Ladrar o cabalgar

La gestaciรณn subrogada y la bajada de impuestos polarizan el Congreso de los Diputados.
Aร‘ADIR A FAVORITOS
ClosePlease loginn

Algunas veces me pregunto por la reacciรณn que habrรญan suscitado algunas polรญticas pรบblicas si, en vez de haber sido planteadas por un partido, hubieran nacido de la iniciativa de otro. Se trata de un contrafรกctico imposible, claro, pero algo me dice que las declaraciones, los tuits, los gestos habrรญan sido diferentes.

O quizรก no sea un contrafรกctico tan imposible. Piensen, por ejemplo, en la necesidad de regular la gestaciรณn subrogada, que hoy solo defiende Ciudadanos entre los partidos nacionales, pero que hace no tanto contaba con apoyos transversales en todos los grupos. Durante un debate en televisiรณn previo a las elecciones de diciembre de 2015, representantes de los principales partidos fueron preguntados sobre esta cuestiรณn. Estaban Andrea Levy por el PP, Meritxell Batet por el PSOE, Carolina Bescansa por Podemos, Alberto Garzรณn por IU y Andrรฉs Herzog por UPyD. Todos defendieron la regulaciรณn, a excepciรณn de Garzรณn, que, como todo el mundo sabe, vive en algรบn lugar indeterminado, entre la segunda mitad del siglo XIX y el franquismo: era un dilema que le llegaba demasiado pronto.

Sin embargo, a medida que la propuesta de regulaciรณn fue identificรกndose como una bandera de Ciudadanos, todos los partidos fueron desmarcรกndose de ella. No es mi intenciรณn abordar en este artรญculo las bondades o maldades de regular la gestaciรณn subrogada, sino advertir que las posiciones que adoptan los partidos respecto a ciertos temas dependen en buena medida de quiรฉnes los lideran.

En todo caso, si alguien quiere profundizar en la cuestiรณn, hay un artรญculo estupendo de Beatriz Gimeno, diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid, cuya tesis quedaba resumida asรญ: โ€œEso es lo que proponemos: una gestaciรณn subrogada regularizada en nuestro paรญs, que garantice que las mujeres gestantes no ven ninguno de sus derechos conculcados, que trate tambiรฉn de influir en las gestaciones que se estรกn produciendo fuera de nuestro paรญs, que garantice tambiรฉn el derecho de los menores y que combata la comercializaciรณn de los cuerpos de las mujeresโ€.

Es una postura sensata, si bien no es representativa de la opiniรณn actual de Gimeno y su grupo: el artรญculo lo escribiรณ hace un aรฑo y hoy se oponen a regular la gestaciรณn subrogada de forma radical y absoluta.

Algo parecido ha sucedido con la bajada de impuestos a las rentas bajas promovida tambiรฉn por Ciudadanos, que ha suscitado reacciones verdaderamente insรณlitas. Por ejemplo, el โ€œnuevo PSOEโ€ de Sรกnchez, que habรญa hecho de la reforma del artรญculo 135 de la Constituciรณn una de sus prioridades con el argumento de que el cumplimiento del dรฉficit no podรญa comprometer ciertas polรญticas sociales, ha mutado ahora en una formaciรณn apologeta de la austeridad presupuestaria. 

Hace solo unos dรญas, la socialista Carmen Calvo tachaba de irresponsable una bajada de impuestos progresiva que beneficiarรก a tres millones y medio de mileuristas y a medio millรณn mรกs de personas con dependientes a su cargo, apelando al cumplimiento de los objetivos de dรฉficit. Y desde alguna izquierda se ha tratado de establecer, incluso, que los beneficiarios de la rebaja son poco menos que privilegiados.

Algunos crรญticos seรฑalan que no podremos parecernos a Dinamarca reduciendo los ingresos destinados a sostener el estado de bienestar. Olvidan que para ser como Dinamarca primero tendrรญamos que tener un sistema que redistribuyera hacia quienes mรกs lo necesitan y no hacia quienes mรกs tienen. Pero en Espaรฑa sucede lo contrario. Por eso no es una mala idea dar dinero de forma directa a aquellos a los que los beneficios del estado de bienestar no les estรกn llegado por la vรญa de la redistribuciรณn y no estรกn sintiendo la recuperaciรณn econรณmica,  favoreciendo, de paso, un incremento del consumo que tambiรฉn redunde en una mayor recaudaciรณn. Y por eso tambiรฉn esa bajada de impuestos a las rentas bajas forma un buen tรกndem junto al complemento salarial para jรณvenes y los cheques de formaciรณn para desempleados: son polรญticas destinadas a paliar los problemas de nuestro sistema laboral y las deficiencias de nuestro estado de bienestar.

Por otro lado, este mismo mes, tanto Podemos como PSOE han presentado propuestas sobre pensiones que representan modelos de redistribuciรณn regresiva, perjudicando a los colectivos sociales que han sufrido mรกs la crisis para favorecer a los que la han padecido en menor medida. Pese a ello, ha sido la bajada de impuestos a las rentas bajas la que ha suscitado un mayor debate en torno a la progresividad en medios de izquierdas y redes sociales.

Un debate que llama la atenciรณn si atendemos a la vieja proclama de Zapatero, que argumentaba que โ€œbajar los impuestos es de izquierdasโ€ y defendรญa un modelo fiscal  tendente a un tipo รบnico con un mรญnimo exento que se aproximara a los 15.000 euros (la propuesta de Ciudadanos lo deja en 14.000) y la eliminaciรณn de deducciones que ocasionan una gran pรฉrdida de recaudaciรณn. Y tambiรฉn si echamos un vistazo al programa econรณmico de Podemos en 2015: โ€œSe intensificarรก la progresividad del tramo autonรณmico reduciendo los tipos mรญnimos que afectan a las rentas inferiores a 25.000 euros, suavizando los tipos entre 25.000 y 50.000 eurosโ€. Si quienes ganan 14.000 euros al aรฑo son unos privilegiados, ยฟen quรฉ liga juegan los que ganan entre 25.000 y 50.000 euros?

Todos los partidos, desde luego, tienen derecho a cambiar de opiniรณn y a justificar tales cambios de posiciรณn. Sin embargo, suele suceder que los cambios de posiciรณn obedecen mรกs a la necesidad de rivalizar con algรบn contrincante que a la consecuencia de un debate racional y sosegado.

En los รบltimos meses se ha hablado mucho de las polรญticas de Ciudadanos, quizรก porque ha sido capaz de condicionar la acciรณn de gobierno en mayor medida que PSOE y Podemos. Sus medidas, desde luego, han de ser sometidas al escrutinio del ojo pรบblico y a la crรญtica de los demรกs partidos. En democracia es saludable que asรญ suceda.

Ademรกs, lo bueno de las polรญticas pรบblicas es que, una vez se implementan, puede evaluarse su impacto y corregirse si fuera necesario. Lo que no se puede evaluar son las discusiones bizantinas sobre el โ€œalma republicanaโ€ socialista, o la โ€œplurinacionalidadโ€ y sus exponentes belgas o bolivianos, o un tramabรบs, o las prevenciones al comercio con Canadรก (estos dรญas se ultiman los detalles de un acuerdo similar con Japรณn que no parece haber levantado tantas ampollas en Podemos y PSOE), o la ambigรผedad respecto a un referรฉndum de independencia unilateral.

No se pueden evaluar porque se formulan en el รกmbito de lo simbรณlico, cuando no de lo filosรณfico, y no tienen impacto real sobre el bienestar de los ciudadanos. En polรญtica solo hay dos opciones: ladrar, o cabalgar. Que cada uno decida el papel que quiere jugar.

+ posts

Aurora Nacarino-Brabo (Madrid, 1987) ha trabajado como periodista, politรณloga y editora. Es diputada del Partido Popular desde julio de 2023.


    ×

    Selecciona el paรญs o regiรณn donde quieres recibir tu revista: