Che Guevara autogestivo (Ășltimo)

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El Prof. Gilly y Mr. Zero

En mayo de 2006, en la ENAH, el profesor de la UNAM Adolfo Gilly le pidiĂł en pĂșblico al internacional cantautor “Marcos” que intercediera ante los okupas para que “nos devuelvan el Che Guevara a nuestra universidad”.[1] (No deja de ser gracioso que la peticiĂłn la hiciera alguien a quien en otras ocasiones otros universitarios le han pedido que sea Ă©l quien interceda para que “nos devuelvan a nuestra Universidad”, punto.)

Ese dĂ­a, el profesor Gilly se dirigiĂł al Sr. “Marcos” -que ese dĂ­a representaba su papel de “Compañero Delegado Zero”— en estos tĂ©rminos

Hablé de tolerancia y de fraternidad. Daré un ejemplo pråctico de qué entiendo por tales palabras, desde mi pequeño espacio en la comunidad de trabajo, conocimiento y estudio de la UNAM. Los compañeros de la ENAH aquí presentes podrån perfectamente comprenderlo.

Compañero delegado Zero: vengo a pedir aquĂ­ que el auditorio Che Guevara nos sea devuelto a la comunidad universitaria. Defiendo un espacio pĂșblico que es de la comunidad, no de uno o varios grupos cualesquiera sean sus ideas, motivos o razones para ocuparlo desde hace años. Pido simplemente respeto a un principio mĂ­nimo de universalidad.

Nuestra comunidad ha sido despojada del usufructo colectivo de un espacio, un bien comĂșn que debe ser de todos. Siendo de todos, quien tiene derecho o no a utilizarlo no puede ser decidido por uno o varios grupos de ocupantes ni tampoco por la sola voluntad de las autoridades. En uno y otro caso, es autoritarismo y exclusiĂłn. No sĂ© quiĂ©nes son las personas que mantienen ese espacio pĂșblico en su poder ni quĂ© ideales o intereses los guĂ­an. Me da lo mismo: el Che Guevara no es de ellos, es de todos.

Compañero delegado Zero: ustedes han utilizado ese espacio, objeto de un despojo, para reuniones de la otra campaña. Entiendo, pues, que tienen buena relación con esas personas. Vengo a pedir dos cosas, a los compañeros de la otra campaña y a ti personalmente:

a) Que ya no acepten reunirse en ese auditorio arrebatado a la comunidad universitaria y no legitimen de ese modo el despojo. Son los sectores mĂĄs reaccionarios quienes estĂĄn felices con que el Che Guevara haya dejado de ser lo que antes era. No moverĂĄn un dedo para cambiar la situaciĂłn.

b) Que la otra campaña, y tĂș personalmente, pidan a las personas que ocupan el Che Guevara que lo devuelvan a nuestra comunidad. Sugiero que esa devoluciĂłn sea a una comisiĂłn de estudiantes, profesores y trabajadores elegida democrĂĄticamente por la comunidad de la Facultad de FilosofĂ­a y Letras; que esta comisiĂłn se haga cargo del uso y la administraciĂłn del auditorio abierto a todos; y que vuelva a ser uno de nuestros grandes espacios pĂșblicos de discusiĂłn, de organizaciĂłn, de luchas, de cultura, de arte, de encuentros de todo tipo abierto a todos los cientos de miles de universitarios de la UNAM. Por eso lo llamamos Che Guevara.[2]

El Compañero Delegado Zero procediĂł a pasarse imperialmente la peticiĂłn del profesor Gilly por la otra campaña y se puso a contar un cuento (lindo lindo) que amenizĂł con canciones de “Las Ardillitas” de Lalo GutiĂ©rrez (sic).

Dueño legítimo

Claro, no era difícil entender en la petición del profesor Gilly el deseo de regresarle el control del auditorio mås importante del campus grande no a su dueña, la UNAM (a fin de cuentas llena de autoridades autoritarias), sino a su dueño legítimo, el Partido de la Revolución Democråtica (PDR).

El PRD que tiene en la UNAM sobre todo dos organizaciones (la Red de Universitarios con AMLO y el Frente Universitario de Apoyo CrĂ­tico –sic– a LĂłpez Obrador) a las que les urge contar con un espacio de las caracterĂ­sticas del auditorio para la que se viene y que, desde luego, constituirĂ­an la imprescindible “comisiĂłn democrĂĄticamente electa” para administrarlo.

Entre quienes asĂ­ lo entienden estĂĄn los mismos okupas que -entre un maratĂłn de cine erĂłtico y otro-, le respondieron aquĂ­ al profesor Gilly del siguiente modo (textual):

Nuestra actividad polĂ­tica esta apegada a intereses de los de abajo y a la izquierda por eso no hemos abierto el auditorio al movimiento de AMLO (ni a ningĂșn otro parecido) y no lo vamos hacer. No vamos a llevar agua a ese molino sabiendo que lleva agua para otro lado al que nosotros no queremos ir. El camino de nosotros es el de la revoluciĂłn anticapitalista, tal como lo marca la Sexta DeclaraciĂłn de la Selva Lacandona.

En segundo lugar queremos decirle, que del 2005 para acĂĄ en consonancia con el impulso de la Otra Campaña hemos mostrado una mayor apertura a los colectivos y organizaciones estudiantiles y no, que se han acercado a pedir un espacio, que la universidad no da, en donde realizar proyectos de trabajo. AsĂ­ que le preguntamos directamente a usted, Âżcon quiĂ©n trabaja? ÂżquĂ© proyecto quiere realizar en el auditorio Che Guevara? Nos indigna que diga que devolvamos el auditorio a la instituciĂłn universitaria y que ademĂĄs plantee que no podamos hacer uso de un espacio universitario “sin autorizaciĂłn”. Precisamente por esta actitud autoritaria es que hemos mantenido nuestra decisiĂłn, durante estos ocho años, de no ceder el control del auditorio. Preferimos alentar la autoorganizaciĂłn y el consenso para decidir que actividades se hacen en el auditorio y no someternos al paternalismo de una caduca instituciĂłn que nos de o nos niegue el permiso de realizar actividades polĂ­tico sociales en un espacio autĂłnomo como deberĂ­a ser la universidad.

Era conmovedor que el argumento para ocupar autoritariamente el auditorio fuese la necesidad de cuidarlo del autoritarismo, un argumento central en la mĂ­stica de los “defensores” de la UNAM… Y fue por cierto por medio de un señor que se hace llamar “MĂ­stico”, que los okupas agregaron una bastante mona lecciĂłn de dialĂ©ctica al profesor Gilly (a quien ellos llaman “GĂŒilly”) aquĂ­:

Aunque GĂŒilly se encabrone, manotee y eructe un lastimero ÂĄbasta!, el auditorio Che Guevara no es de la comunidad. El Che es la antĂ­tesis de la comunidad. Por eso estĂĄ ocupado. El Che dejĂł de ser un problema de la comunidad desde hace mucho. Desde agosto de 1968. Desde que los estudiantes y profesores universitarios organizados contra la estĂșpida represiĂłn gubernamental lo tomaron y renombraron. Por lo demĂĄs, no necesitamos su permiso ni el de nadie para defender al Che dentro y fuera de la universidad. No vamos a esperar inmĂłviles y callados a que lleguen los porros, la rectorĂ­a, el gobierno o quien sea -porque no sabemos quien se va a atrever-, a desalojarnos y “reabrir el Che”, es decir a cerrarlo como tal, en nombre, eso sĂ­ lo sabemos y estamos seguros, en nombre de la Comunidad.

Los cuerpos académicos

“Defender al Che dentro y fuera de la universidad” es una amenaza poco velada que a todas luces deriva en impunidad y en privilegios. ÂżQuiĂ©n se va a atrever a sacarlos?

El pasado primero de marzo, el director saliente de la facultad de Filosofía y Letras, Dr. Ambrosio Velasco, declaró a La Jornada que no haber recuperado el auditorio era “uno de mis fracasos”. Pero lo justificó diciendo que “aplicar una solución de fuerza para su desalojo implicaría una escisión y polarización” (es decir, violencia).

El Dr. Velasco asegura que impulsĂł “acciones cĂ­vicas” para recuperar el auditorio, pero nunca logrĂł “una convocatoria suficientemente amplia en la comunidad”. La Ășltima vez que se discutiĂł el asunto del auditorio entre los “cuerpos acadĂ©micos” –explica- los alumnos declararon: “no estamos de acuerdo y no toquen a los okupas”. Los profesores, por su parte, dijeron que “la soluciĂłn correspondĂ­a a rectorĂ­a” y que a la rectorĂ­a corresponde “decidir si podrĂ­a haber una soluciĂłn legal y de fuerza legal.”

Ante los hechos, no queda sino deducir que todos los demĂĄs cuerpos acadĂ©micos acabaron por acatar esa orden de los estudiantes: “no toquen a los okupas” (cuyos cuerpos acadĂ©micos son, obviamente, mĂĄs cuerpos que otros).

Reconstruyendo sueños

Mientras los “cuerpos acadĂ©micos” deciden quĂ© no hacer, los empresarios que okupan el auditorio han lanzado una nueva iniciativa cuyo contenido puede leerse aquĂ­.

Se trata de la “Campaña Reconstruyendo Sueños” que tiene como objeto reinstalar el mural de “ÉL CHE” que decoraba (es un decir) la fachada del auditorio. Con ese objeto, los empresarios venden bonos de 45 pesos para adquirir 900 metros de vinil sobre el que desean repintar el mural que luego serĂĄ colgado en esa fachada. El mural muestra al señor Che (que en paz descanse) a la hora de prender fuego con una tea al escudo de la UNAM sobre un paisaje de volcanes y nopalitos que ni mandan ni obedecen y que son muy nuestros.

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[1]“Debate por el auditorio Che Guevara”, La Jornada, 9 de mayo de 2008.

[2] http://www.pvp.org.uy/gillypresoselecciones.htm

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Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.


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