LA NARIZ EN LA COPA COÑAQUERA
Es droga.
Es una radical inspiración
de jugos fermentados,
de perlas de una fruta que declina,
se hace sabia
y emponzoña.
Gira el mundo
a un ritmo más lentísimo
si ingreso
aquí,
si entre estas parabólicas,
translúcidas paredes
pongo el alma,
los senos y cornetes
de mi narizota hidrópica.
Aspiro larga, intensamente y muero
para renacer después,
todo esmaltado.
– Julio Trujillo