Vivir de la literatura, en cualquiera de los lados del rรญo, es muy difรญcil, casi imposible. Autores y editores que gozaron de cierta –pero quebradiza– prosperidad estรกn hoy batallando por la supervivencia. Si acotamos mรกs y de la literatura nos circunscribimos a la poesรญa, el caso es todavรญa mรกs duro. Ahรญ no hubo tiempo calmo y las aguas siempre fueron procelosas. Por eso sorprende mรกs que la colecciรณn de poesรญa de Visor cumpla novecientos nรบmeros y mรกs de 46 aรฑos. Jesรบs Garcรญa Sรกnchez, el editor (conocido en el sector por Chus Visor), era un veinteaรฑero cuando puso en marcha esta aventura con el รบnico afรกn de que los poetas que a รฉl le interesaban tuvieran una ediciรณn disponible. Casi un milagro. Porque es milagroso que una colecciรณn de poesรญa y una editorial independiente se mantengan durante mรกs de cuatro dรฉcadas. Y que, exclusivamente con sus libros, pueda uno formarse como lector de poesรญa. Siempre que alguien me pregunta dรณnde puede encontrar un libro de poemas de un autor recomendable, ya sea Juan Ramรณn Jimรฉnez, Joseph Brodsky, Vicente Gallego, W. H. Auden, Felipe Benรญtez Reyes, Adonis o Jaime Gil de Biedma sรฉ sin pensarlo que Visor tiene una ediciรณn vestida de negro. Casi todos los que son o han sido estรกn en las ediciones de Visor.
Hoy en dรญa, cuando es mรกs fรกcil que la prensa entreviste a un editor que a un autor, cada poco tiempo lee uno un reportaje centrado en los editores. Ya sea sobre los jรณvenes, los indies, las editoras o las grandes y provectas figuras de la ediciรณn. Un cambio de papeles que no le va a Chus Visor. Por la mera dictadura de la biologรญa yo no coincidรญ con Chus en su juventud, pero desde que lo conozco, he visto en รฉl toda la humildad del que procura no salir en la foto y dejar el primer plano a los autores, del que no habla en pรบblico, del que no se da importancia. Nunca se ha jactado de haber descubierto o conseguido publicar a alguien. รl no ha querido ser T. S. Eliot (del que, por cierto, publicรณ su Inventos de la liebre de marzo), ni Gallimard ni Roberto Calasso y nunca ha hecho bandera de la ediciรณn. La poesรญa ha sido siempre lo importante. Cada una de las veces que lo he visto o he compartido mesa con รฉl he comprobado que consigue esa cosa tan difรญcil que es la amistad real entre autor y editor. Tantas veces he sido testigo de que, en muchรญsimas ocasiones, con Chus no hay editor ni poeta, hay amigo. Una vez me contรณ, no sรฉ si medio en chanza, que con Benedetti no hacรญa contratos, valรญa la palabra dada. Me lo creo a pies juntillas. La aparente actitud despreocupada, la sinceridad brutal de los tรญmidos, la bondad que emana a simple vista y la lealtad inquebrantable a sus amigos hacen de รฉl alguien confiable. En la vida y en los versos, si acaso no fueran lo mismo. รl mismo decรญa hace no mucho: “La labor del editor es importante y necesaria, pero sin los poetas y los lectores de poesรญa nada serรญan, serรญamos insignificantes. Ellos, los poetas y los lectores, son los verdaderos soportes de las editoriales y es a ellos a los que estoy eternamente agradecido.” Amรฉn.
En novecientos tรญtulos y mรกs de cuarenta aรฑos, Visor habrรก pasado por dificultades y, a buen seguro, Chus habrรก sufrido. Indudablemente, como pasa con todos los editores, se arrepentirรก de algunos tรญtulos. Pero es innegable que la colecciรณn de poesรญa, diseรฑada con imperecedera modernidad por un entonces tambiรฉn imberbe Alberto Corazรณn, abarca varias tradiciones poรฉticas y siempre ha combinado autores consagrados con nuevas voces. La nรณmina de autores es imbatible, tanto que he desistido de hacer aquรญ una enumeraciรณn aunque fuera somera, y denota la perseverancia de su editor. El gusto de la selecciรณn nos da tambiรฉn la idea de alguien que se ha tomado la poesรญa en serio. Yo, salvo alguna excepciรณn, no me he aventurado nunca en la ediciรณn de poesรญa. En parte por mi propia inseguridad y en parte porque al ver el trabajo de Visor (y de algunos otros buenos editores de poesรญa) he sentido con claridad que mi aportaciรณn no serรญa sino una burda versiรณn deficiente de su trabajo.
Si bien digo que esta nueva veneraciรณn de los editores tergiversa el necesariamente humilde oficio de editor, debo confesar que siento profunda admiraciรณn por Chus y su labor editorial. No solamente porque conocรญ la obra de muchรญsimos poetas en sus libros, sino porque รฉl sรญ que ha creado una ilustre editorial independiente. Ha bregado en el campo mรกs difรญcil de la literatura y ha construido uno de los catรกlogos mรกs soberbios en nuestra lengua. Nunca me lo he encontrado en la Feria de Frรกncfort ni en la de Londres, no me lo imagino en el juego de las subastas y los anticipos y, siempre que ha podido, se ha mantenido alejado de los focos. Jesรบs Garcรญa Sรกnchez es un editor de libro a libro, que ha respetado la medida humana de la ediciรณn. Todo esto lo ha conseguido, ademรกs, haciendo amigos en el camino. Con motivo de estos casi mil tรญtulos de poesรญa, de sus mรกs de cuatro dรฉcadas dedicadas a la ediciรณn de poesรญa y de sus setenta aรฑos de vida, Irene Garcรญa Chacรณn ha editado en su propia casa el volumen Ojo a Visor. En รฉl 75 personas de la cultura de Espaรฑa y Amรฉrica construyen un retrato del editor pero tambiรฉn un mapa de los inmensos afectos que ha concitado.
La poesรญa en espaรฑol no hubiera sido la misma sin Visor, como tampoco, a la luz de los textos del libro homenaje, sus amigos hubieran sido los mismos sin Chus. Un grande de la ediciรณn que no quiere serlo, un sentimental que pretende disimularlo. Como, aunque nos pese, la poesรญa siempre jugarรก en una liga difรญcil y austera, cuando le hablen de grandes hazaรฑas editoriales, de catรกlogos bien construidos, acuรฉrdese siempre de los libros negros de Visor. Y de Chus, que sin alharacas y sin darse importancia dedicรณ toda una vida a la poesรญa y a su ediciรณn. Una ediciรณn en la que pocas veces se alcanza eso que los horteras llaman รฉxito. Quizรกs por eso es del Atlรฉtico de Madrid. ~
(Barcelona, 1973) es editor at large en el grupo Enciclopedia.