La palabra cursi, y no el sentido de la misma que se pierde en la noche de los tiempos como un gorrioncillo sentimental y desesperado en busca de la coqueta, la frívola, la perdediza…
Hay mañanas en las que no logro escribir y resignada cierro la puerta del estudio como rechazada por la escritura; con la encogida esperanza de que mañana tal vez me acepte.