A la edad de 81, despuรฉs de haber ganado el premio Nobel en 1927 y contribuido ideas claves a la filosofรญa moderna, Henri Bergson muriรณ de una pulmonรญa el 4 de enero de 1941, en Parรญs.
Bergson y la risa
La vanidad es el defecto cรณmico por excelencia. Esta tesis de Henri Bergson (1849-1941) aparece en la รบltima secciรณn de su ensayo La risa. Como se ha dicho en repetidas ocasiones la idea que articula este libro es que la risa se produce cuando percibimos la mecanizaciรณn de la vida. Creo, sin embargo, que tal afirmaciรณn se torna un tanto mรกs palpable cuando se explica en funciรณn del personaje cรณmico. La rigidez en cualquier proceder humano, dice Bergson, resulta hilarante porque da testimonio de un intelecto engreรญdo del que bien vale la pena mofarse.
Segรบn la elaboraciรณn del filรณsofo, en el personaje cรณmico debe resaltar algรบn defecto. Estos รบltimos se presentan no tanto en su inmoralidad sino en su insociabilidad. Son las torpezas a las que se entrega el personaje las que entibian la simpatรญa del lector y le dan la distancia suficiente para reรญr. Don Quijote serรญa uno de los grandes ejemplos: el personaje vive un olvido de sรญ que le impide darse cuenta que la realidad no se corresponde con las novelas de caballerรญa y รฉl no es un caballero andante. Bergson afirma, sin embargo, que lo que estรก de fondo en su locura es una soberbia demasiado humana.
Sรณlo la vanidad, dice Bergson, puede darnos el toque de una preparaciรณn idealmente risible. En este caso, el personaje presentarรก una indulgencia para consigo mismo casi sin escrรบpulos: los ideales caballerescos llevaran al Quijote a poner en riesgo su vida en situaciones completamente absurdas. Su presunciรณn de caballero andante no tiene asidero mรกs que en la ficciรณn y, sin embargo, a ella se le debe la pasiรณn de los aรฑos vividos. En el desenlace de su historia, su melancolรญa nos dejarรก ver un orgullo con heridas casi imposibles de sanar debido a su grado de irrealidad.
En el fondo, la vanidad de Don Quijote consiste en pretender amoldar los objetos a las ideas. Desde esta perspectiva se puede aclarar la tesis filosรณfica que constituye el texto La risa. Lo cรณmico reside en la mecanizaciรณn de la vida porque cualquier automatismo supone una actitud de dominio sobre la realidad que conlleva una ceguera ante el azar, las contingencias del tiempo y sus procesos concretos; lo que Bergson llamรณ duraciรณn.
La risa tiene entonces la funciรณn de corregir la inflexibilidad de los marcos sociales en que nacemos. Nos permite experimentar a diario con nuestras conductas a sabiendas de que una sutil forma de crueldad puede hacernos ver nuestro propio absurdo. Para Bergson una risotada no es un remedio para la estupidez sino una herramienta para moderarla y de vez en cuando burlarla.
A setenta aรฑos de su muerte, podemos decir que Bergson no sรณlo creo nuevos conceptos sino que ademรกs logrรณ exponerlos en situaciones mundanas y asequibles como la carcajada. La generosidad de sus explicaciones lo distingue de la mayorรญa de los filรณsofos y constituye la marca de su grandeza, tan distinta de la risible vanidad.
โ Juan Pablo Anaya
(Ciudad de Mรฉxico, 1980). Trabaja como profesor, es ufรณlogo por convicciรณn y escribe. Kant y los extraterrestres (Tierra Adentro, 2012) es su primer libro.