La semana pasada, el rector de la UNAM, Dr. Josรฉ Narro, visitรณ el Instituto Tecnolรณgico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) en su ciudad sede. Honraba una invitaciรณn del Dr. Rafael Rangel Sostmann, su rector, a visitar la Feria Internacional del Libro de Monterrey (FILM) que este aรฑo tiene como invitada especial a la UNAM.
A esa seรฑal relevante del rector Rangel Sostmann respondiรณ el rector Narro con otra igual de valiosa. Los jefes de dos instituciones que parecen representar dos opciones tan opuestas de educaciรณn superior, y que la simpleza de los ideรณlogos (de ambos bandos) utilizan para caracterizar la mutua antipatรญa e incompatibilidad de sus respectivas posturas, dieron de este modo un mensaje crucial: el interรฉs en favor de la educaciรณn superior de Mรฉxico estรก por encima de tiranteces ideolรณgicas y polรญticas. El rector Narro interpretรณ su presencia en el ITESM como un โmensaje de unidadโ y de โpluralidadโ; como evidencia de que โlo pรบblico y lo privado son compatiblesโ y declarรณ hallarse โabsolutamente persuadido que con la presencia de todos nosotros, de las instituciones que representamos, estamos mandando un mensaje en favor de la educaciรณn, de la cultura, la ciencia y las humanidadesโ. Ojalรก que estas palabras del rector Narro fuesen escuchadas en los extremos de la UNAM…
Serรญa ingenuo no reconocer que hay en el encuentro de rectores en la FILM un ingrediente de otra naturaleza. Luego del infame episodio que costรณ la vida de dos estudiantes del TEC en marzo, vรญctimas del fuego cruzado entre sicarios y miembros del ejรฉrcito โy vรญctimas despuรฉs del desaseo de la investigaciรณn y la negligencia de las autoridades federales, apresuradas por exonerar al ejรฉrcitoโ el rector Rangel Sostmann, indignado y dolido, promoviรณ un documento con propuestas y exigencias para combatir la inseguridad, y el papel de las universidades en esa tarea. Lo hizo no sรณlo en Monterrey sino tambiรฉn ante la UNAM y la Asociaciรณn Nacional de Universidades de Instituciones de Educaciรณn Superior (ANUIES).
Y lo hizo con enorme pundonor, el mismo que, aparentemente, lo llevรณ a presentar su renuncia un par de meses mรกs tarde. Una renuncia opaca, pero de cuya esencia no parece posible excluir la incomodidad del gobierno ante la energรญa con que el rector exige que se explique con absoluta verdad lo ocurrido aquel dรญa atroz, sobre todo en lo que ataรฑe a la muerte de esos dos pobres muchachos.
El rector Rangel Sostmann โque lo sigue siendo a la espera de que el ITESM nombre a su sucesorโ es, a mi parecer, un educador extraordinario. Sus 25 aรฑos al frente del ITESM convirtieron a esa instituciรณn en un formidable organismo educativo: pasรณ de contar con cuatro sedes a tener 33; tiene 100 mil alumnos (la mitad con becas o crรฉdito); la movilidad internacional de sus estudiantes es elevada; tiene programas de educaciรณn continua; otorga 11 mil tรญtulos al aรฑo y el 67% de sus maestros son de carrera (porcentaje, por cierto, muy superior al de la UNAM); sus labores de investigaciรณn aumentan: es la instituciรณn superior que mรกs patenta en Mรฉxico y cada vez hay mรกs investigadores del ITESM en el Sistema Nacional de Investigadores.
Tambiรฉn es extraordinario el hombre. La muerte de esos jรณvenes le cambiรณ la vida. Como Antรญgona ante el rey Creรณn, el rector del ITESM exigiรณ que el entierro de esos muchachos incluyese el alumbramiento de la verdad, una verdad que en las tristes circunstancias que vive Mรฉxico, segรบn el poder, debe ocultarse. Que haya, entre esta terrible confusiรณn de valores, un hombre de principios, honra a todos los universitarios de Mรฉxico.