ยฟLe irritan los motociclistas que se arrogan el derecho de cruzar las calles a altas horas de la noche, haciendo sus infernales rugidos, sembrando el pรกnico y agraviando el sueรฑo de usted y los suyos?
Haga lo siguiente.
Coloque un cable de un lado al otro de la calle, atado a los รกrboles o los postes. Cuando escuche venir al motociclista, tense el cable. Una vez que la moto y su piloto se hallen en el suelo privados del sentido que nunca tuvieron, recรณjalos y llรฉvelos a un sรณtano construido ex profeso en una choza aislada en el campo.
Encadene el piloto a un muro, frente a su moto. Cuando recupere la conciencia chillarรก mucho, mucho y dirรก cosas del estilo โpinches putosโ, โme la pelanโ y โya verรกn con mi papรกโ. No le haga caso. Detrรกs de un vidrio ancho, en una cabina aislada contra el ruido, obsรฉrvele en su indefensiรณn. Luego, tome su control remoto y eche a andar la motocicleta.
El vehรญculo rugirรก con todo el esplendor de su rabioso motor japonรฉs. Las dimensiones reducidas del sรณtano amplificarรกn el ruido de manera espeluznante. Todo se cimbrarรก y vibrarรก, vibrarรก y se cimbrarรก hasta que el motociclista sienta que estรก dentro de los cilindros de su moto. Esta parte del tratamiento se prolonga durante tres horas.
Despuรฉs, el silencio. Cuando el piloto, exhausto de gritar y chillar, escuchar el ruido y respirar monรณxido, pretenda quedarse dormido, reinicie el tratamiento. Con la cabeza oculta por un casco de motociclista (de preferencia el mismo del piloto) llรฉvele de comer y beber sin decir palabra. Esta parte del tratamiento dura diez dรญas.
Pasados รฉstos, en la alta noche, durante uno de sus cada vez mรกs frecuentes desmayos, recoja al piloto, llรฉvelo de regreso a la ciudad y pรณngalo en el suelo, exactamente donde cayรณ la noche en que fue atrapado. La motocicleta no; esa destrรบyala.
El piloto despertarรก eventualmente, muy ofuscado, ahรญ en la calle o, quizรกs, dentro de una ambulancia. Advertirรก que en la bolsa de su pantalรณn hay un pequeรฑo objeto: es una cajita de mรบsica. Tarde o temprano va a darle cuerda. Comienza a sonar, dulcemente, un diminuto vals vienรฉs.
Santo remedio.
Es un escritor, editorialista y acadรฉmico, especialista en poesรญa mexicana moderna.