ELEFANTAZO A CORWIN
Hace un par de meses escribí una nota en Letras Libres sobre la muerte en Australia de Steve Irwin, el famoso caza-cocodrilos. Ahí también recordaba a Timothy Treadwell, el extraño personaje enamorado de los osos grizzly que terminó, para sorpresa de nadie, como sustituto de salmón. Uno pensaría que el trágico final de Irwin y Treadwell disuadiría a otros embelesados por la naturaleza de acercarse a menos de un metro de un animal salvaje. Aparentemente, la estupidez no tiene límites. Hace unas horas, en Cambodia, el fortachón naturalista Jeff Corwin fue zarandeado brutalmente por un elefante. El video, repetido hasta el cansancio en CNN, muestra a un Corwin parado, audaz, gallardo, y convenientemente mojado, frente al paquidermo. Después, en un despliegue de donosura, abraza la trompa del animal. Los bíceps de Corwin crecen y el hombre sonríe. Todo un Tarzán. Acto seguido, el elefante aprieta la trompa y el galán vuela por los aires, pegando tremendo grito de dolor.
Si fuera un poco menos cínico, el video me espantaría. Lo cierto es que, tras verlo no menos de cien veces, no he podido dejar de reírme y de preparar la inevitable segunda parte de mi reflexión sobre estos suicidas, obsesionados con la antropomorfización.
– León Krauze
(Ciudad de México, 1975) es escritor y periodista.