Me impresionó mucho el reportaje “Treinta días viviendo como un cubano”, de Patrick Symmes, que publicaron en su número de enero. Cuba ya no es solo una cuestión ideológica –aunque los que siguen apoyando el comunismo deberían haber aprendido la lección– sino de pura dignidad material: ¿cómo puede alguien con el sueldo medio de su país pasar hambre y verse obligado a delinquir? ¡Imagínese a un español al que no le alcanzara para comer con 1.200 euros al mes!
Biografía literaria
Fanerógamas amo, la galladura del huevo, la farfolla que alimenta la yegua, amo la bizna y la fárfara, he aquí unas palabras que amo. Amo caminar, médanos y bosques, una encina cuajada, un…
Juan Benet en el XXI
Hace algo más de veinte años, Juan Benet señalaba que los clásicos españoles sobrevivían encerrados en los mausoleos de las universidades y que apenas desempeñaban papel alguno en la vida…
Jorge Yázpik: Las formas del espacio
Abriéndose paso entre la piedra, atajando su forma abrupta con cortes rectos, buscando su centro en una escalonada e imposible arquitectura que se interna en la entraña mineral,…
Entretenimiento empresarial en tiempos del monopolio
Es conocido lo que las empresas de vanguardia harán por mantener contentos y “creativos” a sus trabajadores. Para muestra, Google: miles de superestrellas de la ciencia y la tecnología, todos…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES