Ella recuerda y canta

La canción detrás de todas las cosas

Gabriela Damián Miravete

Odo Ediciones

Ciudad de México, 2022, 238 pp.

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Gabriela Damián Miravete (Ciudad de México, 1979) es miembro del colectivo Cúmulo de Tesla y responsable, junto a las escritoras Andrea Chapela, Iliana Vargas y Libia Brenda, de la convención sobre literatura especulativa, fantasía, horror y otros géneros MexiCona. Se ha hecho de un nombre en la escena de la literatura fantástica y la ciencia ficción nacional con textos publicados en diversas antologías, sobre todo por sus cuentos “Future Nereid” –incluido en Three messages and a warning. Contemporary Mexican short stories of the fantastic– y “Soñarán en el jardín”, cuento ganador del Premio Tiptree 2018. Este último se sitúa en un México del futuro donde la sombra de los feminicidios ha desaparecido. En la historia, el jardín funciona como espacio de restitución, de justicia y de memoria. La relación entre la tierra y la vegetación con la mujer y su vida marca la narración, lo cual permite que la Guardiana del jardín afirme que la indignación “que nos causó perderlas fue el inicio de todo. Nos levantamos, repetimos sus nombres en las calles, conseguimos cambiar el rumbo. Ellas fueron el viento que impulsó la vela de este barco, de nuestro futuro. Simplemente quisiera que hubiésemos aprendido antes la lección, que todas ellas pudieran haber vivido”. Esta línea, y su marcado feminismo, es la base de las historias de La canción detrás de todas las cosas.

El libro, otrora llamado Pequeños naipes de ópalo, está compuesto por doce cuentos que pueden ser separados en dos grupos. El primero lo forman los seis que construyen la historia de la Sociedad Anónima para la Preservación y el Estudio de los Naipes de Ópalo (SAPENO), todos contados, o transcritos, por el mismo personaje: una aspirante a escritora, con cuentos publicados en varios lados, llamada Gabriela Damián. Ella se compromete con los miembros de la SAPENO, científicos desprestigiados por las instituciones académicas y gubernamentales, a convertir sus investigaciones en cuentos para que su trabajo sobre el ópalo sueño de enero sea difundido. El mencionado mineral se caracteriza por unas líneas de extraña formación que, al ser manipuladas en un aparato, producen sonido. Sin embargo, contraria a la música vegetal como la que realiza Oliver Jennings, la melodía de los minerales hace ver cosas a quienes la escuchan. Les hace sentir cosas. Estar en cuerpos, en tiempos, en vidas más allá de las suyas.

El otro grupo, los seis cuentos restantes, está compuesto por historias almacenadas en los naipes. La de una niña que se adentra en la tierra, y en el tiempo, debido a una apertura en el suelo de la Ciudad de México después del temblor del 85, por ejemplo. O la de Maryam, una mujer que, desde el interior de una caverna, busca conocer, entender, desear o decidir si aceptar, o no, el mandato del ángel al que sueña. O la de Brandusa, habitante de Herculano, que sueña con una playa y escucha a la tierra estallar por el cráter del Vesubio. Por cierto, en las excavaciones de dicha ciudad se han encontrado 340 esqueletos en las bóvedas que servían como refugio para temblores.

Datos como el del párrafo anterior llenan de notas al pie cada cuento. Hay citas, comentarios, referencias a investigaciones, libros o exploraciones de índole científica, histórica, técnica y política. Estas se presentan como intervenciones de Gabriela Damián –la narradora y la escritora– en cada uno de los relatos que, en el universo del libro, ella transcribe. De ahí que estas redondeen las narraciones, las conecten entre sí y, además, aporten detalles a la construcción del carácter del personaje que está contando todo.

Lo anterior permite preguntar por el género de este título. Si los textos arman una misma historia, si se desarrolla una gran línea argumental a lo largo del libro, ¿no es La canción de todas las cosas una novela?, ¿no convendría más a la autora, a la editorial, publicar este libro bajo la etiqueta del género narrativo que más se vende y reseña?, ¿no es posible leer estos cuentos como capítulos disfrazados de narraciones breves? La respuesta es no. Cada texto es, desde su estructura narrativa hasta su propuesta estética, un cuento. Incluso aquellos que narran la historia de la SAPENO–y que, según el diagrama de Venn del índice, pueden leerse de corrido– permiten una lectura independiente, no necesitan del resto. Sin embargo, cada cuento añade matices, ideas o líneas a los demás. Es así porque Gabriela Damián Miravete no trata de ganar lectores a fuerza de intercambiar las etiquetas de los géneros literarios, sino que entiende el arte de crear un libro de cuentos. No se trata de juntar historias escritas en tiempos determinados o de poner relleno para que un texto de 36 páginas sea rentable como publicación, sino de ofrecer una experiencia de lectura que sacuda a quien lee en cada inicio y lo lleve en la misma dirección con cada final.

Lograr esa comprensión, lograr un libro como este, toma tiempo y requiere de ayuda. Damián Miravete echó mano de ambas. Escribió la primera versión de estos cuentos en 2010, mientras tenía la beca de Jóvenes Creadores del Fonca. Desde entonces, afirmó que estaban listos, que yo recuerde, cuatro veces. Pasaron los años, se le extendieron algunas ofertas de publicación, la rechazaron algunas veces. Y ella no soltó el libro. Siguió reescribiendo, rearmando, hasta que una editorial sui géneris logró que los cuentos dejaran de ser leyenda urbana.

Odo Ediciones es un proyecto dirigido por Libia Brenda, autora y editora que ha estado involucrada en la escena de la ciencia ficción y la fantasía mexicana desde inicios de los noventa. La propuesta de la editorial es digna de mencionarse: publica sus libros, en formato físico y digital, sin copyright y bajo Licencia Editorial Abierta y Libre (leal). Si bien es posible comprar los textos en librerías pequeñas de la Ciudad de México y el área metropolitana, no es la forma de distribución que propone el sello. En su sitio web es posible comprar temporadas, que consisten en el libro en ambos formatos además de meses de actividades, talleres y reuniones con la autora en cuestión. Esto se debe a que el proyecto busca “la formación de comunidad: de manera colectiva, podemos imaginar una realidad más amplia por vía de la literatura”.

Esa idea de comunidad marcó la edición de La canción detrás de todas las cosas: Libia y Gabriela son amigas desde finales del siglo pasado y trabajaron de cerca, por años, en cada párrafo. El resultado ha sido un libro tan tierno como combativo y replicante que permite a Damián Miravete unirse a las voces destacables del cuento en México. ~

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es escritor. En 2019 Textofilia publicó Se abren los caminos, su primera novela.


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