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Una concepciรณn religiosa ortodoxa del mundo sostiene que en nuestro trรกnsito por la existencia estamos sometidos a prueba, y que, en ultratumba, vamos a subir al cielo o a bajar al infierno segรบn se haya desenvuelto nuestro comportamiento.
Admitamos que lo menos que podemos decir es que esta idea del mundo y de la vida es, no solo anticuada, sino inexplicable. ยฟQuiรฉn puede entender la concepciรณn de un Dios santo, justo y bueno, que creรณ un campo donde torturar a los desdichados pecadores por toda la eternidad? Porque, aclaro, ยฟquiรฉn creรณ esta horrenda concepciรณn de un horrendo lugar llamado infierno? ยฟSe formรณ solo? El diablo no pudo hacerlo porque es incapaz de crear nada. O sea, tuvo que crearlo Dios. Y eso serรญa inexplicable.
Como sea, el infierno estรก ligado a la responsabilidad. Para que sea justo castigar a una persona por lo que hizo tiene ella que haber actuado libremente. Esta concepciรณn impone el llamado libre albedrรญo, la libre decisiรณn. Pero ยฟcuรกndo es libre la decisiรณn y cuรกndo no? Mi maestro Gallegos Rocafull explicรณ un dรญa en clase que a veces pensaba que para cometer un pecado mortal se precisaba ser un teรณlogo profesional bien capacitado.
La minuciosa filosofรญa escolรกstica creรณ la fascinante teologรญa moral, de corte tomista, en la que se teje fino en estas fantasรญas.
Nosotros no vamos a exponer aquรญ esas delicadezas, pero ustedes pueden leer al padre Antonio Royo Marรญn O. P. en los volรบmenes de la Biblioteca de Autores Cristianos.
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Pero esta no es la objeciรณn capital a la existencia del infierno, hay otra mรกs fuerte que podrรญamos llamar, a falta de mejor precisiรณn, filosรณfica: el mรกs allรก se desenvuelve en la eternidad. La eternidad, dice san Agustรญn, no es mucho ni muchรญsimo tiempo, la eternidad es ausencia de tiempo. La eternidad estรก pavorosamente quieta, inmรณvil. No podemos imaginarla, pensar en ella, y menos discurrir como hace Dante que pasa por esto y aquello e imagina, por ejemplo, al conde Ugolino royendo, con sus dientes fuertes como los de los perros, el crรกneo de su hijo.
Ni esa ni ninguna otra escena. Explicรณ Kant: si imaginamos algo, ese algo se sitรบa automรกticamente en el tiempo. Esto significa que no podemos imaginar lo que no estรก en el tiempo.
Claro que todo esto es necedad y basta cualquier terceto de Dante para anularlo.
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El problema de la visualizaciรณn proviene de que el รกngel es un ente inmaterial, por lo tanto no puede captarse por los sentidos, no es ni joven ni viejo, ni macho ni hembra. No es humanoide. No es nada que podamos percibir, ni siquiera la luz โla mejor candidataโ tan precisa, pura y angelical. Por lo tanto, al รกngel solo podemos captarlo por sus signos.
El problema de la representaciรณn de un รกngel es independiente al de su existencia. Es un problema de imaginaciรณn artรญstica, no de teologรญa. Los signos angelicales son siempre signos sujetos a interpretaciรณn. Para apreciar a un รกngel del Greco no necesitamos pronunciarnos acerca de su existencia. El problema imaginativo de cรณmo visualizar en nuestros dรญas a un รกngel puede planteรกrselo cualquiera. Se trata de un modo de hablar de ciertas cosas, tan preciso y tan sutil como otros lenguajes de todos los dรญas.
ยฟDe quรฉ signos estamos hablando? De aquellos que recogen sus caracterรญsticas. Por ejemplo, la de ser viajero rapidรญsimo. Santo Tomรกs dice que va de un lugar a otro sin recorrer el camino. Es decir, estรก en A y de pronto ya estรก en B sin haber pasado por el punto C, que estรก entre A y B. Por esta celeridad puede pensarse que, como dice Zaid, la computadora tiene algo de angelical y ese algo puede ayudarnos a la representaciรณn actual de los รกngeles.
El รกngel es una criatura problemรกtica destinada a ocupar el enorme vacรญo que se extiende entre Dios y las criaturas. Digo que es problemรกtica porque es obvio que con frecuencia nos inclina a pensar en un politeรญsmo disfrazado. Los dioses expulsados del monoteรญsmo riguroso han vuelto a entrar a la economรญa teolรณgica por la puerta trasera en calidad de รกngeles. De ahรญ el รฉnfasis ortodoxo en que son solo criaturas y estรกn al servicio de Dios, su creador.
Pero no todos, porque hay รกngeles obedientes y รกngeles insumisos (llamados demonios) cuya rebeldรญa estรก ligada a la presencia del mal en el mundo. Los demonios, de los que hablaremos despuรฉs, no son mensajeros ni estรกn al servicio de Dios, pero siguen siendo รกngeles. ~
(Ciudad de Mรฉxico, 1942) es un escritor, articulista, dramaturgo y acadรฉmico, autor de algunas de las pรกginas mรกs luminosas de la literatura mexicana.