‘Gravity’, primeras tomas largas II: competencia

La segunda parte de los antecedentes de la primera toma de Gravedad de Alfonso Cuarón y Emmanuel Lubezki. ¿Por qué alguien decide no cortar?
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A ver quién la tiene más larga.

El profesor Bordwell ha argumentado en varios textos que los cineastas hacen cine para sí mismos y para el público pero también para otros cineastas, especialmente para los cineastas de un dado ecosistema. “Puede ser útil pensar en la cinematografía comercial como una cooperativa/arena competitiva donde se reta a directores, escritores, fotógrafos y otros artistas a innovar”, dice. Aparece una novedad –narrativa, tecnológica, etc– y los cineastas intentarán pequeñas variaciones, emulaciones, reveses. “Es la tendencia a explorar, a veces exhaustivamente, todas las posibilidades de una misma premisa.” The variorum quality of popular culture, la llama. La competencia como una de las fuentes de la variedad.

En la toma larga inicial (o en la toma larga en cualquier otro momento de la película) es muy visible esa forma de competencia y variedad. Primero, claro, porque es difícil. Hay que coreografiar, hay que mantener la sangre fría, todos los elementos en su lugar. Además de buen fotógrafo hay que ser bueno en logística. “La toma larga es emocionante, crea suspenso”, dice Wes Anderson. “Estás esperando a ver quién la caga.” También es visible esa competencia/variedad porque puede requerir innovación tecnológica. Para la toma larga de la persecución en auto de Hijos del hombre (2006) Alfonso Cuarón y Emmanuel Lubezki inventaron una curiosa maquinaria que les permitía meter y sacar la cámara del coche. (Acá hay un minidocumental sobre esa toma.) También porque puede requerir una enorme condición física. Escuchen al final de esta toma larga de Hugo (2011) de Martin Scorsese cómo los camarógrafos tratan de recuperar el aliento.

También porque, una vez pasado el límite ‘natural’ o común del corte, la tentación es ir más lejos. “La realidad vista y oída mientras sucede siempre está en tiempo presente”, escribió Pasolini en 1967. “La toma larga, el elemento primordial y esquemático del cine, está, entonces, en presente. […] Pero en cuanto interviene el montaje, cuando pasamos del cine a la película, el presente se convierte en pasado.” La toma larga equivale, para él, a la vida; el montaje, a la muerte. Mientras sucede, la toma larga siempre puede cambiar: su significado no está fijo. “Puede haber un hombre virtuoso que, llegado a los setenta, se vuelva un asesino.” Para Pasolini, el verdadero significado –de la película o de la vida– sólo llega con el corte. Más de un director se habrá dicho, entonces: “Todos, en algún momento, cortan. ¿Y si yo no corto?” Que es otra forma de preguntarse: ¿y si extiendo este presente indefinidamente?

Ya lo vimos: la toma con que De Palma abre Snake eyes dura 12 minutos y medio. La primera toma de Gravedad de Cuarón y Lubezki poco más de 16 minutos. La primera toma de El arca rusa (2002) de Alexander Sokurov dura exactamente lo que dura la película: 99 minutos.

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Hay una ilustración muy divertida y tangible de cómo funciona la competencia por la toma larga: el “fenómeno” del lipdub. En 2006 Jake Lodwick (uno de los fundadores de Vimeo) se grabó en video, con los audífonos puestos, caminando por ahí y cantando ‘Endless dream’ de Apes & Android. Cuando llegó a su casa le puso al video el audio real de la canción y lo subió a su sitio. “¿Tiene nombre esto? –anotó en la descripción–. Si no, sugiero ‘lip dubbing’.”

https://vimeo.com/123498

Al año siguiente el mismo Lodwick dirigió a los cuates de su oficina y de otras compañías en un video más largo. La canción es ‘Flagpole Sitta’ de Harvey Danger.

Este video ya establece algunas reglas del lipdub, además de sincronizarse con la música: mantener una sola toma, mover la cámara en un espacio más o menos complicado (pensemos en El arca rusa), usar la canción como estafeta entre un grupo, reunir a todos los participantes para cantar los últimos versos.

En 2008 seis estudiantes de la universidad alemana de Furtwangen decidieron hacer su propio lipdub –complicándolo. Debían reunir a un grupo más grande que el de Flagpole, en un edificio (no en unos cuantos cubículos), con una cámara más ágil. Sin cortar, claro. El resultado:

En 2009 los estudiantes de l’Université de Quebec à Montréal –sin duda una universidad más grande que la de Furtwangen– tomaron el toro por los cuernos. Su lipdub, además de las reglas que apenas se iban estableciendo, agregó dificultades gimnásticas. La canción es ‘I gotta feeling’ de los Black Eyed Peas:

Cual debe de, el lipdub llegó pronto a las escuelas gringas. Una de las primeras en intentarlo (lo postearon el 5 noviembre 2009) fue la Shorecrest Highschool en Shoreline, Washington. No subieron los estándares pero hay docenas de estudiantes, gimnasia, una reunión final en el auditorio. La rola es la genial ‘Hey Ya’ de Outkast:

En al historia de las rivalidades escolares del estado de Washington hay una que, dicen, viene de hace muchos años. La de la Shorecrest Highschool vs la Shorewood Highschool, las dos preparatorias públicas del distrito de Shoreline. Compiten en banda y deportes. Cuando los chavos de la clase de cine de Shorewood vieron el lipdub de Shorecrest no sólo decidieron hacer uno propio, con todas las reglas que para el momento estaban establecidas, sino que decidieron hacer el lipdub más difícil que se hubiera hecho hasta el momento: el lipdub reversible. La canción es ‘You make my dreams come true’ de Hall and Oates. Subió poco más de un mes después que el de Shorewood: el 17 de diciembre de 2009. Miren esto:

A estas alturas hay cientos de lipdubs escolares (o no escolares). Me voy a detener ahí.

Bueno, uno más: Springfield lipdubbeando ‘Tik Tok’ de Ke$ha en Los Simpsonclic.

Posdata. ¿Alguien dijo tomas largas reversibles? Ah sí, fue Spike Jonze en 1995 –The Pharcyde, ‘Drop’:

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Escritor. Autor de los cómics Gabriel en su laberinto y Una gran chica (2012)


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