había
sido una chapuza.
El
Che había negado mil veces la existencia del individuo. En una
charla a los estudiantes de la Universidad de La Habana, el Che dijo:
“Es criminal pensar en individuos, porque las necesidades del
individuo quedan absolutamente desleídas frente a las
necesidades del conglomerado humano de todos los compatriotas de ese
individuo”. El Che había afirmado otras tantas veces que las
personas tenían que convertirse en máquinas.
Los
congoleños respondían así al deseo del Che de
que se transformaran siguiendo su irresistible aliento
revolucionario: Mimi hapana
motocar. Mimi
hapana motocar quiere decir: no soy un camión. Los
congoleños no querían ser máquinas.
Lo
de Bolivia estaba siendo una chapuza: el Partido Comunista local ve
la escaramuza revolucionaria del Che como un auténtico
disparate. Los campesinos huyen cuando tropiezan con el ejército
revolucionario del Che o le observan a distancia e incluso a veces le
delatan a las autoridades. Al Che le obsesionan los campesinos porque
a Mao le obsesionan los campesinos. Los chinos no parecían muy
interesados en el Che pese al interés que el Che mostraba por
los chinos. Los chinos están lidiando con sus propios
problemas.
Pero
¿cuánto vale el Che muerto? Además del valor
simbólico, el Che tiene un valor económico. Valor de
marca. Plusvalía. El “medio millón de francos suizos”
del que habla Carlo Feltrinelli es la cifra más fiable que
tenemos. No hay otra. Sabemos todo sobre la economía Disney
pero muy poco de la economía Che.
Hace
un año, el ICP (International Center of Photography;
www.icp.org) de Nueva York realizó una exposición
comisariada por Trisha Ziff: Che!
Revolution and Commerce.
Pero se trataba, pese al título,
de una muestra artística en la que se hablaba de la conversión
en icono del Che.
Se
exhibía una fotografía de Korda mirando los negativos
de su fotografía del Che. Se exhibían contactos de
otras fotografías de Korda: del Che y de Sartre y de Simone de
Beauvoir. Sartre se enamoró del Che: “No sólo un
intelectual, sino el ser humano más completo de nuestra
época”. Me pregunto a cuántos seres humanos conoció
Sartre. Me pregunto qué entendía Sartre por “ser
humano”. Sartre también acabaría seducido por los
chinos, como el Che. En La
Cause du Peuple, su periódico, Sartre escribe:
“Mao, a diferencia de Stalin, no ha cometido error alguno”.
También se exhibían fotografías relacionadas con
el subcomandante Marcos.
Trisha
Ziff escribe sobre su interés por la imagen del Che: “Durante
mi búsqueda encontré áreas específicas
que incluían la imagen del Che de Korda y las clasifique en
varios grupos. Uno de ellos lo llamé Jesucristo,
otro grupo lo llamé Comercial,
otro más Personalidades
que usan la fotografía para proyectar su propia imagen,
Che arcoiris, Che
en la calle, esto por citar solo algunos ejemplos. Para mí
lo que es más interesante es el proceso de deconstruir al
icono. Sigo la historia de esta imagen porque en diferentes partes
del mundo tiene diferentes significados. Por ejemplo en el campo en
Chiapas en el 2000 su significado era muy obvio y era completamente
diferente al de la imagen que apareció en la revista Vanity
Fair en una foto de Ozzy Osbourne y de Annie Leibovitz, o
el que se da para vender esquíes a la gente adinerada de
Francia. Cuando el significado de la Revolución se diluye a
gran velocidad, lo que sucede es que el significado de una imagen
sólo vive en un contexto específico. Hay muchas razones
por las que una imagen como ésta se convierte en imagen del
dominio público antes de tiempo. En este caso es una
combinación de diferentes cosas complicadas, relacionadas con
el momento, la personalidad del Che, el hecho de que fuera asesinado
antes de tiempo, de que fuera bien parecido”.2
La
elocuencia argumentativa de Trisha Ziff es incontestable: “cosas
complicadas, relacionadas con el momento”.
El
Che sabe lo que es morir “antes de tiempo”. El Che ha sido juez
cuando la Revolución ha triunfado en Cuba. Jon Lee Anderson
cuenta su método de trabajo: “Los juicios comenzaban a las
ocho o nueve de la noche y generalmente se llegaba a un veredicto a
las dos o tres de la mañana. Duque de Estrada, encargado de
reunir pruebas, tomar declaraciones e instruir los juicios, ocupaba
el estrado junto al Che, el fiscal supremo, quien tomaba la decisión
final sobre la suerte de aquellos hombres. El Che consultaba conmigo
–dice Duque–, pero estaba al mando y como comandante militar
tenía la última palabra. Estuvimos de acuerdo en casi
el cien por cien de las decisiones. En unos cien días llevamos
a cabo unas cincuenta y cinco ejecuciones por fusilamiento y
recibimos muchas críticas por eso, pero dábamos a cada
caso la debida y justa consideración y nunca tomábamos
decisiones a la ligera”.
Unas
líneas más adelante, Jon Lee Anderson afirma que
“durante los meses siguientes, varios cientos de personas fueron
juzgadas y fusiladas en todo el país”.
Pero,
eso sí, recalca, fue mediante “procesos sumarios, pero
legítimos, con abogados defensores, testigos, fiscales y
público”.
La
artista venezolana Alejandra Villasmil (1972) escribió sobre
la exposición del ICP en Arte
al Día Internacional: “Titulada Guerrillero
Heroico, la poderosa fotografía de Korda ha pasado
de ser símbolo de las luchas sociales en los cinco continentes
a imagen de ‘marca’ de una amplia variedad de productos de
consumo. Su trayectoria de icono revolucionario a emblema de lo pop y
lo kitsch”. 3
El
programa pop del Che. Esto está sacado de su “Mensaje a la
Tricontinental”: “El odio como factor de lucha; el odio
intransigente al enemigo, que impulsa mas allá de las
limitaciones del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta,
selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados
tienen que ser así, un pueblo sin odio no puede triunfar sobre
un enemigo brutal”. Y sigue: “Hay que llevar la guerra hasta
donde el enemigo la lleve; a su casa, a sus lugares de diversión;
hacerla total; hay que impedirle tener un mínimo de
tranquilidad, un mínimo de sosiego, fuera de sus cuarteles, y
aun dentro de los mismos; atacarlo donde quiera que se encuentre;
hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar que transite”.
El
odio.
En
ese “Mensaje a la Trincontinental” también dice que hay
que dar lo poco que “nos es permitido dar: nuestras vidas”. Pero
cuando se rinde, el Che dice que vale más vivo que muerto.
Tenía una gran opinión de sí mismo y no tenía
ninguna duda: su vida era mucho más importante que las vidas
de sus compañeros.
The
Che Store (www.thechestore.com) es una tienda virtual en la que
venden productos relacionados con el Che. Su eslogan es
impresionante: “Para todas tus necesidades revolucionarias”. La
página tiene también una función didáctica
y aleccionadora: se cuelgan informaciones y documentos (favorables y
en inglés) sobre el Che. No hay problemas para pagar con Visa
o con American Express o con Master Card. El Che estaría
encantado. Camisas, camisetas, mecheros, la auténtica gorra
del Che con sus auténticos lazos, llaveros, cinturones,
sudaderas, gorras, cintas para el pelo, discos, libros, zamarras
militares (89,99$ en oferta; su precio anterior era de 114,99$: quizá
no esté tan de moda), bolsos, chubasqueros, chapas, insignias,
sellos, imanes, postales, pantalones, mochilas… y pósteres,
muchos pósteres. Uno de los pósteres imita las series
de Warhol de Mao: nueve pequeñas cabezas del Che repetidas y
coloreadas en amarillo, verde, azul, rojo… Sabemos que Giacomo
Feltrinelli pagaba royalties al gobierno cubano, pero no sabemos el
vínculo de The Che Store con el gobierno cubano.
(Envié
a The Che Store un correo electrónico haciéndoles
algunas preguntas al respecto, pero hasta hoy no he recibido
contestación. Preguntaba si pagaban derechos y a quién.
Preguntaba también cuál era su volumen de ventas.
Preguntaba en qué país del mundo vendían más
productos.)
Los
países que el Che ponía como ejemplo de su propuesta
política revolucionaria siguen estando sometidos por
dictaduras: China, por supuesto; Corea del Norte, por supuesto, y
Cuba, claro. En 1949, Mao decía en el VII Congreso del Partido
Comunista de China: “Después de eliminados los enemigos con
fusiles, quedarán aún los enemigos sin fusiles, quienes
entablarán, inevitablemente, una lucha a muerte contra
nosotros; jamás debemos subestimarlos. Si ahora no planteamos
ni comprendemos el problema de este modo, cometeremos errores muy
graves”.
En
Cuba sigue la acción contra los “enemigos sin fusiles”.
Según el Informe de
Amnistía Internacional de 2006: “Se hostigó
e intimidó a activistas de derechos humanos, disidentes
políticos y sindicalistas. Frecuentemente estas agresiones las
llevaron a cabo unos grupos casi oficiales, las brigadas de respuesta
rápida, que presuntamente actuaron en connivencia con miembros
de las fuerzas de seguridad. Siguieron los ataques a la libertad de
expresión y de asociación. Todos los medios legales de
comunicación estaban bajo el control del gobierno, y
continuaron proscritos los medios de comunicación
independientes. Los periodistas independientes estuvieron expuestos a
sufrir intimidaciones, acoso y detención por publicar
artículos en el extranjero. También los defensores de
los derechos humanos se enfrentaron a intimidaciones y detención
arbitraria por motivos políticos”.4
Esa
tentación absurdamente
humana de no querer convertirse en máquinas. Con lo fácil
que sería. Con lo claro que lo tenía el Che. Y con las
veces que lo dijo. Se les olvidó estamparlo en las camisetas.
~
(Zaragoza, 1968-Madrid, 2011) fue escritor. Mondadori publicó este año su novela póstuma Noche de los enamorados (2012) y este mes Xordica lanzará Todos los besos del mundo.