Josep Fontana
El futuro es un paĆs extraƱo. Una reflexiĆ³n sobre la crisis social de comienzos del siglo XXI
Barcelona, Pasado y Presente, 2013, 232 pp.
Los inicios de este nuevo milenio plantean muchos interrogantes. Las explicaciones no son sencillas. El momento que estamos viviendo resulta singularmente complejo, amĆ©n de alarmante. ¿CĆ³mo comprender y orientarse en este principio del siglo XXI? Algunos autores espaƱoles se han propuesto ofrecer respuestas, cada uno a su manera, desde campos distintos y de disĆmiles horizontes ideolĆ³gicos, a esta cuestiĆ³n, abordando el difĆcil presente y un mĆ”s que incierto futuro, sin olvidar el pasado de EspaƱa, de Europa y del mundo. Coinciden en los anaqueles de las librerĆas espaƱolas, en los primeros meses de 2013, entre algunas otras obras que podrĆan citarse, Todo lo que era sĆ³lido (Seix Barral), de Antonio MuƱoz Molina; Los aƱos irresponsables (Atalaya), de ValentĆ Puig, y El futuro es un paĆs extraƱo. Una reflexiĆ³n sobre la crisis social de comienzos del siglo XXI, de Josep Fontana. Es una excelente noticia. Los autores de nuestro paĆs no se prodigan en demasĆa, a diferencia de lo que ocurre en Francia, en Italia o en el mundo anglosajĆ³n, en este tipo de ensayos. Sean bienvenidos de entrada, asĆ pues, estos ejercicios de compromiso moral frente a la falta de responsabilidad campante, que nos ahoga y paraliza.
En el Ćŗltimo de los volĆŗmenes citados, El futuro es un paĆs extraƱo, el historiador catalĆ”n Josep Fontana trata de lo que Ć©l mismo denomina, en el subtĆtulo de la obra, la crisis social de principios del siglo XXI, que, en su opiniĆ³n, no puede ser reducida a los resultados de la crisis financiera, sino “a un proyecto social que ha comenzado por la privatizaciĆ³n de la polĆtica y aspira a conseguir la privatizaciĆ³n entera del propio Estado”. Amenaza de muerte al Estado del bienestar y pone en peligro, asimismo, el Estado democrĆ”tico y la sociedad civil que lo fundamentan. Por lo que parece, el proyecto que denuncia Fontana no es una novedad de hoy, puesto que se puso en marcha aprovechando la crisis del petrĆ³leo de 1973 –el “pretexto”, en sus palabras–, rompiendo el pacto en el que se habĆa basado la armonĆa social de la etapa posterior a la Segunda Guerra Mundial. Solamente la lucha de los sindicatos consiguiĆ³ frenar de forma parcial, en los inicios, al “capitalismo depredador” hoy imperante.
La mayor parte de los capĆtulos estĆ”n dedicados, directamente o por vĆa de referencia, a los Estados Unidos –en este sentido, pueden verse como unas apostillas o un epĆlogo a Por el bien del imperio, de 2011, una obra tan enciclopĆ©dica como simplista–, los autĆ©nticos malos malĆsimos del relato. En aquel paĆs, una particular “recuperaciĆ³n” econĆ³mica no ha hecho mĆ”s que fortalecer el proceso privatizador, destruyendo conquistas sociales, restringiendo las libertades y la democracia –con la creaciĆ³n de un autĆ©ntico “Estado policĆaco” y un proceso de “encarcelamiento en masa”– y penalizando la protesta pĆŗblica. El objetivo final no es otro que la privatizaciĆ³n del propio Estado y de los ciudadanos. En Europa esta evoluciĆ³n se retrasĆ³, pero la crisis de 2008 ha acelerado un proceso en el que austeridad rima con represiĆ³n social. Angela Merkel y el pp espaƱol reciben buena parte de los palos. LĆ©ase, como complemento, el artĆculo que este autor publicĆ³ en El PeriĆ³dico del pasado 11 de marzo con el tĆtulo “La deriva nazi del Partido Popular” y que, curiosamente –o quizĆ”s no–, casi no ha generado polĆ©mica. Para uno de los pocos crĆticos, el periodista JosĆ© Antonio Zarzalejos, el texto de este historiador nacional-comunista “resume a la perfecciĆ³n una entraƱa totalitaria, manipuladora y tergiversadora de la realidad”.
En el resto del mundo, unas pocas pĆ”ginas centradas en Asia y Ćfrica, mĆ”s otras en AmĆ©rica Latina –en las que no faltan elogios a la polĆtica de ChĆ”vez (“el giro a la izquierda sigue vigente”, afirma) y crĆticas al gobierno peruano y al colombiano Uribe, ademĆ”s de la insistencia en la recuperaciĆ³n del dominio informal de los Estados Unidos en la zona, con la excusa de la droga–, le permiten pintar unos escenarios reduccionistas en los que Ćŗnicamente se ve la parte de pobreza y conflicto. Ni Rusia, ni la India, ni tampoco Brasil merecen especial atenciĆ³n. Los Estados Unidos, que estĆ”n inmersos en una “guerra judeocristiana” contra el islam –de Irak en el pasado a IrĆ”n en el futuro, pasando por AfganistĆ”n y Siria, en donde la realidad del conflicto estĆ” siendo “sistemĆ”ticamente deformada por los medios de comunicaciĆ³n ‘occidentales’”–, segĆŗn Fontana, desean a toda costa preservar el statu quo imperial.
En esta obra se hace, como el autor ya nos tiene acostumbrados en sus tramposos libros de historia de la historia (Historia. AnĆ”lisis del pasado y proyecto social o La historia despuĆ©s del fin de la historia), un despliegue exhibicionista y apabullante de conocimientos bibliogrĆ”ficos, que sirve, en puridad, para impresionar al lector y reforzar los argumentos por la vĆa acumulativa y reafirmante. Las listas de libros y artĆculos ocupan, en letra pequeƱa y apretada, de las pĆ”ginas 155 a la 218, esto es, una cuarta parte del total. Para ese mediocre viaje no se necesitan alforjas tan repletas de tĆtulos. Sobran denuncias y se echan en falta, por el contrario, mĆ”s matices y explicaciones de mayor complejidad. Las historias simples de buenos y malos no responden a ninguna realidad. El libro estĆ” bien escrito, aunque el exceso de citas textuales convierte en ardua, en algunos pasajes, la lectura.
SegĆŗn Josep Fontana, “se estĆ” extendiendo la conciencia de que el sistema, en su versiĆ³n global, ha llegado a un punto en que no puede seguir creciendo sin poner en grave riesgo, no solo el bienestar, sino incluso la supervivencia de los mĆ”s”. El mito del progreso continuo e inexorable en la historia de la humanidad tiene cada vez menos defensores. Ante este negro panorama, ¿quĆ© nos espera? Si las cosas no cambian, asevera el historiador catalĆ”n, estamos condenados “a un futuro de retorno hacia una privatizaciĆ³n global semejante a la de los tiempos feudales, en que tal vez dejaremos de pagar impuestos al gobierno, remplazados por los servicios de trabajo forzado a las empresas de todos los recursos y todos los servicios”. ¡Tiempos feudales!, ¡trabajo forzado! De esta manera, prosigue el autor, “podrĆ” realizarse finalmente el programa de control social que Orwell imaginĆ³ en 1984”. Cito textualmente para que nadie pueda pensar que semejantes barbaridades histĆ³ricas –aunque las firme un historiador supuestamente serio e incomprensiblemente prestigioso, visto lo visto, o, mejor dicho, leĆdo lo leĆdo–, teƱidas de tremendismo apocalĆptico, han podido salir de mi modesta pluma.
Nos recuerda Josep Fontana que “los grandes movimientos revolucionarios de la historia se han producido por lo general cuando nadie los esperaba” y que la sociedad de principios del siglo XXI, henchida de rencor y frustraciĆ³n, puede ser propicia para el deseado estallido. El mundo actual “tiene sus horas contadas”, sentencia el autor. La insensatez del anĆ”lisis que se ofrece en El futuro es un paĆs extraƱo resulta manifiesta. Responde a una manera particular de entender el compromiso del historiador –opuesta a la de referentes clĆ”sicos como Marc Bloch o Lucien Febvre–, muy en boga en las dĆ©cadas de 1960, 1970 y 1980, que ha mostrado claramente sus lĆmites y ha contribuido al desprestigio del oficio de historiador. Comoquiera que sea, con semejante manual, el perfecto idiota europeo y latinoamericano estĆ” otra vez de enhorabuena. Conveniente resulta no olvidar, en cualquier caso, que estos sueƱos nihilistas y revolucionarios de papel, como se mostrĆ³ una vez tras otra a lo largo del siglo XX, terminan siempre a la hora de la verdad en sangrientas pesadillas. ~
Jordi Canal (Olot, Girona, 1964) es historiador. Es catedrĆ”tico de la Ćcole des Hautes Ćtudes en Sciences Sociales, de ParĆs. Su libro mĆ”s reciente es '25 de julio de 1992. La vuelta al mundo de EspaƱa' (Taurus, 2021).