Se olvidaron de cómo hay que morir
y, así, ensanchan su vida tan letal.
Yo y mi tumor luchamos cordialmente.
Esperemos que no haya un doble muerto.
Necesito que muera mi tumor,
un tumor que se olvida de morir
pero que, en su lugar, planea matarme.
Pero recuerdo cómo hay que morir
aunque ya mis testigos estén muertos.
Pero recuerdo aquello que contaban
sobre tumores que los dejarían
tan ciegos y tan sordos como eran
antes del nacimiento de ese mal
que les trajera aquel tumor a cuento.
Ya secas, morirán las negras células
o cantarán y harán su voluntad.
Tan quedamente crecen noche y día
que nunca sabes, nunca dicen nada. ~
Marzo de 2002
Traducción de Hernán Bravo Varela
Turismo policiaco
El Código Da Vinci promete mucho. Parece un thriller a la manera de El Nombre de la Rosa de Umberto Eco. Desde el inicio, sin embargo, hay indicaciones de que esto no será…
Laurel de California
El botánico nos dijo: “Junto a la serrería de Davis, entre repuestos de hogar y fontanería, crece un laurel griego. No huele mucho, pero es el que usaban los poetas.…
El lento ocaso del chavismo
La oposición venezolana logró el mes pasado una abrumadora mayoría en el parlamento. Fue el triunfo de “los malos”, aseguró Nicolás Maduro, que no ha sabido cómo detener el hundimiento del…
Marilyn Monroe. “Me hace feliz que hayas nacido y estar viva al mismo tiempo que tú”
En 1954 Hollywood tributó un homenaje a Marilyn Monroe y ella se fue a Nueva York en busca de cultura y teatro. Fundó su propia productora –produjo El príncipe y la corista–; arropó a su…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES