Bancos de libertad

Una iniciativa ciudadana permitirรก la creaciรณn de bancos de libros escolares en la Comunidad de Madrid.
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Para poder asistir a sus numerosas clases en Hogwarts, Hermione Granger tenรญa un truco. Disponรญa de un artefacto mรกgico, un giratiempo, que permitรญa retroceder varias horas el reloj, de tal suerte que podรญa cursar asignaturas que se solapaban y encontrar el tiempo que le faltaba para preparar tareas y exรกmenes. Era su secreto.

A veces pienso que Elena Alfaro tambiรฉn tiene un giratiempo. Juzguen si no ustedes. Es arquitecta, pero serรญa difรญcil atribuirle una identidad o una etiqueta รบnicamente a partir de esa faceta profesional. Prueben a hablar con ella de psicologรญa evolucionista, de populismo teรณrico, de incentivos racionales o de feminismo. Comenten el Brexit, el รบltimo libro de Kahneman o el artรญculo mรกs reciente de Vรญctor Lapuente. El Real Madrid, el perfil de los votantes de Pablo Iglesias, Hannah Arendt. Lo que quieran. Ella se desenvuelve con soltura en mรบltiples disciplinas ajenas a su formaciรณn acadรฉmica; a las que llega siempre desde una curiosidad modesta pero hambrienta.

Es tambiรฉn la orgullosa madre de dos niรฑas brillantes y esforzadas. Es esposa. Es una hija tierna y cuidadosa. Atiende a todas las conferencias econรณmicas, polรญticas o culturales que encuentra de interรฉs, en su ciudad o fuera de ella; y procura no perderse ningรบn acto en el que participan como ponentes sus amigos. Suele sentarse en primera fila, tomar notas, hacer preguntas al final.

Y es que Elena no es exactamente una arquitecta. Es, mรกs bien, una constructora, en el sentido mรกs amplio del tรฉrmino. Una constructora de edificios, sรญ, pero tambiรฉn de buen rollo, de progreso, de consensos. Hace unos aรฑos se propuso construir un sistema educativo mรกs inclusivo e igualitario, y desde entonces no ha parado hasta ver su demanda convertida en ley.

La Comunidad de Madrid acaba de dar luz verde a su proyecto de bancos de libros de texto reutilizables y gratuitos. Un dรญa, Elena pensรณ que los colegios estaban equipados con todo tipo de material escolar: pupitres, televisores, instalaciones deportivas, pizarrasโ€ฆ Tenรญan de todo menos lo mรกs importante, libros. Para muchas familias la adquisiciรณn de estos manuales suponรญa un desembolso anual muy importante, del que, ademรกs, estaban cautivos: no podรญan elegir no comprarlos.

Es verdad que existรญan algunas becas que ayudaban a las rentas mรกs bajas a poder adquirirlos, pero se trataba de una herramienta de provisiรณn ciertamente cara para el Estado por derrochadora: implicaba un desembolso de dinero pรบblico importante, pues cada curso habรญa que comprar libros nuevos. Quizรก por este motivo, estos cheques fueron recortados tan pronto como llegรณ la crisis econรณmica, precisamente cuando mรกs necesarios eran.

Elena pensรณ que los libros de texto constituรญan un material fundamental: era una locura que las familias se vieran en la necesidad de financiarlos para poder pagarlos o quedaran al albur de unas ayudas pรบblicas inestables e insuficientes. Se le ocurriรณ entonces crear bancos de libros financiados por el Estado que funcionaran al modo de un prรฉstamo bibliotecario. Todo el que quisiera podrรญa inscribirse, de tal modo que quedarรญa eliminado el estigma de pobreza de quien no podรญa pagar sus libros. Los manuales se recibirรญan al inicio del curso y se devolverรญan en junio, promoviendo ademรกs un cรญrculo virtuoso de responsabilidad y respeto medioambiental: los alumnos se verรญan en la obligaciรณn de cuidarlos, pues esos mismos libros pasarรญan despuรฉs por muchas otras manos.

Lo que proponรญa Elena no era ninguna locura, y prueba de ello es que se trata de una medida que ya funciona con รฉxito en Navarra, Paรญs Vasco y Andalucรญa, y que estรก plenamente extendida en Europa y Estados Unidos (paรญs poco sospechoso de ser un nido de colectivismo). Asรญ que Elena se puso manos a la obra para llevar su propuesta al Congreso de los Diputados. Recogiรณ 300.000 firmas, llamรณ a la puerta de todos los partidos, escribiรณ al Defensor del Pueblo, consiguiรณ que la escucharan en la comisiรณn de educaciรณn, dio decenas de entrevistas, tuvo que aprender apresuradamente cรณmo funciona el proceso legislativo y hasta a enmendar los presupuestos generales del Estado. Por รบltimo, consiguiรณ lo mรกs importante: el sรญ de los polรญticos. Todo ello sin dejar de ser arquitecta, ni madre, ni hija, ni curiosa. Con la ayuda de un giratiempo, suponemos.

Despuรฉs, su trabajo llegรณ a la Asamblea de Madrid de la mano de Ciudadanos, donde su propuesta ha sido aprobada con el respaldo de todos los partidos. En tiempos de fragmentaciรณn polรญtica y polarizaciรณn este gran consenso supone un triunfo muy importante, una demostraciรณn de que el acuerdo entre las formaciones es posible cuando la causa es noble y una prueba de que la interacciรณn de los partidos con la sociedad civil enriquece el proceso legislativo.

Con todo, Elena ha sido objeto de algunas crรญticas, la mayorรญa de ellas provenientes de autoproclamados liberales. Lรกstima que no leyeran la obra del gran pensador liberal John Stuart Mill. On liberty es uno de los ensayos liberales mรกs importantes de la historia y tambiรฉn un alegato a favor de la educaciรณn pรบblica y la igualdad de oportunidades. El Estado, dice Mill, debe garantizar la mejor educaciรณn para los hijos, porque solo quien ha sido dotado con las herramientas de la ciencia y la cultura podrรก formarse un juicio libre. Asรญ, la educaciรณn es el paso previo e imprescindible para formar ciudadanos libres.

La educaciรณn pรบblica es tambiรฉn el mejor instrumento para tratar de revertir las desigualdades ocasionadas por esa antรญtesis de la libertad que constituye el azar del nacimiento. Si nuestra familia, nuestro barrio, nuestro colegio han de determinar nuestro futuro y nuestro รฉxito, entonces no cabe hablar de libertad. Por ello, el liberal habrรญa de ser el ciudadano mรกs comprometido con la igualdad de oportunidades. Lamentablemente, algunos de quienes se creen liberales no han leรญdo a Mill y confunden su tacaรฑerรญa insolidaria con alguna forma de ideologรญa mรกs sofisticada y elevada.

Nada es gratis, nos recuerdan, y a fe que tienen razรณn. Pero la ley aprobada por la Comunidad de Madrid a iniciativa de Elena Alfaro es rentable a muchos niveles. Lo es para los padres, desde luego, que ahorrarรกn entre 250 y 300 euros por hijo cada aรฑo, pero tambiรฉn lo es para el Estado. Implica una asignaciรณn de recursos mรกs eficiente, pues cada libro serรก reutilizado por varios alumnos, y representa una polรญtica ahorradora respecto a las becas y cheques escolares.

Pero, sobre todo, la evidencia empรญrica disponible nos dice que invertir en polรญticas eficaces de educaciรณn es rentable. Como dice Fernando Sols: โ€œIncluso desde una perspectiva economicista o meramente utilitarista, tener a la poblaciรณn sin educar es lo que los economistas llamamos una externalidad negativa. La personas educadas tienen mรกs probabilidades de estar empleadas y de ser productivas para la sociedad. Aunque suele decirse que los beneficios de la educaciรณn son principalmente privados, se obvia el coste que supondrรญa realmente no tener ciudadanos educadosโ€.

El aรฑo que viene, gracias al empeรฑo de una ciudadana comprometida, las familias de Madrid contarรกn con libros de texto reutilizables y de financiaciรณn pรบblica. Los tuits de los libertarios anรณnimos se perderรกn como lรกgrimas en la lluvia, pero el trabajo de Elena permanecerรก en las instituciones, grabado sobre una ley. Su esfuerzo nos deja mucho mรกs que bancos de manuales escolares, nos trae bancos de libertad. 

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Aurora Nacarino-Brabo (Madrid, 1987) ha trabajado como periodista, politรณloga y editora. Es diputada del Partido Popular desde julio de 2023.


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