Perplejidades del fanatismo

Una regla si no infalible sรญ bastante certera para distinguir fanatismos y vesanias de la intransigencia es la del ataque ad hominem o ad mulierem.
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No hay dรญa que no traiga bajo el ala un excremento pues, en vez del vuelo, son muchos quienes prefieren, posados en la rama de las ideas fijas, que dan seguridad, la deyecciรณn sobre otros. Aves de mal agรผero, todo lo ensucian y, como el cuco que expulsa los huevos de otros pรกjaros, cuyos nidos parasita, estos cultivan la โ€œcancelaciรณnโ€, que tiene tanto de negaciรณn y ninguneo como de prisiรณn intelectual (de la que el primer recluso, todo sea dicho, es el carcelero).

Una regla si no infalible sรญ bastante certera para distinguir fanatismos y vesanias de la intransigencia es la del ataque ad hominem o ad mulierem (si no, que se lo digan a J. K. Rowling, lapidada desde el rincรณn queer de la polรญtica de gรฉnero). Se deja de lado la discusiรณn sosegada de ideas para arremeter con el ariete del insulto las puertas del asediado a quien se quiere exterminar (tapar la boca es otra forma de hacerlo). Quien recurre a eso, si no pierde del todo la razรณn, la disimula mucho.

Que las redes sociales son terreno abonado para estos comportamientos no es nada nuevo, pero recientemente han manchado mis pantallas dos ejemplos llamativos, uno de los cuales ataรฑe a esta revista. Como quiera que anunciara en mi perfil de una de esas redes una colaboraciรณn anterior (โ€œLas errancias de Oisinโ€), un contacto mexicano al que por supuesto yo no agreguรฉ nunca, limitรกndome en su dรญa a aceptar su solicitud, comentaba que era una lรกstima que fuera โ€œla revista de los โ€˜intelectuales orgรกnicosโ€™, los mรกs reaccionarios de Mรฉxico, un verdadero lastre histรณricoโ€. Quedรณ sin contestar el exabrupto. Uno elige las armas y el momento para el duelo, aunque sea dialรฉctico. Y, en realidad, no va a haber duelo alguno: simplemente voy a analizar frรญamente ese juicio, esa deyecciรณn.

Es sabido que Octavio Paz y su impresionante legado, del que Letras Libres es heredera, han tenido una reacciรณn a menudo hostil en Mรฉxico por parte de cierta izquierda inmovilista que habrรก leรญdo mucho a Marx pero poco a Darwin y su teorรญa de la evoluciรณn. Menos aรบn a Einstein y sus enunciados sobre la relatividad. Como era de esperar, el fugaz corresponsal (que, inerte como piedra, jamรกs habรญa reaccionado a ninguno de varios centenares de textos o enlaces) se caracteriza por un perfil claramente demagรณgico.

El individuo importa poco, pero es interesante la categorรญa: segรบn el mismo y otros como รฉl, la fil de Guadalajara es โ€œcueva de conservadoresโ€ (esto ya lo han dicho antes otros, que leen solo en diagonal el riquรญsimo programa de la feria dirigida, por lo demรกs, por una mujer progresista). Centrรฉmonos, pues, en el asunto de lo reaccionario. Esta, como la de fascista, es una de las acusaciones mรกs pobres que se pueden hacer hoy dรญa: la inflaciรณn en su uso la ha devaluado y ya vale menos que un pfnenig en la Repรบblica de Weimar. Traducido, viene a significar que algo no se acomoda a las falsillas del discurso dominante de estirpe marxista-leninista reciclada que a la lucha de clases ha aรฑadido la de sexos y razas y que ha erigido sus verdades absolutas como una religiรณn, defendida con el mismo ahรญnco que cualquier ortodoxia. Poseer independencia de criterio y libertad de conciencia es a lo que hoy en dรญa se llama reaccionario o fascista.

Pero dejemos Mรฉxico y vayamos al otro paรญs en que se edita Letras Libres: Espaรฑa. Tambiรฉn en una red social citรฉ por las mismas fechas el comienzo de un poema de Manuel Machado: โ€œSilba ya en el aire la bala / que nos ha de matar.โ€ Enseguida alguien saltรณ con un comentario extemporรกneo diciendo que esos versos demostraban lo facha y amigo de las balas que era el hermano de Antonio (luego el individuo mencionรณ para redondear la infamia el asesinato de Garcรญa Lorca). Somos mayorรญa los que, por mรกs completa e intensa, preferimos la obra de Antonio a la de Manuel pese a los logros brillantes del segundo (que era en realidad primero, por mayor). Pero no es necesario elegir. Es conocida la boutade de Borges cuando zumbonamente preguntรณ en cierta ocasiรณn: โ€œAh, ยฟpero Manuel tenรญa un hermano?โ€ Precisamente decรญa yo en mi publicacioncilla que esos dos versos tenรญan un aire borgeano. Me faltรณ decir que avant la lettre, porque son anteriores a cualquier cuento o poema que publicara Borges, quien el tema de la muerte que nos estรก esperando o se dirige a nosotros tomรกndose un tiempo que se estira lo emplea en el cuento โ€œEl milagro secretoโ€, donde la descarga de un piquete de fusilamiento tiene dos duraciones muy distintas en el mundo fรญsico y en la mente del ejecutado. En โ€œLa esperaโ€ se pueden hallar tambiรฉn concomitancias, y estoy seguro de que, no siendo uno mismo Funes el Memorioso ni nada que se le parezca, se me escaparรก algรบn otro ejemplo relevante. Tambiรฉn hay un tono inevitablemente afรญn en el principio de su โ€œPoema conjeturalโ€ (โ€œZumban las balas en la tarde รบltimaโ€).

El poema de Manuel Machado sobre la bala que ya busca nuestro cuerpo aunque ignoremos que ha sido disparada, trasunto de la fatalidad y de la fugacidad de la vida, es el titulado โ€œA Josรฉ Nogales, muertoโ€. Fue este Nogales tรญo materno del hoy popular y durante aรฑos olvidado Manuel Chaves Nogales, alguien por igual contrario a los fanatismos de la izquierda y de la derecha. El celoso antifascista que saltรณ como un resorte contra los versos ignoraba que corresponden a un poema ยกde 1908! Muchรญsimo antes de la Guerra Civil y de la posiciรณn favorable a Franco que Manuel Machado, presionado por el ambiente en el que se encontrรณ, tuvo que adoptar. ยฟPudo haber sido mรกs valiente? Sรญ. ยฟPodemos ponernos en su piel y exigirle un valor que nosotros no sabemos si tendrรญamos? No. Menos mal que no todo es fanatismo y que Joaquรญn Pรฉrez Azaรบstre ha ganado el pasado mes de diciembre el Premio Mรกlaga de Novela con El querido hermano, narraciรณn que tiene por protagonista a Manuel Machado y su relaciรณn con Antonio.

Pablo Neruda fue un gran comilรณn y, como tantos comunistas de salรณn, amigo del lujo que proporcionan las prebendas. Le habrรญa gustado mรกs el wok de la cocina oriental que el despropรณsito woke que se ha extendido ahora por el mundo. Sobre todo, desde que รฉl tambiรฉn ha sido vรญctima de la cancelaciรณn por la supuesta violaciรณn de una sirvienta cingalesa consignada en Confieso que he vivido y por su reprobable desentendimiento de su hija Malva Marina, aquejada de hidrocefalia. En su poema โ€œLa mรบsica de lo que pasaโ€, del libro con el mismo tรญtulo de 1997, David Huerta escribiรณ: โ€œPablo Neruda dice mentiras / del tamaรฑo de grandes mascarones y caracolas.โ€ ยฟSucediรณ como cuenta el nobel chileno? ยฟInvalidarรญa ello que se le honre por su obra?

No obstante, lo en verdad ridรญculo fue la porfรญa contra el autor de Veinte poemas de amor y una canciรณn desesperada a causa de ese alejandrino que torcidamente se quiso leer por quienes malquistan siempre como una incitaciรณn al sometimiento femenino, a su docilidad muda: โ€œMe gustas cuando callas porque estรกs como ausente.โ€ Quedarse con ese verso aislado es ignorar el resto del poema, y realmente hubiera sido mejor permanecer en silencio antes que demostrar tamaรฑa indigencia cultural. Pero eso quรฉ importa, ya se ha conseguido el objetivo que se buscaba. Curiosamente, quienes linchan a Neruda por esto no han alzado nunca la voz por su relaciรณn con el estalinismo, que ocasionรณ muchas mรกs vรญctimas que las aisladas que pudo provocar el escritor, excelente poeta (cuando no se pone panfletario) y dudoso ciudadano. ~

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