La mรญstica que rodea a la religiรณn cristiana, fuera del dogma, siempre serรก motivo de discordia. Entre la figura histรณrica de Cristo y su representaciรณn religiosa hay lagunas infranqueables. La fe de millones estรก basada en la imagen de ese hombre con la estatura de un Dios mientras que algunos cuestionan los principios bรกsicos que fundamentan el culto cristiano. La adaptaciรณn de Martin Scorsese del libro de Nikos Kazantzakis es una contrapropuesta al dogma y una mirada libre y aventurada a la vida de la figura histรณrica mรกs importante de nuestra era. La รบltima tentaciรณn de Cristo no solo resalta el conflicto espiritual de Cristo como ser humano, sino que revalora al personaje de Judas, tan vilipendiado por la tradiciรณn cristiana.
La historia de Cristo que cuentan las escrituras es la base de la trama de Kazantzakis. La adaptaciรณn al cine, asimismo, es increรญblemente fiel al libro. Comienza cuando Cristo ya es un hombre pero aรบn no asume el llamado a predicar con la palabra. De carpintero que hace cruces para los romanos se vuelve el gran hombre de fe, enviado a la Tierra para iniciar un mundo nuevo basado en el amor. Va al desierto a confrontar a las fuerzas oscuras que lo circundan, es bautizado por Juan el Bautista, levanta los puestos de los comerciantes fuera del templo, resucita a Lรกzaro, cura a los leprosos y convierte el agua en vino. La รบltima tentaciรณn viene despuรฉs.
La gran aportaciรณn del libro y la pelรญcula, ademรกs de la parte final —fuente inagotable de controversia—, es la manera de tratar a Judas Iscariote, el discรญpulo que segรบn las escrituras traicionรณ de la forma mรกs cobarde. Kazantzakis propone ver la misma situaciรณn desde una perspectiva distinta a la simple traiciรณn a cambio de treinta monedas de plata. El Judas de Scorsese y Kazantzakis estรก profundamente ligado a Cristo: mientras lo incita a continuar lo cuida. Es el primero que lo enfrenta, y lo sigue en vez de matarlo como le ordenaron, siempre con un ojo crรญtico. La fortaleza de Judas es un bastiรณn de apoyo para su mentor, para quien el peso de la responsabilidad llega a ser abrumador. Al momento de la traiciรณn es Cristo quien le pide cometer la ignominia. Judas llora e intenta negarse, sin embargo hay un plan que trasciende la amistad que los une. Para que ese plan se cumpla la acciรณn es necesaria. Judas debe cumplir su parte, que acaba siendo la mรกs difรญcil: traicionar a su maestro por una causa mayor.
Este acercamiento novedoso a la historia mil veces contada es una vuelta de tuerca que no solo funciona a nivel dramรกtico, sino que rescata el lado humano de uno de los grandes antagonistas del imaginario colectivo occidental. Presenta a Judas como quien fue obligado a cargar con un papel ingrato en aras de una idea superior, como un hombre que tambiรฉn se sacrificรณ. Mientras el sacrificio de Cristo es corporal el de Judas es espiritual. Tambiรฉn pone a Judas como la otra cara de la moneda, el lado bรฉlico que contrasta con la paz. Las actuaciones de Willem Dafoe como Cristo y Harvey Keitel como Judas estรกn a la altura del rol que juegan. En su relaciรณn estรก la dualidad latente dentro de una cinta cuyo tema central es precisamente la dualidad entre el cuerpo y el espรญritu, entre la divinidad y el lado humano. El personaje secundario en esta historia tiene un peso comparable en importancia al con Sancho en El Quijote.
Casi treinta aรฑos han pasado desde su apariciรณn, cuando en 1988 algunos fundamentalistas cristianos le prendieron fuego a ciertas salas de cine que la proyectaban. Aunque en realidad es una historia que se acerca al personaje de una manera respetuosa y humana, la interpretaciรณn equรญvoca en materia de religiรณn es inevitable. Quizรก lo mรกs escandaloso sean las secuencias en que Cristo se acerca a Marรญa Magdalena, la prostituta encarnada por Barbara Hershey, voluptuosa y seductora. Nada es mรกs humano que acercarse a una bella mujer.
Judas camina en el desierto al lado de Cristo, acompaรฑados por los apรณstoles y la mรบsica compuesta e interpretada por Peter Gabriel (una obra maestra en sรญ misma). En esta versiรณn, el espectador encuentra vigor y energรญa en Judas, y hay cierto alivio de que sea รฉl la persona mรกs cercana a Cristo, cuya suerte estรก echada. Judas se yergue como la primera columna que soporta los primeros trazos del cristianismo.
Lo divino y lo humano se enfrentan como Cristo y Judas: sin uno no existe el otro.
(ciudad de Mรฉxico, 1979) Escritor y cineasta