Tras la noche del llano y su demonio,
lentos, los minerales de la casa
ceden y se diluyen en sus voces.
Premoniciones líquidas del tacto,
el corporal latido de las sombras
empuja la enramada del jardín
donde un muchacho oye el mar
de la verde espiral bajo su mano.
No es el recuerdo,
ni la piedra roma de la costumbre,
siempre sobre el olvido ungida
para amasar la sangre en la cadena;
no sirve en la república
de críticos ergóticos, solemnes,
tejedores de notas arenosas
contra los saltos de la espuma;
es un pulso que late en la frontera,
inservible en la suma de los nombres,
en la mesa de plomo de las negociaciones
o en la misa que ofrece
los dones temporales
al Señor de la Nada.
Desde los gestos fijos y las normas
deudores del enigma de la muerte,
la espiral y el jardín ya desertaron.
Pero al pasar, camino de mi cita,
por la plaza sin nadie de la hora,
oigo, sobre la dura piedra,
recomenzar la sombra su latido. ~
(Marbella, 1956) es poeta, crรญtico literario y director de Cuadernos hispanoamericanos. Su libro mรกs reciente es Octavio Paz. Un camino de convergencias (Fรณrcola, 2020)