601 cgaaatacca gtggcttacc gcaaggttct tcttcgtaag aacggtaata aaggagctgg 661 tggccatagt tacggcgccg atctaaagtc atttgactta ggcgacgagc ttggcactga 721 tccttatgaa gattttcaag aaaactggaa cactaaacat agcagtggtg ttacccgtga (ā¦). Son lĆneas del ADN del coronavirus.
Leyendo el cĆ³digo genĆ©tico de un virus tiene que ser posible infectarseā¦ y por supuesto desarrollar la vacuna y hacerse inmune. El cerebro entiende de alguna manera las secuencias de cuatro letras, puesto que Ć©l obedece a esas mismas combinaciones: Ć©l ha sido creado con esa letanĆa de combinaciones y repeticiones.
Leerlo y descifrarlo en directo āentenderloā serĆa como leer el cĆ³digo de Matrix, y eso no lo hacemos todavĆa. Nos conformamos con leer frases en el alfabeto completo y a veces hasta creemos entenderlas. Las frases forman grumos de conciencia, bloques de sentido, emociones para comprar, consumir e invertir. El cuerpo es un container de bacterias, simbiosis en marcha en una red de hilos invisibles. Si pudiĆ©ramos ver las supercuerdas sabrĆamos a dĆ³nde vamos, etc. Los filamentos.
Vamos a probar el mecanismo cerebral que lee el ADN con el virus de Wuhan o coronavirus 2019-nCoV. PodrĆamos intentarlo con otro anterior, el ahora famoso SARS, pero lo nuevo siempre tira mĆ”s. Covid-19. Nueva temporada. Covid-19 podrĆa ser hijo, o primo, del SARS, o una variaciĆ³n creada ad hoc. ĀæAd hoc para quĆ©? Apenas acabamos de oĆr que la cia ha espiado durante dĆ©cadas a todos los paĆses que compraron el encriptador.
El cerebro, sin pasar por la conciencia, lee y entiende esas secuencias de letras. Las asimila en el estĆ³mago (el primer cerebro fue intestinal, y sigue siendo decisivo: podemos decir que el cerebro superior, tan sobrevalorado hasta la fecha, es una especie de perifĆ©rico para entretenernos, ver series, etc. Mientras que el otro, el primitivo, sigue siendo el que decide y preserva la vida). Pues ese, el primero, lee y asimila el cĆ³digo (por si acaso no lo lea usted de corrido, esto es una prueba en vivo y el texto no estĆ” asegurado contra Ć³bitus lecturandi), entonces, el cerebro bĆ”sico lee el genoma de forma natural, lo interpreta. Y, si es necesario, lo transcribe o traduce desde el arn y viceversa. Pero no pasa por el cerebro superior. Ese significado se pierde para la conciencia, por algo serĆ”. QuizĆ” no podrĆamos con tanto contenido auto. Eso sĆ que serĆa literatura del yo. Bio-eco genuino. Tanta info propia nos matarĆa.
Y como es lĆ³gico, al leer la secuencia del virus, el lector se infecta. Contrae el Covid-19 (antiguo coronavirus Wuhan). Quieren arrebatar la patente a esa megaciudad desconocida, quieren robarle la paternidad del virus. Dicen que es para no estigmatizarla, pero el haber engendrado al bicho es un supersĆmbolo, una distinciĆ³n, y eso da fama, atrae al turista de emociones, que es todo turista, sitĆŗa el nombre en la zona alta de las ciudades del mundo. Wuhan. El mejor sitio para pasear. QuĆ© selfi se podrĆa comparar al mercado de animales vivos de Wuhan.
Seguimos. Lo de leer el ADN en vivo, en una pantalla, en el mismo mĆ³vil, es demasiado fuerte y por eso hay que insertar trozos de eco-bio, fragmentos de naturaleza al azar.
El lector reciĆ©n infectado recibe e incuba al bicho primigenio, como si acabara de salir del primer dĆa de la CreaciĆ³n, sin pasar por pangolines ni probetas ni cultivos. El Wuhanito con su mĆ”xima pureza y vigor. No estĆ” contaminado por bichos intermediarios, ni humanos, ni pangolines ni murciĆ©lagos ni serpientes. Viene directo de fĆ”brica, del dedo de Dios, que hizo el cielo y la nube y al sexto dĆa creĆ³ el virus para dar animaciĆ³n al videojuego. Siempre hay versiones que traen mĆ”s cosas, extras, poderes, inmortalizaciones, muebles, bisuterĆa.
En cierto modo es un lujo pillar el neumo de primera mano, es como asistir al universo en modo matemĆ”ticas. O en modo texto, que si conoces las tablas de conversiĆ³n que buscaba la cĆ”bala viene a ser lo mismo.
No lo haga. Sujete el impulso. Aunque el ADN despiezado lĆnea a lĆnea estĆ” en la red (ojo con las falsificaciones, no compre el ADN por la calle, no abra su corazĆ³n al primero que pase), abstĆ©ngase de leerlo de corrido, es peligroso. Lo primero es darse permiso, su sistema nervioso tiene que entender cuĆ”l es su funciĆ³n en este experimento. Si es que se presta, porque muchas veces el sistema nervioso pasa de todo y solo busca refocilarse y disfrutar (nostalgia del lĆ©gamo, etc.) de forma bestial hasta sumergirse en el olvido. En ese caso el pobre virus no le entrarĆ”.
AsĆ que dele toda la info: ha de saber que tiene que producir el anticuerpo (el selficuerpo o selfibody). Es la parte fĆ”cil, puesto que se crea a partir del mismo genoma que provoca la infecciĆ³n.
Hemos de atender a este componente o ingrediente de la humanidad que responde a estĆmulos suprasensoriales, prevĆricos, quizĆ” la religiĆ³n, espiritualidad, ansia de inmortalidad, ganas de hacer algo especial, etc. Sin ese Aliciente Steiner serĆamos meros virus, quizĆ” los virus tambiĆ©n lo padecen, aunque tienen muy pocas lĆneas de cĆ³digo. La vida en un pendrive antiguo.
Ayuda una representaciĆ³n grĆ”fica. Autorretratos de Antonio Saura (Moi), VĆctor Mira, etc. La pintura de Saura viene directamente del genoma, es puras letras a medio decodificar, por eso se leen con tanta inmediatez: algo intestinal nos indica que ese mensaje es exacto, somos nosotras. El arte se explica(rĆ”) tambiĆ©n por el genoma en marcha, la espiroqueta divina, etc. Esta asimilaciĆ³n del ADN en modo texto ha cambiado ya las novelas… de la dĆ©cada anterior. Cuando un lector se acostumbra a leer las cuatro letras cuesta regresar al alfabeto cuneiforme de la era anterior.
En fin, usted no haga lo que dice y no diga lo que hace. Es la norma digital. La prĆ³xima generaciĆ³n, si la hay, leerĆ” el cĆ³digo sin pensar. ~
(Barbastro, 1958) es escritor y columnista. Lleva la pƔgina gistain.net. En 2024 ha publicado 'Familias raras' (Instituto de Estudios Altoaragoneses).