Una maña que casi define a las películas sobre dictaduras o genocidios es la tendencia a despersonalizar la trama, convirtiéndolas en alegorías maniqueas. Una excepción es El clavel negro, coproducción de México, Dinamarca y Suecia. Situada en las semanas previas y posteriores al golpe de Estado chileno de 1973, se centra en la figura de Harald Edelstam, el embajador sueco que hizo de la embajada un refugio para chilenos y extranjeros perseguidos por la Junta Militar, y denunció al exterior desapariciones y fusilamientos. El mayor acierto de la historia descansa en la dignidad de Edelstam, quien contestaba a críticas sobre su arriesgada toma de partido con respuestas tan serenas como que casos particulares exigen formas distintas de ejercer la diplomacia. Un relato emotivo en un contexto trágico, cuyo protagonista se beneficia de la sencillez y mesura rara vez asociados con el dibujo de un héroe social. ~
Cine aparte • La daga en el corazón
En la entrega de esta semana, el francés Yann Gonzalez mezcla horror, comedia y lágrimas en una cinta que pide a gritos ser vista desde una sensibilidad camp.
Diábolos
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Una de las presentes el pasado Festival de Cannes, Mejor Película Mexicana en Guadalajara 2007 y Mejor Ópera Prima en el reciente festival de Montreal, Malos hábitos atrae a dos tipos de…
Juan de los muertos
Juan de los muertos podría ser así el primer borrador de una auténtica buena película de zombis cubanos, si es que alguien decide aprender de sus errores.
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