En octubre del aรฑo pasado, poco antes de Halloween, el comitรฉ de asuntos interculturales de la Universidad de Yale enviรณ un email a los alumnos. En รฉl alertaba de la posibilidad de que determinados disfraces resultaran ofensivos para algunas minorรญas รฉtnicas o religiosas, y criticaba la apropiaciรณn cultural. Entre esos disfraces se incluรญan “los sombreros de plumas, los turbantes, llevar maquillaje de guerra o maquillarse la cara de negro o rojo”. Erika Christakis, administradora del campus, respondiรณ con un mensaje que provocรณ la ira de los estudiantes: “¿Ya no hay espacio para que un niรฑo o joven sea un poco odioso… un poco inapropiado o provocativo o, sรญ, ofensivo?” Christakis defendรญa la libertad de ser un poco idiota, pero tambiรฉn la libertad de poder decirle a otro lo idiota que es: “si no te gusta el disfraz que lleva alguien, mira hacia otro lado, o diles que estรกs ofendido. Hablad unos con otros”. La respuesta de los estudiantes, que denunciaban que la universidad no garantizaba el respeto a las minorรญas, llegรณ a los medios nacionales y Christakis acabรณ dimitiendo.
El rey Baltasar en Espaรฑa suele tener la cara pintada de negro. A los reyes magos a veces los representan miembros de cada ayuntamiento. Es obvio que a los niรฑos les hace ilusiรณn ver su concejal de hacienda con la cara pintada de betรบn. Es ridรญculo, como prueba la imagen del exalcalde de Madrid Alberto Ruiz -Gallardรณn vestido de Baltasar, pero difรญcilmente puede considerarse “apropiaciรณn cultural”. Consuelo Cruz, coordinadora del grupo federal afrosocioalista del PSOE, piensa que es “el mayor gesto de discriminaciรณn en Espaรฑa contra los negros, lo sentimos como una burla”. Es una preocupante frivolizaciรณn. En la cabalgata de reyes de ayer en Madrid Baltasar era un negro “real” que venรญa de “รfrica” (sic) y que ha cantado una canciรณn tradicional guineana. Es un bonito gesto, que encaja con la vocaciรณn de pluralidad y diversidad de la cabalgata, centrada en los cinco continentes y con detalles sobre ecologismo y otras culturas, pero no es la avanzadilla de la lucha contra el racismo en Espaรฑa.
La cabalgata de reyes ha sido una batalla por los simbolismos. Ha habido polรฉmicas por las reinas magas, se ha frivolizado la inclusiรณn de baltasares negros e incluso criticado la falta de animales. En Madrid, la derecha ha acusado a Carmena de no respetar las tradiciones cristianas y de tomar medidas sectarias con la รบnica intenciรณn de dividir a la poblaciรณn. El PP suele tachar este tipo de medidas -como el cambio del callejero franquista de Madrid- como no pertinentes, para luego explotarlas polรญticamente. El ayuntamiento ha utilizado las crรญticas rancias de la derecha mรกs dogmรกtica para reafirmarse y hacer propaganda. Y los niรฑos finalmente han disfrutado con personajes bรญblicos como Bob Esponja y Darth Vader.
Hay pocos argumentos mรกs dรฉbiles que la apelaciรณn a la tradiciรณn. La tradiciรณn se defiende porque es tradiciรณn. Es que se ha hecho asรญ siempre. Decรญa Ravel (aunque tambiรฉn se le atribuye a Renard o incluso a Nietzsche: probablemente no sea de ninguno) que la tradiciรณn es la personalidad de los tontos. De niรฑo esperaba los regalos de los reyes magos; me importaba poco que fueran realmente magos o tres lunรกticos zoroastrianos que venรญan de Persia. Si de pronto me hubieran dicho que los reyes son los tres mosqueteros, no me habrรญa importado. A quienes realmente les importa es a los adultos.
[Imagen]
Ricardo Dudda (Madrid, 1992) es periodista y miembro de la redacciรณn de Letras Libres. Es autor de 'Mi padre alemรกn' (Libros del Asteroide, 2023).