Narcisismo institucional

Los descuidos en la supervisiรณn bancaria no son cosa del pasado. Son una vieja tradiciรณn que continรบa, piadosamente oculta por las autoridades que se atribuyen medallas olรญmpicas.
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La alabanza en boca propia es una tradiciรณn de todo el sector pรบblico, pero la Secretarรญa de Hacienda y el Banco de Mรฉxico no se miden. En Londres, el ahora gobernador del Banco y antes secretario de Hacienda aprovechรณ la coyuntura para declarar que "si hubiera medallas para sistemas bancarios en esta olimpiada, Mรฉxico se llevarรญa una medalla". Las autoridades "hemos actuado con prudencia", y esto "hace que la macroeconomรญa de Mรฉxico destaque por su fortaleza".

Aludรญa a la tragedia griega y de otros paรญses donde los crรฉditos excesivos, ineptos o fraudulentos terminaron en una crisis mayรบscula. Pero olvidรณ un detallito. No fue el cuidado de las autoridades, sino su descuido, lo que permitiรณ a los bancos en Mรฉxico explotar la mina de oro de los mรบltiples cobros a sus clientes con cualquier pretexto. Un negocio buenรญsimo, mรกs atractivo que el tradicional: prestar con interรฉs, arriesgรกndose a no cobrar. Gracias a la permisividad de las autoridades, los bancos espaรฑoles con filiales mexicanas empezaron a tener mayores utilidades aquรญ que en Espaรฑa, donde con gusto hubieran aplicado la misma receta, si los hubieran dejado. Fue la dejadez de las autoridades mexicanas la que merece una medalla. Cuando estallรณ la crisis, los abusos permitidos salvaron al paรญs. No puede haber crรฉditos incobrables donde no hay crรฉditos.

Por eso, como dijo el funcionario, no hay riesgo de contagio de las matrices espaรฑolas a las filiales mexicanas. Por el contrario, las minas de oro en Mรฉxico estรกn recapitalizando a las matrices con dividendos formidables. Hasta un ex secretario de Hacienda y ex gobernador del Banco de Mรฉxico lo seรฑalรณ en The Financial Times ("Emerging markets must lead banking reform", 4 de marzo 2012): Mientras que los bancos mexicanos reparten como dividendos el 20% de sus utilidades y reinvierten el 80%, los extranjeros reparten el 75% y reinvierten el 25%. Si los extranjeros hicieran como los mexicanos, el crรฉdito bancario (que es actualmente de 23% del PIB) podrรญa subir hasta el 38% del PIB.

Desgraciadamente, no todo olรญmpico descuido tiene como resultado un sistema bancario libre de tragedias. De hecho, el mismo ex funcionario que seรฑalรณ lo anterior se luciรณ en la fallida privatizaciรณn de la banca y luego en su oneroso rescate: tragedias que todavรญa no acabamos de pagar.

Pero los descuidos en la supervisiรณn bancaria no son cosa del pasado. Son una vieja tradiciรณn que continรบa, piadosamente oculta por las autoridades que se atribuyen medallas olรญmpicas, no por vanidad, sino para crear confianza: algo fundamental para la buena marcha de la economรญa. Confianza que resulta infundada y se desfonda cuando estallan los escรกndalos poco tranquilizadores. Naturalmente, no son las autoridades financieras de Mรฉxico (nada proclives a la transparencia), sino las extranjeras, las que destapan los escรกndalos.

Segรบn el Fondo Monetario Internacional, de 2004 a 2007, hubo 149 averiguaciones por lavado de dinero que llegaron a los tribunales mexicanos, de las cuales รบnicamente dos se originaron por investigaciones de la Secretarรญa de Hacienda. Eso, a pesar de que tiene una Unidad de Inteligencia Financiera dedicada supuestamente a vigilar los movimientos bancarios sospechosos (Mexico: Detailed assessment report on anti-money laundering and combating the financing of terrorism, 11 de septiembre 2008).

Por lo demรกs, la advertencia del Fondo fue inรบtil. Cuando presentรณ su informe, era secretario de Hacienda el mismo funcionario de las declaraciones olรญmpicas, que no destapรณ el escรกndalo del banco HSBC, y tal vez ni siquiera se enterรณ hasta que el Senado de los Estados Unidos acusรณ al banco de graves descuidos entre 2001 y 2010. Entre otras cosas, los senadores investigan el lavado de siete millardos de dรณlares entre 2007 y 2008 desde la filial mexicana. En previsiรณn de la multa, el banco ya reservรณ 700 millones de dรณlares, aunque el castigo puede ser mucho mayor (The New York Times, 24 de agosto 2012). En cambio, la Comisiรณn Nacional Bancaria le impuso una multa de $379 millones (menos de 30 millones de dรณlares) y el nuevo secretario de Hacienda quiere tranquilizarnos con otro despliegue de narcisismo institucional: La banca mexicana tiene "los mejores estรกndares respecto al resto del mundo". "Hoy estamos bastante tranquilos". El "caso HSBC ya se cerrรณ" (El Universal, 27 de julio 2012).

Pero sigue abierto en los Estados Unidos, donde se ventila otro: el de Walmart de Mรฉxico, acusada primero por The New York Times (21 de abril 2012) de dar mordidas para conseguir permisos de construcciรณn, y ahora investigada por lavado de dinero y evasiรณn de impuestos (Reuters, 14 de agosto 2012). ¿Y la Secretarรญa de Hacienda? En la luna: en el famoso Mar de la Tranquilidad de la luna: "No tenemos ningรบn caso abierto en contra (…) en el caso de Walmart" ("SHCP no investiga a Walmart", El Universal, 22 de agosto 2012).

Hacienda no funge como vigilante del sistema bancario: finge. Tan maravillosamente, que se cree con derecho a una medalla olรญmpica.
 

(Reforma, 28 octubre 2012)

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(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.


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