Muy cariñoso tu comentario, Jesús. Yo traté mucho a Julián Meza en la UNAM. Con Jesús Anaya y otros hicimos una revista proguerrillera de nombre Hora 0. Salieron creo que cuatro números. Lo vi en París un par de veces durante un año sabático mío. Luego le perdí la pista. Hace pocos años, en este milenio, cuando ya había vuelto yo a Guadalajara, me llamó y nos fuimos a cenar a un simpático restorán, por supuesto de cocina francesa. Hablamos largamente de un admirado por él y por mí aunque maldito: Céline. En un texto que entregué a Nexos (“Los ojos de Rocco”), Julián es uno de los estudiantes que “toman” un departamento vacío frente al que compartía con dos de mis hermanos. ~
Los cuentos, de Cesare Pavese
Cuando un escritor se consagra, aun en el ámbito de los “marginales” u “oscuros”, se vuelve difícil leerlo sin alguna clase de predisposición a su…
Nosotros, de Jordan Peele: el otro en el espejo
Cuento dos de mis peores pesadillas de infancia. En una me encuentro en mi recámara jugando con mi madre. De pronto, alguien se aparece en el marco de la puerta: es mi madre, otra vez. Ambas…
Adiós al Olimpia
Dos tribus bárbaras destruyen las ciudades mexicanas. A la agresión feroz, rencorosa, de dos generaciones acumuladas de grafiteros lumpen despojados de toda esperanza por…
En respuesta a
Dr. Enrique Krauze: […] Dice usted que nunca desarrollo en mi texto el significado de la secularización moderna y que ni siquiera “lo trato propiamente”. Falso. En las…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES