El pasado miércoles 10 abril, el Día Nacional de Acción por la Migración, nuevamente salieron a las calles miles de personas para unirse a las manifestaciones a favor de una reforma migratoria integral. El foco principal fue el edificio del Capitolio en Washington D.C. pero varias marchas eco tuvieron lugar en otras ciudades del país.
En Washington, bajo un sol ardiente y una temperatura inusual de 30ºC, la música latina y los gritos de “sí se puede” y “el pueblo unido, jamás será vencido” podían oírse varias cuadras a la redonda. Casi todos los participantes (conductores de radio, líderes religiosos, sindicatos, artistas y líderes de las principales organizaciones de migrantes) hablaron en español, y para los representantes del congreso y líderes de otros grupos de migrantes había traducción simultánea al español. A diferencia de otras marchas, en esta parecía que el tema migratorio era inseparable del voto latino mientras que la presencia (o el reconocimiento) de otros grupos de migrantes era limitada.
Aunque había miles de personas en las afueras del Capitolio (algunos medios estimaron que podrían haber sido hasta 30,000), no se sintió la misma energía o la urgencia de marchas anteriores. Quizás es porque estamos en vísperas de una propuesta de reforma por parte del “grupo de los ocho” senadores y representates de ambos partidos (la famosa gang of eight incluye a Charles Schumer (D-NY), Robert Menéndez (D-NJ), Richard Durbin (D-IL), Michael Bennet (D-CO) John McCain (R-AZ), Marco Rubio (R-FL), Lindsey Graham (R-SC) y Jeff Flake (R-AZ)), pero algunas organizaciones también comentaron que el financiamiento y apoyo de fundaciones para este tipo de actividades se ha reducido significativamente en los últimos años.
“El momento es ahora” (The Time is Now) era el lema de esta marcha. Hay un gran optimismo por parte de los que han luchado por esta causa desde hace más de una década de que esta vez sí se logrará algo. Es probable que no sea la mejor versión posible pues como explica el Senador Schumer (D-NY), “hemos tenido que negociar y llegar a un punto medio”, lo cual es de esperarse. Sin embargo, este puede ser otro gran paso hacia adelante, como lo han sido el proceso de acción diferida, y otros pequeños pero importantes avances como el cambio reciente en las reglas de operación para las redadas, o el cambio en el lenguaje para referirse a los migrantes indocumentados por parte de varios medios de comunicación, incluyendo recientemente a la Associated Press y USA Today.
El “grupo de los ocho” asegura que la propuesta bipartidista estará lista este martes y que ofrecerá una opción para que los migrantes indocumentados que cumplan con ciertas condiciones (incluyendo haber entrado al país antes del 31 de diciembre de 2011 y no tener antecedentes penales) puedan obtener la ciudadanía en un plazo de cerca de 13 años, aunque el tiempo de espera podría ser más corto para los “Dreamers”. Algunos temas controvertidos como el reconocimiento de las parejas del mismo sexo para propósitos migratorios supuestamente ya quedaron excluidos de la propuesta y otros, como las condiciones para la contratación de trabajadores temporales, aún no se han hecho públicos aunque se dice que ya hay un acuerdo entre empleadores y sindicatos. Así que queda mucho por negociar y en un tema tan delicado y controvertido, ya se ha visto que todo puede derrumbarse fácilmente. Aún así, es la primera vez en los últimos cinco años que se ha logrado llegar a acuerdos significativos y que el tema es una prioridad en la agenda de ambos partidos. ¿Será este por fin el momento? ¿Será esta la última marcha por una reforma migratoria integral?
es profesora de estudios globales en The New School en Nueva York. Su trabajo se enfoca en las políticas migratorias de México y Estados Unidos.