If only the phantom would stop reappearing!
John Ashbery, Faust
Miro desde la puerta el polvo suspendido,
la luz tardía en las cortinas, y todo el tiempo
el fantasma está ahí: lo intuyo
en la brizna de nada que dura un parpadeo,
el aire al que interroga una página en blanco,
la música difícil de los huesos.
Ha ocupado su puesto junto a las otras sombras.
Una mella en la sangre, un rasguño tenaz.
Algo que no consigo aislar aunque lo intente.
Es rápido y esquivo, no tiene prisa.
Simple como la noche es simple,
como la noche cae con sobriedad de autómata.
Hace mucho que las palabras dejaron de ayudarme,
pero a veces las llamo siguiendo un viejo hábito.
Él brilla entonces un instante, ondea y se disipa,
y un puño de negrura ocupa su lugar hasta borrarlo.
Viejas palabras, viejos hábitos…
Ni siquiera la noche dura lo suficiente.
Ligera y lenta como una sospecha,
la luz de la mañana recorre a tientas el estudio
y todo gira una vez más
en la rueda de las apariciones. ~
(Gijón, 1967) es poeta, crítico y traductor. Ha publicado recientemente 'Perros en la playa' (La Oficina, 2011).