El predecible veredicto del juicio de Bradley Manning

El destino del soldado Manning parece predecible: pasar la vida en la carcel.
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Bradley Manning siempre fue estigmatizado y ridiculizado. El soldado de 25 aรฑos que hizo pรบblicos, a travรฉs de la organizaciรณn Wikileaks, casi 700 mil documentos secretos es un debilucho, solitario, inestable, aquejado por un desorden de identidad de gรฉnero (tiene un alter ego femenino que รฉl llama Breanna Manning). Era obvio que la cultura bรฉlica del ejรฉrcito no serรญa tolerante ni comprensiva con รฉl. Incluso el รบnico talento admirable y รบtil de Manning, su asombrosa destreza con las computadoras,tambiรฉn lo hacรญa objeto de envidias y desconfianza. Era obvio que su personalidad compleja y difรญcil tampoco le ayudarรญa en nada durante su juicio militar donde la fiscalรญa lo acusรณ de ser traidor, anarquista y hacker. Realmente nunca hubo duda de cรณmo terminarรญa el espectรกculo estridente que presidiรณ en el papel de juez la coronel Denise Lind. Las รณrdenes del gobierno de Obama eran claras, se debรญa enviar un mensaje inequรญvoco y aplastante a todo aquel que tuviera la tentaciรณn de revelar mรกs secretos del gobierno.

Quizรกs resulta un poco ocioso pero debemos recordar que las revelaciones de Manning nos dieron pruebas contundentes de la forma en que las tropas estadounidenses asesinaban civiles y periodistas en Irak, la inverosรญmil corrupciรณn del rรฉgimen de Hamid Karzai en Afganistรกn y su patolรณgica dependencia de Washington, la vida de excesos de los monarcas y dictadores en el Medio Oriente (que en gran medida estimulรณ las tormentosas revueltas de la “Primavera รกrabe”), la tortura en cรกrceles “oscuras” de la CIA y aquella que comisionaban a otros gobiernos vรญa “rendiciรณn extraordinaria”, la estrategia de Hillary Clinton de convertir al Departamento de Estado en una agencia de espionaje y vigilar a los representantes de diversos paรญses en la ONU y mucho mรกs. Sin embargo, estos no eran secretos de alto nivel sino que literalmente cientos de miles de funcionarios tenรญan acceso a ellos.

Si Bradley Manning cometiรณ un crimen, este fue la divulgaciรณn no autorizada de material clasificado. Pero el rรฉgimen querรญa mostrar que lo suyo era un acto de traiciรณn con la finalidad de beneficiar al enemigo en tiempo de guerra. La defensa de Manning presentรณ pruebas que demostraban que sus acciones nunca tuvieron como motivaciรณn ayudar a Al Qaeda ni a ningรบn otro enemigo, ademรกs de que la informaciรณn filtrada nunca fue operativa ni tuvo como consecuencia la muerte de un sรณlo estadounidense, sin embargo la juez se negรณ a desestimar ese cargo. El veredicto final le dio la razรณn a la defensa en relaciรณn a esa acusaciรณn pero de todos modos fue declarado culpable de casi una veintena de cargos “menores”; el mรกs asombroso fue el de haber violado la ley de espionaje de 1917, creada como parte de la campaรฑa propagandรญstica gubernamental para intimidar a quienes se oponรญan a la intervenciรณn de los Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial. Esto dejรณ a Manning ante la posibilidad de recibir una condena de mรกs de 130 aรฑos de cรกrcel, pero con el gesto humanitario de una reducciรณn de unos 1200 dรญas por el tiempo que lleva en la cรกrcel y para emendar las condiciones de abuso y tortura de que fue objeto.

Bradley Manning es el chivo expiatorio de un sistema paranoico que obviamente se niega a aceptar y discutir sus recientes excesos, atropellos, violaciones de los derechos humanos y las leyes internacionales. Y el mรฉtodo para silenciar a los denunciantes ha sido tratar de criminalizar no solo la disidencia sino la crรญtica. Esto es parte de una militarizaciรณn de la cultura, de un desprecio a la Primera Enmienda constitucional y la libertad de expresiรณn, que arranca despuรฉs de los ataques del 11 de septiembre y continรบa con vigor durante el rรฉgimen de Obama. Resulta muy significativo que el juicio de Manning fue en gran medida ignorado por los principales medios estadounidenses, los cuales, en cambio, dedicaban enormes recursos y tiempo de aire a la cobertura del juicio del autodenominado vigilante George Zimmerman por haber asesinado al joven afroamericano, Trayvon Martin. A manera de ominoso orรกculo del futuro de los medios de comunicaciรณn, la prensa en el juicio de Manning se vio intimidada, ignorada y en ocasiones arrinconada por la juez Lind. Basta considerar los documentos seriamente “redactados” que se daba a los medios en los cuales a veces no podรญa leerse mรกs que un par de frases.

Es muy probable que el joven outsider, Bradley Manning, nunca recupere su libertad. En cambio la mayorรญa de los asesinos y criminales que exhibiรณ quizรกs nunca pisen una celda. La sentencia de Manning coincide con que otro filtrador de informaciรณn, el ex empleado de la CIA y contratista de la NSA, Edward Snowden, finalmente obtuvo asilo temporal en Rusia, con lo que terminรณ su cuarentena en el limbo del aeropuerto de Moscรบ. Queda claro que de regresar a los Estados Unidos Snowden no sรณlo perderรก la libertad sino la posibilidad de participar en la presunta conversaciรณn que Obama dice querer tener en torno a la privacรญa, la libertad de expresiรณn y la importancia de los informantes que lo arriesgan todo por el ideal de proteger los derechos de los demรกs. 

 

 

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(ciudad de Mรฉxico, 1963) es escritor. Su libro mรกs reciente es Tecnocultura. El espacio รญntimo transformado en tiempos de paz y guerra (Tusquets, 2008).


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