Cuando se busca algo que se ha perdido, cualquier cosa es una seรฑal.
Eudora Welty, โLa gran redโ
Una maรฑana nublada a fines de la dรฉcada de 1980 visitรฉ la iglesia que estaba frente a mi departamento en Parรญs, cruzando la calle. Tenรญa curiosidad. La parroquia de San Nicolรกs del Chardonnet era entonces la sede del arzobispo Marcel Lefebvre, un opositor cismรกtico de las reformas del Vaticano II que acababa de ser excomulgado por el papa Juan Pablo II. Catรณlicos conservadores provenientes de toda la ciudad se apretujaban en la iglesia los domingos para escuchar cantos gregorianos y la misa tridentina recitada en latรญn. Una experiencia hermosa, prohibida.
Despuรฉs de la ceremonia, un buen nรบmero de congregados se reunieron en el pequeรฑo atrio de la iglesia para conversar y hojear algunos de los libros y periรณdicos derechistas expuestos sobre mesas plegadizas. Cuando yo rondaba frente a una de ellas, un joven mencionรณ una tienda donde yo podrรญa encontrar mรกs ejemplares en la misma lรญnea. Arrancรณ un pedazo de papel y escribiรณ una direcciรณn, diciรฉndome que la librerรญa no tenรญa escaparate โhubo intentos por incendiar locales anterioresโ, de modo que solo debรญa tocar a la puerta.
Fui, toquรฉ, me observaron y luego me admitieron. Tras una gruesa cortina roja descubrรญ un revoltijo de libreros demasiados llenos, que cubrรญan las paredes de una habitaciรณn de buen tamaรฑo. A pesar de las apariencias resultรณ haber orden en el desorden: la colecciรณn habรญa sido dispuesta cronolรณgicamente segรบn las obsesiones histรณricas de la derecha francesa, en conflicto unas con otras.
El primer librero estaba dedicado al neopaganismo de la Nouvelle Droite (Nueva Derecha), que desde la dรฉcada de 1960 ha inspirado el escritor y editor Alain de Benoist; su ยฟCรณmo se puede ser pagano? (1981) se considera uno de sus textos fundacionales. En un sentido, este grupo es, aunque minรบsculo, la fuerza mรกs radical de la derecha europea, puesto que sitรบa el Edรฉn tan lejos en el tiempo que culpa al advenimiento del cristianismo hace dos milenios de la implacable decadencia de Europa. El siguiente librero, no obstante, contenรญa historias que enaltecรญan la victoria cristiana sobre el paganismo y aรฑoraban la simple armonรญa de la Edad Media monรกstica. Junto a estos, encontrรฉ suntuosos tomos que celebraban la no monรกstica grandeza de la Casa Catรณlica de Borbรณn. Unos cuantos libreros se dedicaban despuรฉs a la catรกstrofe de la revoluciรณn, con hagiografรญas de los levantamientos contrarrevolucionarios de los chuanes y los vandeanos.
Mรกs adelante en el pasillo figuraban libros fuertemente antialemanes centrados en la guerra franco-prusiana de 1870-1871. Tras de estos, predeciblemente, habรญa una amplia colecciรณn de obras anti-dreyfusard; todas ellas supuestamente probaban que, aun si Alfred Dreyfus no fuera un agente alemรกn, al menos quienes lo apoyaban sรญ lo eran. Pero en el librero de al lado encontrรฉ biografรญas filogermรกnicas de generales nazis como Erwin Rommel y los heroicos colaboradores de Vichy.
Seguรญan libros iracundos sobre la Argelia francesa, que incluรญan autobiografรญas de oficiales de la Organizaciรณn Armada Secreta que resistiรณ la retirada francesa de su colonia y en represalia intentรณ asesinar al presidente francรฉs Charles de Gaulle en 1962. El รบltimo estante contenรญa ataques contra los estudiantes rebeldes de mayo de 1968, que tambiรฉn quisieron echar a De Gaulle, aunque por razones muy diferentes. Y al final, en el piso junto a la caja registradora, una cesta de alambre estaba llena de casetes de mรบsica de heavy metal racista, de bandas con nombres alemanes.
Parรญs era una fiesta de hierbas amargas.
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Siempre ha sido mรกs difรญcil entender a la derecha radical que a la izquierda radical. En el pasado, cuando habรญa librerรญas serias de izquierda que servรญan a socialistas activos y no a estudiantes universitarios con tiempo libre, tambiรฉn eran un tanto caรณticas. Autores utรณpicos se codeaban con estalinistas, anarquistas con trotskistas, exรฉgetas de la sabidurรญa del presidente Mao con intรฉrpretes de la sabidurรญa del lรญder albanรฉs Enver Hoxha (una cosa de los setenta).
Cada uno de los movimientos de liberaciรณn poscolonial entonces activos figuraba en sus estantes respectivos, incluidos muchos manifiestos escritos por oscuros revolucionarios destinados a volverse infames tiranos. Y, sin embargo, a pesar de la variedad intelectual y geogrรกfica, uno siempre tenรญa la idea de que los autores imaginaban el mismo objetivo abstracto: un futuro de la emancipaciรณn humana hacia un estado de libertad e igualdad.
ยฟPero quรฉ objetivo final comparten los de la derecha radical? Eso es mรกs difรญcil de discernir, puesto que cuando se refieren al presente casi siempre hablan en pasado. La vida contemporรกnea se compara con un mundo perdido parcialmente imaginado que inspira y limita la reflexiรณn sobre futuros posibles. Puesto que existen muchos pasados que en teorรญa podrรญan provocar una nostalgia militante, uno podrรญa pensar que la derecha polรญtica serรญa en consecuencia irremediablemente conflictiva. Esto resulta no ser cierto. Es posible asistir a conferencias de derecha cuyos expositores incluyan a conservadores nacionales enamorados de la Paz de Westfalia, populistas seculares enamorados de Andrew Jackson, protestantes evangรฉlicos enamorados del Muro de los Lamentos, paleocatรณlicos enamorados de la Iglesia del sigloย V, fanรกticos de las armas enamorados del Wild West del sigloย XIX, halcones enamorados de la Guerra Frรญa del sigloย XX, aislacionistas enamorados del Comitรฉ Primero Amรฉrica de la dรฉcada de 1940, y muchachos con acnรฉ ondeando gruesos manifiestos escritos por un personaje absurdo conocido como el Perverso de la Edad de Bronce. Y todos se llevan bien.
La razรณn, considero, es que esos pasados รบtiles sirven mรกs a la derecha como jeroglifos simbรณlicos que como verdaderos modelos para orientar la acciรณn. Es por eso que estรกn en boga o dejan de estarlo de manera impredecible, dependiendo de los cambios en el clima polรญtico e intelectual. Lo mรกs que se puede decir es que, entre mรกs a la derecha se encuentre uno, mayor convicciรณn se tiene de que una ruptura histรณrica decisiva originรณ el detestable presente y de que la creciente decadencia debe enfrentarse con… bueno, con algo. Es aquรญ cuando las cosas se vuelven ambiguas.
La vaguedad retรณrica es un arma polรญtica poderosa, como lo entendieron los revolucionarios del pasado. Jesรบs una vez comparรณ el Reino de Dios con la โlevadura que una mujer tomรณ y ocultรณ en tres medidas de harina, hasta que todo quedรณ fermentadoโ. No muy esclarecedor, pero tampoco muy polรฉmico. Marx y Engels hablaron alguna vez de una sociedad comunista posrevolucionaria en la que uno podrรญa cazar en la maรฑana, pescar en la tarde y escribir iracundos manifiestos por la noche. Despuรฉs de esto abandonaron el tema. Mantener la ambigรผedad respecto al futuro es lo que permite a los estadounidenses de derecha, con visiones muy distintas del pasado, compartir en el presente un sentido ilusorio de propรณsito comรบn.
ยฟCรณmo, entonces, se puede comprender a la derecha radical hoy en dรญa? Antes de la elecciรณn de Donald Trump en 2016, la respuesta instintiva de los liberales y progresistas estadounidenses era simplemente no intentarlo. Periodistas que se infiltraron en grupos de extrema derecha, o estudiosos que analizaron sus ideas con seriedad, fueron con frecuencia tratados como agentes provocadores (como puedo atestiguar). Esto ha cambiado. Hoy en dรญa periodistas cubren a muchos de los grupos y movimientos importantes, y sondean con eficacia el fondo mรกs profundo del parloteo de la derecha por internet. Quien quiera saber quรฉ se estรก diciendo en esos cรญrculos oscuros, en Estados Unidos y alrededor del mundo, puede ahora averiguarlo.
Pero mantenerse al tanto de las tendencias no es lo mismo que comprender lo que significan. Lo que con mucha frecuencia parece faltar en nuestros reportajes es la percepciรณn de la psicodinรกmica del compromiso ideolรณgico. Los grandes novelistas polรญticos del pasado โDostoievski, Conrad, Thomas Mannโ crearon protagonistas que exponen argumentos ideolรณgicos coherentes, a los que otros personajes responden con seriedad, pero que tambiรฉn revelan algo significativo sobre su configuraciรณn psicolรณgica. (Un ejemplo clรกsico son las batallas intelectuales de Lodovico Settembrini y Leo Naphta en La montaรฑa mรกgica.) Estos autores escribieron como los buenos psicoanalistas practican su arte en el consultorio. Los analistas no descartan las razones que damos para lo que sentimos y creemos, que pueden contener mucha verdad. No estรกn solamente tendiรฉndonos una emboscada para que afloren nuestros motivos โverdaderosโ โo sea, bajosโ y puedan rechazar las razones que habรญamos expresado (una excusa comรบn para no poner atenciรณn a la derecha). Nos observan a travรฉs de dos lentes diferentes: como seres inquisitivos que en ocasiones encuentran la verdad, y como seres que se autoengaรฑan, cuyas bรบsquedas son decididamente incompletas, reveladoramente repetitivas, cargadas emocionalmente y con frecuencia autodestructivas. Esta es la habilidad requerida para comenzar a comprender los movimientos ideolรณgicos mรกs importantes de nuestro tiempo, especialmente los de derecha.
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A mi modo de ver, la corriente de derecha estadounidense mรกs interesante psicolรณgicamente hoy en dรญa es el posliberalismo catรณlico, a veces llamado โconservadurismo por el bien comรบnโ. El โposโ en โposliberalismoโ se refiere a un rechazo de los fundamentos intelectuales del individualismo liberal moderno. La atenciรณn no estรก en un conjunto estrecho de principios polรญticos โcomo los derechosโ sino en una visiรณn moderna que lo abarca todo y que, segรบn los posliberales, valora la autonomรญa por encima de cualquier otra cosa y que parece indiferente a los efectos psicolรณgicos y sociales del individualismo radical. Semejante visiรณn no solo es hostil a la nociรณn de lรญmites morales a la acciรณn humana, naturales o impuestos socialmente, que tambiรฉn son necesarios para la felicidad de las personas. Tambiรฉn ha minado gradualmente los fundamentos intelectuales preliberales de las sociedades occidentales, que en el pasado facilitaban proteger el bien comรบn contra las pretensiones de individuos egoรญstas. Los posliberales catรณlicos quisieran establecer (o restablecer) una visiรณn mรกs comunitaria de la buena sociedad, una en la cual las instituciones democrรกticas estarรญan en cierto modo subordinadas a una visiรณn moral superior, autorizada, del bien humano โlo que para muchos de ellos significa la autoridad de la Iglesia catรณlica.
Desde la pasada dรฉcada, entre las รฉlites intelectuales de derecha ha ido creciendo el interรฉs por las ideas y prรกcticas catรณlicas, y no es inusual encontrar a jรณvenes conservadores en instituciones de la Ivy League que se convirtieron o renovaron su fe despuรฉs de entrar a la facultad. Estos estudiantes se reรบnen con frecuencia en nuevos centros de estudio fuera del campus, financiados por fundaciones conservadoras y donantes catรณlicos, donde invitan a conferenciantes y leen juntos obras clรกsicas. Aunque no comparto su fe, he tenido estudiantes como estos y los estimo. La mayorรญa estรกn buscando honestamente sentido y direcciรณn, y en estos centros han encontrado compaรฑerismo intelectual. De alguna manera me recuerdan a estudiantes estadounidenses de principios de la dรฉcada de 1960 que querรญan escapar de la pesadilla climatizada en la que se sentรญan atrapados y, en busca de alimento espiritual, voltearon hacia importantes autores religiosos del momento, como Thomas Merton y Paul Tillich, un capรญtulo olvidado en la historia canรณnica de la dรฉcada de los sesenta.
Como ellos, los estudiantes que veo sienten el vacรญo de la cultura contemporรกnea, ahora agudizado por las relaciones, efรญmeras pero tensas, que tienen con otros en lรญnea. Asรญ que uno puede comprender su entrega romรกntica a la nociรณn de la tradiciรณn catรณlica y su herencia intelectual, que prometen estructura y profundidad espiritual. (Algo similar ocurre con los estudiantes judรญos atraรญdos por el movimiento ortodoxo moderno.) Es tambiรฉn fรกcil ver cรณmo podrรญan sentirse atraรญdos por posliberales de derecha, que pretenden revelar que el origen de su desesperaciรณn no es la existencia humana en sรญ โcomo pensaban Merton y Tillichโ sino mรกs bien โel proyecto liberal de modernidadโ. Esto los hace altamente susceptibles a los sueรฑos de retornar a las enseรฑanzas sociales cristianas premodernas, que apuntalarรญan una sociedad mรกs decente y justa, y vidas personales mรกs significativas para ellos mismos. Esta es una esperanza vana pero no despreciable.
El libro que primero cristalizรณ la manera de sentir posliberal fue ยฟPor quรฉ ha fracasado el liberalismo?, de Patrick Deneen, que causรณ un gran revuelo tras su publicaciรณn en 2018 y recibiรณ la aprobaciรณn de Barack Obama. La descripciรณn del pensamiento posliberal que ofrecรญ arriba proviene en buena medida de ese libro. Deneen se centrรณ particularmente en cรณmo la idealizaciรณn de la autonomรญa ha actuado como un รกcido que corroe los fundamentos culturales mรกs profundos heredados de la era cristiana, los que en su concepciรณn sostenรญan costumbres y creencias compartidas que cultivaban familias estables, un sentido de obligaciรณn y virtudes como la moderaciรณn, la modestia y la caridad. Ross Douthat resumiรณ bien su argumentaciรณn:
Donde antes entregaba igualdad, el liberalismo ahora ofrece plutocracia; en vez de libertad, una apetencia regulada por un estado de vigilancia; en lugar de libertad intelectual y religiosa verdadera, conformidad y mediocridad en aumento; ha reducido ricas culturas a productos de consumo, destruido relaciones sociales y familiares, y nos ha dejado a todos como habitantes, aislados y sospechosos los unos de los otros, de una โanticulturaโ de la cual han huido muchos bienes humanos genuinos.1
Quรฉ tan persuasiva encuentre uno esta descripciรณn dependerรก de si uno comparte la visiรณn sombrรญa de Deneen respecto de cรณmo vivimos hoy dรญa.2 La mayorรญa de la derecha posliberal la comparte. Pero tambiรฉn introduce al cuadro preocupaciones que tรญpicamente animan a la izquierda, como la influencia polรญtica del capital, los privilegios de una รฉlite endogรกmica y meritocrรกtica, la devastaciรณn del medioambiente y los efectos deshumanizantes de una innovaciรณn tecnolรณgica sin fin, todo lo cual Deneen interpretรณ como los frutos del individualismo liberal. Los posliberales se ven a sรญ mismos desarrollando una visiรณn del bien comรบn mรกs comprehensiva, que integra la cultura, la moralidad, la polรญtica y la economรญa, lo cual harรญa al conservadurismo mรกs consistente consigo mismo al liberarlo de la idolatrรญa โtan propia de la era Reaganโ de los derechos de propiedad individuales y el mercado.
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Si bien Deneen es catรณlico y profesor en la Universidad de Notre Dame, ยฟPor quรฉ ha fracasado el liberalismo? no es un libro explรญcitamente catรณlico. Para comprender cรณmo el disgusto respecto del presente liberal podrรญa hacer al catolicismo psicolรณgicamente atractivo, es รบtil leer los apuntes autobiogrรกficos polรญtico-espirituales de Sohrab Ahmari, Fuego y agua. Mi viaje hacia la fe catรณlica. Ahmari, un amigo y aliado de Deneen, naciรณ como musulmรกn en Irรกn en 1985 y sus educados padres lo llevaron a Estados Unidos a la edad de trece aรฑos. En su relato, casi inmediatamente comenzรณ a desdeรฑar el โecumenismo sentimental liberalโ en el que estaba siendo criado. Se volviรณ entonces un converso serial, una especie conocida para los pastores. Fue primero un entusiasta ateo adolescente, luego un entusiasta nietzscheano, luego un entusiasta trotskista, luego un entusiasta posmodernista y finalmente un muy entusiasta neoconservador (son muchos estantes). Mรกs o menos en ese tiempo sus escritos atrajeron la atenciรณn del Wall Street Journal y pronto se incorporรณ al equipo de la pรกgina editorial.
Ahmari considera ahora su revoloteo polรญtico una bรบsqueda inconsciente por llenar un vacรญo espiritual. Como suele ocurrir en las historias de conversiรณn, se produce una epifanรญa y las cosas comienzan a cambiar. Vรญctima del consumo excesivo de alcohol y de una fuerte resaca, entrรณ de casualidad en 2008 a una iglesia en Manhattan donde se celebraba una misa. Cuando las campanas sonaban para la adoraciรณn del sacramento, se derritiรณ: โLas lรกgrimas corrieron de mis ojos y por mi rostro. No eran lรกgrimas de tristeza y ni siquiera de felicidad. Eran lรกgrimas de paz.โ Le tomรณ ocho aรฑos mรกs convertirse oficialmente al catolicismo y, segรบn su propio recuento, la decisiรณn fue lo mismo polรญtica que teolรณgica. โAnhelaba una autoridad estable tanto como la redenciรณnโ, escribe, y la Iglesia representaba โorden, continuidad, tradiciรณn y totalidad. Confianzaโ. Si ganar eso significaba tener que aceptar incluso la oscura doctrina de la encarnaciรณn, que asรญ sea: โSu misma improbabilidad abonaba en mi mente a su favor.โ
Ahmari es un autor que desarma. En un punto en su libro pregunta: โยฟHabรญa yo encontrado en la fe catรณlica un modo de expresar las aspiraciones reaccionarias de mi alma persa, aunque en clave latina?โ Nunca responde esto, pero cualquier lector imparcial podrรญa hacerlo por รฉl: sรญ. Pero faltaba todavรญa otra conversiรณn mรกs: del neoconservadurismo al posliberalismo.
Al principio fue crรญtico de populistas como Donald Trump y Viktor Orbรกn cuando aparecieron en escena, y escribiรณ en 2017 que โlos argumentos para entregarse al iliberalismo polรญtico son dรฉbiles, incluso dentro del marco social-conservador […] Lo que encomia al liberalismo es la experiencia histรณrica, no una teorรญa abstractaโ.3En el transcurso de dos aรฑos, sin embargo, ya predicaba un sermรณn distinto, dirigido tanto en contra de los neoconservadores como en contra de la izquierda. Hoy en dรญa Ahmari se presenta como un conservador cultural que admira a Orbรกn โel Enver Hoxha del posliberalismo estadounidenseโ y un socialdemรณcrata econรณmico que admira a Elizabeth Warren. Su รบltimo libro, Tyranny, Inc., es un ataque cruento y bastante efectivo contra el capitalismo financiero neoliberal y la โutopรญa de mercadoโ de Silicon Valley, y una exaltaciรณn de los sindicatos, regulaciones, planes de retiro de beneficio fijo y muchas otras buenas medidas progresistas. Como Deneen, considera a los libertarios de izquierda y de derecha como gemelos malditos engendrados por una clase privilegiada liberal que debe ser derrocada en nombre de la dignidad humana y de una sociedad ordenada que sirva a los que menos tienen. Su proyecto mรกs reciente es Compact, una vivaz revista en lรญnea que cofundรณ y edita, donde antiliberales de izquierda y derecha โde Glenn Greenwald y Samuel Moyn a Marco Rubio y Josh Hawleyโ exhiben sus mercancรญas.
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Adrian Vermeule, un profesor de leyes de Harvard especializado en derecho constitucional y administrativo, fue cortado de otra tela. รl tambiรฉn se convirtiรณ al catolicismo en la dรฉcada pasada, convencido de que โno hay un terreno estable intermedio entre el catolicismo y el materialismo ateoโ. Aparentemente la Virgen Marรญa fue importante en esta decisiรณn: โDetrรกs y arriba de todos los que me ayudaron en el camino, ahรญ estaba una gran Seรฑora.โ4
Vermeule es a la vez mรกs penetrante y mรกs intelectualmente radical que sus amigos Deneen y Ahmari, lo que da a sus escritos una calidad bifronte, como Jano. Sus libros acadรฉmicos son doctos y bien argumentados, y ocupan un lugar en los debates constitucionales contemporรกneos, incluido Los jueces frente al Leviatรกn. El control judicial del Estado administrativo (2020), que escribiรณ con su colega liberal (y colaborador de la New York Review of Books) Cass R. Sunstein. Cuando escribe en lรญnea, saca a su id de la puerta trasera y se pone a destrozar el jardรญn. Un poco como los islamistas radicales que hablan de paz en inglรฉs pero de guerra en รกrabe, Vermeule ha aprendido a ajustar su retรณrica segรบn su audiencia.
Su libro mรกs reciente, Common good constitutionalism (โConstitucionalismo del bien comรบnโ), argumenta de manera contundente a favor de abandonar las lecturas tanto progresista como originalista de la Constituciรณn de Estados Unidos, y regresar a lo que llama โla visiรณn clรกsica de la leyโ. Esta tradiciรณn, enraizada en las obras de juristas romanos y en Tomรกs de Aquino, considerรณ a la ley civil como un marco estable para procurar los bienes comunes de paz, justicia, abundancia y solidaridad con la comunidad como un todo. Los derechos importan en semejante sistema, pero solo de modo derivativo, como un medio para alcanzar esos fines. La libertad, en la visiรณn de Vermeule, es โun mal amo pero un buen sirvienteโ, si se le constriรฑe y se le dirige adecuadamente. Estas son ideas muy antiguas, pero Vermeule logra infundirles nueva vida de un modo estimulante que sorprenderรก a los juristas liberales y conservadores convencionales. Por ejemplo, en una sรญntesis de la lรญnea argumental del libro publicada en The Atlantic, escribe:
Si elaboramos sobre el principio del bien comรบn de que no existe el derecho constitucional a rechazar la vacunaciรณn, la ley constitucional definirรก en tรฉrminos amplios la autoridad del Estado en materia de proteger la salud y el bienestar pรบblicos, y de proteger a los dรฉbiles de pandemias y azotes de varios tipos โbiolรณgicos, sociales y econรณmicosโ, incluso si para hacerlo se necesita invalidar las apelaciones egoรญstas de individuos a โderechosโ privados.
Este es un libro que vale la pena estudiar.
Tal es el Vermeule convencional. Un personaje mรกs iracundo aparece en revistas de derecha como First Things (โPrimeras Cosasโ) y en oscuros sitios web de la extrema derecha catรณlica. Ahรญ opera segรบn una mรกxima tomada de la tradiciรณn reaccionaria catรณlica que va de Joseph de Maistre a Carl Schmitt: โTodo conflicto humano es a final de cuentas teolรณgico.โ5 En estos escritos, el liberalismo no es una teorรญa polรญtica y legal equivocada, o incluso un modo de vida social equivocado. Es una โfe evangelista, de luchaโ, con su escatologรญa, clero, mรกrtires, pastores evangรฉlicos y sacramentos, dirigidos a combatir a los enemigos conservadores del progreso.6 Su fuego debe ser combatido con el fuego.
Vermeule es un hombre cansado, cansado de esperar el cambio, cansado del โquietismoโ de derecha, cansado de ser meramente tolerado por el opresivo orden liberal que dice: โEres bienvenido a ser un extremista domรฉstico, con tal de que tu extremismo permanezca domesticado de forma seguraโ7 (un guiรฑo a Herbert Marcuse). Quiere un movimiento radical contra el liberalismo que โno estรฉ meramente interesado en volver mรกs lento su progreso, sino en derrotarlo, deshacerloโ. En su opiniรณn, solo un catolicismo polรญtico consciente de sรญ mismo, que distinga el poder temporal del espiritual pero en รบltima instancia subordine el primero al segundo, podrรก enfrentar el desafรญo histรณrico. Tiene la esperanza de que una crisis y una epifanรญa provocarรกn una realineaciรณn revolucionaria:
El hambre de lo real podrรก entonces desesperar tanto a la gente, volverla tan harta de la falsedad esencial del liberalismo, que aceptarรกn la apuesta de que la Verdad […] prevalecerรก, o por lo menos aceptarรกn la apuesta de entrar en coaliciรณn con otras variantes antiliberales.8
Vermeule es un tipo psicolรณgico reconocible de los movimientos revolucionarios: el Acelerador. Los aceleradores actรบan como azotes de sus camaradas, cuya cobardรญa, sostienen, es todo lo que detiene a la revoluciรณn. Histรณricamente han aparecido en la izquierda y la derecha radicales como enemigos de los socialdemรณcratas y de los reformadores liberales que difunden la ilusiรณn de que es posible el mejoramiento a travรฉs de las instituciones democrรกticas. Los aceleradores se ven a sรญ mismos como la vanguardia de la vanguardia y se burlan del rechazo de sus aliados a โdesatar la mierdaโ, como reza el mantra de Silicon Valley. Eventualmente se convierten en la imagen especular de sus despiadados enemigos imaginados.
Vermeule aรบn no llega a ese punto. En vez de eso, adoptรณ la estrategia de corto plazo de alentar a la gente de derecha a hacer una larga y sigilosa marcha dentro de las instituciones del gobierno (guiรฑo a Rudi Dutschke). โDe lo que se trataโ, escribe, โes de encontrar una posiciรณn estratรฉgica desde la cual quemar la fe liberal con hierros calientes, derrotar y capturar los corazones y las mentes de agentes liberales, apoderarnos de las instituciones del orden antiguoโ. Y el mejor lugar desde el cual hacerlo es dentro de la rama ejecutiva, donde en ocasiones es posible subvertir el statu quo sin tener que tratar mรกs directamente con instituciones representativas como el Congreso y las legislaturas estatales. Asรญ como Josรฉ se insinuรณ en la corte real egipcia para proteger a los judรญos, asรญ los posliberales deberรกn incrustarse en las burocracias y conducir las decisiones polรญticas en la direcciรณn correcta, presumiblemente hasta que un faraรณn antiliberal se haga cargo (otra vez).
Vermeule soltรณ estas ideas de capa y espada en una reseรฑa crรญtica de ยฟPor quรฉ ha fracasado el liberalismo? de su amigo Deneen, en 2018. En ese libro Deneen aรบn esperaba redimir el liberalismo apuntalando los fundamentos morales de comunidades locales y educando a los jรณvenes en la prioridad del bien comรบn. Vermeule el Aceleracionista lo reconvino, dijo que estaba fascinado por la โmistificaciรณnโ del orden liberal. La contrarrevoluciรณn se acerca: ยฟa quรฉ le tienes miedo?
Deneen tomรณ este reto en serio y responde en su รบltimo libro, Cambio de rรฉgimen. Hacia un futuro posliberal, que se lee como si hubiese sido escrito por una persona diferente. El tono de ยฟPor quรฉ ha fracasado el liberalismo? era de lamento, de llanto incluso por algo valioso que se habรญa perdido. El nuevo libro intenta sonar mรกs radical, pero estรก tan a medio hacer que por momentos parece una parodia de la literatura comprometida, escrita en un tipo de straussianismo demรณtico. Deneen hace eco del viejo grito de guerra de los contrarrevolucionarios de โtodo esfuerzo por โconservarโ debe primero derrocar radicalmente la ideologรญa liberal del progresoโ. La buena noticia es que โlos muchosโ โa los que tambiรฉn llama, sin sombra de ironรญa, โlos demosโโ estรกn alcanzando la conciencia de clase, pero carecen del conocimiento y la disciplina para refinar su ira y definir un programa para gobernar. Lo que necesitan son lรญderes que sean parte de la รฉlite pero se vean a sรญ mismos como โtraidores de claseโ listos para actuar como โmayordomos y cuidadores del bien comรบnโ. Llama a esto โaristopopulismoโ y a sus practicantes โaristoiโ (Garbo se rรญe). Es una fantasรญa muy vieja de intelectuales polรญticos engaรฑados volverse la vanguardia pedagรณgica de una revoluciรณn popular y hacerles ver a sus lรญderes un destello de la verdadera luz. Imagine a un profesor de Notre Dame que, mientras se pasea por la estoa de South Bend, Indiana, explica al chamรกn de QAnon la distinciรณn escolรกstica entre ius commune y ius naturale, y se harรก una idea.
Por improbable que parezca la idea de que los aristoi de derecha realicen una larga marcha dentro de las instituciones, circulรณ en un momento en que los activistas trumpianos utilizaron la misma estrategia y se prepararon para una batalla contra el โEstado profundoโ, si es que Trump resultaba reelecto. La Heritage Foundation, por ejemplo, contribuyรณ con cerca de un millรณn de dรณlares a Project 2025, que compilรณ una base de datos de cerca de veinte mil derechistas confiables que en una segunda administraciรณn de Trump podrรญan inmediatamente ser nombrados a puestos de gobierno. La esperanza no era solamente reemplazar a aquellos que habรญan sido nombrados por Biden, lo que a menudo exige la aprobaciรณn del Congreso, sino establecer una nueva categorรญa de puestos de servicio civil (Schedule F) que podrรญan ser cubiertos por leales, lo cual es ilegal bajo la ley vigente. Trump habรญa establecido esta categorรญa tarde en su presidencia, y la administraciรณn de Biden rรกpidamente la derogรณ despuรฉs de la elecciรณn de 2020. Pero con bastante facilidad los republicanos podrรญan restaurarla despuรฉs de una victoria de Trump, y parecen tener esa intenciรณn. Como lo expresa la Heritage Foundation en una declaraciรณn de propรณsitos para Project 2025:
Para los conservadores no es suficiente ganar elecciones. Si vamos a rescatar al paรญs de la sujeciรณn de la izquierda radical, necesitamos a la vez una agenda de gobierno y la gente correcta en su sitio, lista para aplicar esta agenda el Dรญa Uno de la administraciรณn conservadora que vendrรก.9
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Esta nociรณn de que el cambio social debe provenir de la cรบspide es, en la tradiciรณn catรณlica, muy papal. En este sentido, los posliberales que escriben hoy dรญa son papistas en espรญritu, aunque el actual pontรญfice no los haya convencido del todo. Es llamativo que en sus obras casi nunca hablan del poder que tendrรญa el evangelio de transformar a una sociedad y una cultura desde abajo transformando en primer lugar la vida interior de sus miembros. Salvar almas es, a fin de cuentas, un negocio de menudeo, no de mayoreo, y no tiene nada que ver con hacer maniobras para obtener poder polรญtico en un mundo caรญdo. Semejante ministerio requiere paciencia, caridad y humildad. Significa encontrar a personas concretas en el lugar donde estรฉn y persuadirlas de que otra mejor manera de vivir es posible. Este es el tipo de ministerio que deberรญan estar realizando los posliberales si toman en serio aquello de querer que los estadounidenses abandonen su individualismo vacรญo y hedonista, y no estar tramando planes para infiltrar el Ministerio de Educaciรณn.
Jesรบs implorรณ a sus discรญpulos ser โprudentes como las serpientes y sencillos como las palomasโ cuando salieron al mundo a predicar la Palabra. Deneen aconseja a los topos posliberales adoptar โmedios maquiavรฉlicos para fines aristotรฉlicosโ en la esfera polรญtica. Este es un mensaje evangรฉlico muy diferente y trae a la mente la sabia observaciรณn de Montaigne de que โes mucho mรกs fรกcil hablar como Aristรณteles y vivir como Cรฉsar que hablar y vivir como Sรณcratesโ. Ahmari, siempre incendiario, se dirige a los soldados en un lenguaje mรกs militante, y los exhorta a
pelear la guerra cultural con el objetivo de derrotar al enemigo y gozar de los despojos en la forma de una plaza pรบblica reordenada segรบn el bien comรบn y, en รบltima instancia, el Bien Mรกs Alto […] La civilidad y la decencia son valores secundarios […] Debemos procurar el uso de nuestros valores para imponer nuestro orden y nuestra ortodoxia, no pretender que podrรญan de algรบn modo ser neutrales. Reconocer que la enemistad es real es una obligaciรณn moral de nuevo tipo.10
La fe podrรก mover montaรฑas, pero es demasiado lenta para estos Jinetes del Apocalipsis.
Visto desde cierta perspectiva, los posliberales captan varias cosas acertadamente. Hay un malestar โllรกmenlo cultural, llรกmenlo espiritual, llรกmenlo psicolรณgicoโ en las sociedades occidentales modernas, que se refleja ante todo en el estado preocupante de nuestros niรฑos, que estรกn cada vez mรกs deprimidos y tienen tendencias suicidas. Y en verdad carecemos de vocabulario y conceptos polรญticos adecuados para articular y defender el bien comรบn y poner lรญmites necesarios a la autonomรญa individual, desde el control de armas hasta evitar que la pornografรญa por internet llegue a los niรฑos. Sobre esto, muchos en el espectro polรญtico podrรญan convenir. ยฟQuรฉ liberal o progresista hoy dรญa podrรญa rechazar el argumento de Vermeule de que โun Estado justo es un Estado que tiene amplia autoridad para proteger a los vulnerables de los estragos de las pandemias, los desastres naturales y el cambio climรกtico, y de las estructuras subyacentes del poder corporativo que contribuyen a estos sucesosโ?11
รl, sin embargo, tiene una teorรญa catรณlica de gobierno desarrollada para explicar por quรฉ asรญ debe ser necesariamente. ยฟLos liberales y progresistas tienen una hoy dรญa? Yo sรฉ que yo no.
Pero desde otro punto de vista, los posliberales ofrecen tan solo un ejemplo mรกs de la psicologรญa de la histeria ideolรณgica autoinducida, que comienza con la identificaciรณn de un problema genuino y rรกpidamente muta a una sensaciรณn de crisis mundial-histรณrica y a la designaciรณn de uno mismo y de nuestros camaradas como los elegidos, llamados a golpear al adversario โde manera literal en este casoโ. Como lo formula Vermeule,
parecerรญa que la enemistad mรกs profunda del liberalismo se reserva en รบltima instancia a la Santรญsima Virgen. Y es asรญ como Gรฉnesis 3:15 y Revelaciones 12:1-9, que describen al enemigo implacable de la Virgen, nos dan la mejor pista acerca de la verdadera identidad del liberalismo.12
Se refiere a Satรกn.
Los posliberales estรกn atorados en la repeticiรณn de errores cometidos por muchos movimientos de derecha, que se enredan tanto en su propia retรณrica hiperbรณlica y en una dramaturgia histรณrica fantasiosa, que eventualmente se vuelven irrelevantes. Mientras su prioridad sean las guerras culturales y no difundir la Buena Nueva, estos catรณlicos inevitablemente se decepcionarรกn en los Estados Unidos seculares posprotestantes, donde incluso los demos de los estados republicanos piden acceso a la pornografรญa, el aborto y la mariguana. Los posliberales acaso obtengan su propio librero en la biblioteca del movimiento reaccionario estadounidense. Pero el resto de la derecha de Estados Unidos eventualmente se irรก, en busca de nuevos sรญmbolos y jeroglรญficos para soรฑar sus sueรฑos.
Me preocupan los jรณvenes atraรญdos ahora por el movimiento. Su descontento con las vidas solitarias, superficiales e inestables que ofrecen nuestra cultura y economรญa les honra. Pero encontrar el verdadero origen de nuestro desasosiego nunca es un asunto sencillo, para jรณvenes o viejos. Es mucho mรกs fรกcil encantarse con cuentos de hadas histรณricos y unirse a una secta polรญtica partidista que promete la redenciรณn del presente, que reconciliarse con el hecho de que nunca va a estar uno completamente reconciliado con la vida o el momento histรณrico, y voltear hacia su interior. Si yo fuese un creyente y me pidieran que les predique un sermรณn, les dirรญa que sigan cultivando juntos sus mentes y (por quรฉ no) sus almas, y que dejen Washington a los Cรฉsares de este mundo. Y les advertirรญa que las aguas polรญticas que rodean a sus montes Saint-Michel conservadores estรกn marcadamente comenzando a oler a cloaca. ~
Traducciรณn del inglรฉs de Andrea Martรญnez Baracs.
Publicado originalmente enย The New York Review of Books.
Patrick J. Deneen
ยฟPor quรฉ ha fracasado el liberalismo?
Traducciรณn de David Cerdรก Garcรญa
Madrid, Rialp, 2018, 256 pp.
Sohrab Ahmari
Fuego y agua. Mi viaje hacia la fe catรณlica
Traducciรณn de Aurora Rice
Madrid, Rialp, 2019, 238 pp.
- โIs there life after liberalism?โ, enย The New York Times, 13 de enero de 2018. โฉ๏ธ
- ย Para una crรญtica de la visiรณn de Deneen, vรฉase Robert Kuttner, โBlaming liberalismโ, enย The New York Review of Books, 21 de noviembre de 2019. โฉ๏ธ
- ย โThe terrible American turn toward illiberalismโ, enย Commentary, octubre de 2017. โฉ๏ธ
- Madeleine Teahan, โThere is no middle way between atheism and catholicism, says Harvard professor who has convertedโ, enย Catholic Herald, 28 de octubre de 2016. โฉ๏ธ
- โAll human conflict is ultimately theologicalโ, enย Church Life Journal, 26 de julio de 2019. โฉ๏ธ
- Vรฉase la reseรฑa de Adrian Vermeule deย Why liberalism failed, de Deneen, โIntegration from withinโ, enย American Affairs, vol. 2, nรบm. 1 (primavera de 2018). โฉ๏ธ
- ย โLiberalismโs good and faithful servantsโ, enย Compact, 28 de febrero de 2023. โฉ๏ธ
- โLiberalismโs fearโ, enย Integralism and the common good, vol. 1, editado por P. Edmund Waldstein y Peter A. Kwasniewski, Angelico Press, 2021, p. 313.
โฉ๏ธ - Vรฉase Walter M. Shaub Jr., โThe corruption playbookโ, enย The New York Review, 18 de abril de 2024; y el reportaje exhaustivo de Thomas B. Edsall, โTrumpโs backers are determined not to blow it this time aroundโ, enย The New York Times, 3 de abril de 2024. โฉ๏ธ
- โAgainst David French-ismโ, enย First Things, 29 de mayo de 2019.
โฉ๏ธ - ย โBeyond originalismโ, enย The Atlantic, 31 de marzo de 2020. โฉ๏ธ
- ย โA Christian strategyโ, enย First Things, noviembre de 2017. โฉ๏ธ
(Detroit, 1956), renombrado ensayista, historiador de las ideas y profesor de la Universidad de Columbia, es colaborador frecuente de The New York Review of Books y The New York Times. Su libro mรกs reciente es El regreso liberal. Mรกs allรก de la polรญtica de la identidad (Debate, 2018).