Las tres empresas, en diferentes oportunidades, fueron promovidas con fondos de capital de riesgo. Estos fondos son entidades que invierten recursos financieros en una cartera de proyectos con base en una determinada tesis de inversión[1]. A estos fondos se les da un seguimiento particular (durante un periodo de tiempo que usualmente va entre 3 y 7 años) vigilando que cumplan con los objetivos que definieron en su plan de negocios. El fondo gana cuando los recursos que recibe de vuelta el inversor no solo son superiores a los invertidos inicialmente sino que suman el costo de oportunidad[2].
Los administradores de estas entidades finacieras, idealmente, tiene una trayectoria relevante en el sector en el cual se invertirán los recursos y cuentan con un equipo capaz de identificar oportunidades y gestionar con las empresas un portafolio que prometa altos rendimientos.
Los inversionistas de estos “activos alternativos”[3] suelen ser inversores institucionales: aseguradoras, fondos de pensiones, organismos multilaterales, familias o individuos con abundantes recursos financieros que destinan una parte de su patrimonio a este tipo de inversiones riesgosas.
Los fondos de capital de riesgo, generan grandes beneficios sociales al invertir en empresas en las que nadie en su sano juicio invertiría (foto de bill gates y su team inicial en Microsoft o Apple de Steve Jobs y Steve Wozniack), ya sea porque van empezando o porque estén en etapas en las que la incertidumbre es lo único que se respira.
El riesgo inherente a este tipo de inversiones hace que estos fondos no sean los preferidos del inversor conservador. Incluso en Estados Unidos donde se tiene una muy larga tradición en la inversión de capital de riesgo, durante 2011, los activos invertidos en estos fondos equivalieron al 0.98% del PIB. En Israel durante el mismo periodo se invirtió el 2.05% y en Reino Unido el 0.75%, mientras que en países menos habituados a este tipo de inversiones ascendieron al 0.18% (en Brasil) y en México apenas alcanzaron el 0.02%.
Más allá de si estos fondos son una fuente importante para canalizar recursos disponibles para inversión, en el mundo se han presentado casos de éxito como el de Israel en donde a 20 años del inicio de promoción de la industria de capital privado se han fondeado más de 1000 empresas a través 80 fondos. De estas empresas por lo menos 30 han salido a Bolsa después de haber sido capitalizadas por un fondo de capital de riesgo.
El capital de riesgo en Estados Unidos genera empleo para cientos de miles de personas y ha permitido que las empresas más innovadoras del planeta saquen a la luz sus productos. En México, nos encontramos en una etapa muy temprana para presumir grandes resultados. Actualmente existen alrededor de 60 fondos agrupados en la Asociación Mexicana de Capital Privadoy aunque no es de dominio público el número de empresas que han sido promovidas por estos fondos, todos los días utilizamos productos y servicios de empresas impulsadas por ellos: comemos en un restaurante, vamos al cine, nos hopedamos en un hotel o volamos en una aerolínea.
A pesar de que es un mercado muy incipiente, se empiezan a ver los primeros resultados. Existen por lo menos 3 empresas listadas ya en la Bolsa de valores: Credito Real una microfinanciera, Sports Worlduna cadena de clubes deportivos y Genoma Lab una farmacéutica. Además existen empresas muy reconocidas que desde su inicio fueron fondeadas con este tipo de recursos como Cinemex, que incluso es un caso de negocio en la Maestría en Administración de Negocios de Harvard con el que los estudiantes aprenden a tomar decisiones o el caso de Volaris,cuya experincia sirve para los estudiantes del programa equivalente en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa. Existen también otras empresas que aunque no las vemos, interactuamos con sus algoritmos -muchas veces sin saberlo- como Seguridata que permite que muchas de las transacciones de entidades gubernamentales y el sector financiero se realicen de manera segura. Masteretta, el primer automovil deportivo mexicano, parodiado por TopGear, no hubiera podido existir sin el capital de riesgo.
Si bien no todas las recomedaciones que hace una década hizo el Texas Business Review para detonar la inversión de capital de riesgo en nuestro país se han cumplido, sí se ha avanzado en crear un vehículo de inversión mexicano con transparencia fiscal[4] y en crear un tipo de sociedad mercantil que proteja los intereses de las minorías y permita que los acuerdos entre accionistas sean utilizados en las transacciones de capital privado[5]. Sin embargo los cambios estructurales por si solos no son suficientes se requiere un cambio de mentalidad en los emprendedores. Nada mejor que la combinación de buenas ideas con dinero.
[1]Invertir en cierto sector o industria, a través de determinados instrumentos financieros (capital, deuda o deuda convertible), en empresas en alguna etapa de desarrollo (desde un proyecto hasta una empresa consolidada facturando cientos de millones de dólares), en cierta ubicación geográfica o con cualquier otro criterio que haga sentido a los administradores o potenciales inversionistas.
[2]Lo que se hubiera podido ganar de invertir en otros activos financieros, por ejemplo, en deuda del gobierno. Es un convencionalismo de la industria ofrecer el 8% de rendimiento anual a los inversionistas antes de que los administradores puedan cobrar algo.
[3]Cualquier activo no tradicional con potencial de generación de valor económico que no se encontraría en una cartera de inversión estándar. Debido a la naturaleza poco convencional de estos activos, su valoración puede ser difícil. Algunos activos alternativos pueden ser antigüedades, metales preciosos, vinos o fondos de capital de riesgo.
[4]Es decir, una entidad como la Limited Liability Corporation de Delaware en los Estados Unidos o Limited Partnership(LP)de Quebec que permite que los impuestos se cobren a los inversionistas de acuerdo con el régimen y país que corresponda. Lo anterior es muy importante, debido a que buena parte de los inversionistas en fondos de capital de riesgo son fondos de pensiones que en sus países pueden estar eximidos del pago de impuestos. Esto se cumplió en México con la creación el Fideicomiso de Inversión en Capital Privado (FICAP).
[5]Por ejemplo: el drag along, que otorga el derecho al tenedor de esta cláusula a vender una posición de control, es decir más del 51% de la compañía en cuestión, en caso de que el accionista interesado en sus acciones lo requiriese. O el tag along, que otorga el beneficio de sumarse a la venta de su posición accionaria en el supuesto de que un tercero estuviese interesado en invertir en la sociedad adquiriendo parte de la posición de otro accionista.
es asesor financiero, Gerente de la Practica Financiera de Visionaria.