En una página de sus diarios alemanes, fechada el 14 de febrero de 1937, Samuel Beckett escribió: “Agradable predilección por dos hombres flacos y lánguidos…
Cuando tenemos el sentimiento de que no hay nada nuevo bajo el sol, de que cualquier sorpresa nos llega reciclada y nuestra capacidad de asombro está en vías…