1) El modelo de acceso a medios saturĆ³ la radio y la televisiĆ³n de anuncios. Se logrĆ³ darle voz a mĆ”s candidatos y partidos, pero al costo de llenar los espacios con muchos anuncios cortos. Esto significĆ³ no solo saturar a la audiencia, sino transmitir un mensaje poco claro y que terminĆ³ por generar indiferencia. Para la gente “todos los anuncios de todos los polĆticos dicen lo mismo”. No hubo un discurso diferenciador de algĆŗn partido que marcara agenda de debate.
2) La neutralizaciĆ³n de la indignaciĆ³n. Las campaƱas federales fueron un dĆa de campo para el PRI y el gobierno. No hubo un partido de oposiciĆ³n que tomara la bandera de echar abajo, o al menos revisar a fondo, alguna de las reformas (eso, aparentemente, es trabajo de la CNTE). Tampoco se canalizĆ³ la indignaciĆ³n que se vivĆa a finales de 2014. Los tres temas que podĆan daƱar mĆ”s al PRI: violencia, corrupciĆ³n y economĆa/impuestos fueron tratados de manera muy descafeinada por el PAN. DifĆcil entender por quĆ© tanta amabilidad con el adversario.
3) El cuestionable equilibrio PRI-PAN. Los dos partidos mĆ”s competitivos se enfrascaron en una lucha sui generis. Cada anuncio del PAN fue respondido rĆ”pidamente con otro del PRI acusĆ”ndolos de lo mismo, neutralizando el efecto. Gracias a la blandura de su oposiciĆ³n, el PRI se dio el lujo de hacer una campaƱa que, en vez de defender a un gobierno que estĆ” contra las cuerdas, se la pasĆ³ culpando al gobierno del PAN (que terminĆ³ hace tres aƱos) de los problemas del paĆs. Y el PAN hizo una campaƱa de oposiciĆ³n que parecĆa de paĆs nĆ³rdico que va de maravilla y al que simplemente le hace falta un ajustito en la composiciĆ³n del parlamento para aprobar unas leyes progre.
4) La seguridad, el tema ausente. En las campaƱas federales el tema de la seguridad no estuvo presente como eje del debate. Parece que todos los polĆticos estĆ”n de acuerdo en algo: es un tema tan complejo que mejor hay que darle la vuelta. Pero la realidad sigue ahĆ, la gente sigue sufriendo y muriendo, y hay que preguntarse como sociedad si no llegĆ³ la hora de dejar de fingir que no pasa nada. Vamos de crisis en crisis y no estamos generando un dialogo o un debate pĆŗblico de quĆ© vamos a hacer con la violencia y la inseguridad.
5) El lenguaje no mejora. Millones de pesos se gastan en la producciĆ³n de spots. Todos los candidatos buscan transmitir su mensaje, pero el lenguaje sigue siendo lejano, tĆ©cnico, polĆtico y rebuscado en la mayorĆa de los casos. ¿Por quĆ© les cuesta tanto a los candidatos hablar bien y hablar claro? ¿Por quĆ© estamos dejando que la mediocridad se imponga en la polĆtica?
6) ¿Alguien sabe quĆ© proponen? En teorĆa, las propuestas deberĆan ser un instrumento para que los candidatos articulen su oferta polĆtica. Pero la mayorĆa de los candidatos y partidos optaron por campaƱas de contraste y cancioncitas y bailes absurdos. Como lo he dicho en esta bitĆ”cora, candidato que solo es propuesta es como un pastel insĆpido sin cubierta dulce. Y candidato que solo es personalidad es como un montĆ³n de merengue empalagoso sin pastel.
7) El Ć©xito del PVEM. ¿CĆ³mo calificar al partido que mĆ”s polĆ©mica generĆ³, mĆ”s adjetivos negativos recibiĆ³, mĆ”s rĆos de tinta corrieron para denostarlo y que, sin embargo, no bajĆ³ demasiado en las preferencias electorales? Lo peor fue ver cĆ³mo muchos opinadores y activistas se instalan en la superioridad moral y, desde ese pedestal, dicen que detestan al Verde y, al mismo tiempo, aseguran que no van a ir a votar o van a anular su voto. Dado que el INE no lo va a desaparecer, la Ćŗnica manera de reducir y acotar a este partido serĆa votar por su oposiciĆ³n.
8) Quisiera vivir en un estado. Al contrario de las campaƱas federales, las estatales estuvieron muchĆsimo mĆ”s emocionantes. La fuerte competencia en Nuevo LeĆ³n, con el ascenso de “El Bronco”, el giro en las preferencias en San Luis PotosĆ y Colima, la lucha a muerte en Sonora, todo eso tuvo mĆ”s drama y sabor que lo que vimos en las campaƱas federales y a jefes delegacionales en la capital del paĆs. El mejor comunicador de esas campaƱas fue, a mi parecer, “El Bronco”, cuyo lenguaje, imagen y discurso conectaron fuertemente con un electorado enojado con el bipartidismo. Un buen uso de redes sociales y voluntarios animados en las calles generaron entusiasmo en el electorado mĆ”s joven, que busca al candidato “rebelde” o “antisistema”. Pero, a diferencia de LĆ³pez Obrador, “El Bronco” sĆ supo tender puentes de entendimiento con la Ć©lite nuevoleonesa, lo cual lo estĆ” llevando a las puertas del palacio de gobierno.
9) Sonora y QuerĆ©taro y los excesos de las campaƱas negras. La sobrerregulaciĆ³n siempre genera mercados negros. La sobrerregulaciĆ³n electoral que prohĆbe la propaganda negativa generĆ³ un mercado de propaganda sucia en las redes sociales dirigida a desprestigiar a los oponentes. En paĆses como EUA donde las campaƱas no estĆ”n tan reguladas, se hace uso de estas armas con mĆ”s estrategia. AquĆ se hizo uso indiscriminado de ellas, dado que son ilegales y por lo tanto anĆ³nimas. Los medios tradicionales se han prestado a ellas, y parece que no hay costo para nadie, pero el lodazal en el que se metieron los candidatos termina siendo malo para la democracia.
10) MichoacĆ”n y Guerrero, lo inexplicable. ¿CĆ³mo explicar que el PRI siga siendo competitivo en MichoacĆ”n y el PRD en Guerrero? ¿CĆ³mo explicar que estas dos elecciones no se hayan convertido en referĆ©ndums sobre el tema de la violencia, la inseguridad, la delincuencia organizada? ¿Por quĆ© los spots de los candidatos hablan de la situaciĆ³n del crimen en MichoacĆ”n como si simplemente tuviera una plaga de carteristas como Paris? Es difĆcil entender cĆ³mo la oposiciĆ³n no logrĆ³ construir un discurso que movilizara al electorado en torno a ese tema de manera mĆ”s contundente.
Especialista en discurso polĆtico y manejo de crisis.