Ya he comentado, contrito, el intrigante desdรฉn que el mexicano promedio muestra hacia los libros, a partir de un estudio de la OCDE que mostraba que el compatriotaje lee un promedio de 2.8 libros al aรฑo y que el 40% no ha puesto jamรกs los pies en una librerรญa. En fin, que si alguien quiere leer esa serie de artรญculos, deberรก acudir aquรญ
Una reciente invitaciรณn de la SEP a discutir los problemas de la lectura en Mรฉxico me llevรณ a preguntarme si las abundantes iniciativas, heroicas algunas, para crear lectores; si las ferias de libros que se multiplican, servirรกn para algo mรกs que consolar las buenas intenciones. El tema “la crisis de la lectura en Mรฉxico” es un tema que, quizรกs, ha sustituido al tema “la lectura en Mรฉxico”: discutir por quรฉ no se lee ha generado una suerte de industria paralela, quizรกs mรกs productiva que la de la lectura.
“Lo que este paรญs necesita es ponerse a leer La Iliada”, le dijo famosamente Josรฉ Vasconcelos al general Obregรณn. Quรฉ ocurrencia conmovedora y extraรฑa la de ese cerebro misionero y prodigioso, ese sistema de ideas fantรกsticas, soberbia prosa y militancias contradictorias que fue Vasconcelos, para quien la necesidad de “desanalfabetizar” a Mรฉxico y ponerlo a leer fue una “emergencia histรณrica”.
Al frente de la SEP, como es de todos sabido, puso manos a la obra y calculรณ una colecciรณn de cien tรญtulos que habrรญan de servir para conducir a los mexicanos hacia la igualdad y la libertad. De la mano de –entre otros– Esquilo, Eurรญpides, Platรณn, Dante, Goethe y, desde luego, Homero, el mexicano accederรญa a la conciencia de pertenecer a la cultura de occidente.
Muchos, en 1921, se burlaron de la empresa y la consideraron utรณpica, poco prรกctica y hasta delirante. Quizรกs tenรญan razรณn, aunque… ¿no son acaso las causas imposibles las รบnicas que valen el esfuerzo? Vasconcelos tachรณ a sus crรญticos de “intelectualillos despechados” y tuvo que defenderse, y a su proyecto, denodadamente. (Otros proyectos editoriales de su invenciรณn, revistas culturales y lecturas para niรฑos, corrieron con mejor suerte, claro, como puede leerse en el libro de 1989 de mi querido amigo Claude Fell, Los aรฑos del รกguila pp. 479 y ss.)
El proyecto de Vasconcelos se detuvo a poco de iniciar su camino, pero alcanzรณ 17 tรญtulos. Aรฑos despuรฉs, en El desastre, un tomo de sus fascinantes memorias, Vasconcelos resumirรญa el revรฉs con estas palabras profรฉticas que quizรกs avisoraban a la futura dueรฑa de la educaciรณn nacional: “Asรญ fallan, oh Patria, los esfuerzos de tus hijos mejores, aplastados por la polรญtica que otorga mando a los imbรฉciles y malvados”.
La cosa es que aquellos legendarios “libros verdes” de Vasconcelos reviven hoy en una hermosa ediciรณn facsimilar, publicados por el Fondo de Cultura Econรณmica, la UNAM y la SEP. Vasconcelos mandรณ tirar 25 mil ejemplares de cada uno de aquellos volรบmenes. El tiraje de esta ediciรณn conmemorativa, pragmรกtico y realista, es infinitamente menor.
En 1921, Vasconcelos quiso acercar a los mexicanos a Homero. Luego de 40 aรฑos de impartir clases y 30 de escribir libros no deja de divertirme que, para el 99.9% de mis compatriotas, Homero sea ya una figura icรณnica, cotidiana y necesaria. A condiciรณn, va sin decirlo, de que anteceda al apellido Simpson.
(Publicado previamente en El Universal)
Es un escritor, editorialista y acadรฉmico, especialista en poesรญa mexicana moderna.