Candidatos en cultura

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Cuando le pregunto a Beatriz Paredes si un polรญtico lleva siempre en la cabeza a Maquiavelo, Von Clausewitz y Sun Tsu, la candidata de la Alianza por Mรฉxico a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal responde que hay dos tipos de polรญticos: los que leen El Prรญncipe y los que leen El Principito. Ella reivindica a Saint-Exupรฉry por su lecciรณn de tolerancia al asumir que lo diferente no es inferior, y pone como ejemplo el capรญtulo donde el zorro le dice al Principito que no puede jugar con รฉl porque no estรก domesticado: ahรญ la palabra โ€œdomesticarโ€ significa โ€œcrear lazos de uniรณnโ€.

Paredes cita autores, tรญtulos y pasajes de libros, hace referencia a versos y estrofas con frescura y precisiรณn. Habla como si se leyera a sรญ misma: con pausas puntuales y una estructuraciรณn discursiva perfecta. Conversar con ella sobre los autores que la han marcado se antoja natural y no pocas veces la emociona, asรญ se trate de La condiciรณn humana, de Andrรฉ Malraux, โ€œMuerte constante mรกs allรก del amorโ€, de Gabriel Garcรญa Mรกrquez, o Suave Patria, de Ramรณn Lรณpez Velarde.

A diferencia de sus dos contrincantes, Beatriz Paredes se define a sรญ misma como โ€œmujer de partidoโ€, aun cuando en la publicidad espectacular su vรญnculo con la alianza pri-pvem no aparezca ni siquiera en letras chiquitas. Su otra lealtad de toda la vida es la mรบsica, a la que creyรณ que se dedicarรญa cuando, al terminar la preparatoria, se inscribiรณ en el Conservatorio de Xalapa. Sus amigos y gente cercana suelen hablar de las veladas en su casa, en que la guitarra es un convidado indispensable. El gerente de la tienda de discos Music Room, en Polanco, afirma que Paredes posee la mayor colecciรณn de bossa nova en Mรฉxico. Si bien tiene especial predilecciรณn por los gรฉneros americanos con influencia africana, la ex gobernadora de Tlaxcala se estremece por igual cada vez que escucha โ€œLa samba de la bendiciรณnโ€, โ€œEl concierto de Coloniaโ€ o โ€œLa bellezaโ€, de Luis Eduardo Aute.

Ya varios comentaristas y analistas polรญticos han expresado que, por lo que toca a los tres principales contendientes a la jefatura de gobierno del df, estamos ante una competencia muy reรฑida, no en cuanto a cifras, sino a nivel intelectual.

Si bien, segรบn una serie de encuestas publicadas en marzo en el periรณdico Reforma, Marcelo Ebrard acaparaba 54 por ciento de las preferencias de voto, ante veintidรณs por ciento de Demetrio Sodi y veintiuno por ciento de Paredes, en uno de los apartados de ese mismo sondeo los votantes potenciales le conferรญan a la candidata de la Alianza por Mรฉxico mayor credibilidad en la promociรณn de actividades culturales con 33 por ciento, frente a veintinueve por ciento para Ebrard y diez por ciento para Sodi.

โ€œNo ha habido polรญtica cultural en el df. El gobierno se lavรณ las manosโ€, asevera Demetrio Sodi, candidato de Acciรณn Nacional, a los pocos minutos de comenzada la entrevista y luego de hacer una entrada intempestiva a su Casa de Campaรฑa, ubicada en la Colonia del Valle. Los que trabajan con รฉl lo describen como una persona sencilla y llevadera: no es de los que hacen grandes aspavientos, puede pasar junto a alguien, darle una palmada en la espalda y preguntar: โ€œยฟQuรฉ ondas, cรณmo vas?โ€

Previo a dedicarse a la polรญtica y militar en las filas de los tres principales partidos, Demetrio Sodi trabajรณ en la iniciativa privada, en Aurrerรก, de empleado de medio tiempo a subdirector general. En sus palabras, se cambiรณ del abasto privado al abasto popular y tuvo a su cargo impulsar un programa que resolviera, en menos de tres aรฑos, el abastecimiento de alimentos en todo el paรญs a travรฉs de veinte mil tiendas Diconsa. Como hombre del servicio pรบblico, relata que su โ€œdespertar socialโ€ estuvo ligado a la mรบsica latinoamericana de protesta. Soledad Bravo, Mercedes Sosa, Atahualpa estuvieron ahรญ esos aรฑos cruciales. Ahora, tres dรฉcadas despuรฉs, sus canciones favoritas vuelven a comulgar con su momento histรณrico, convencido de que ha hecho lo que tenรญa que hacer: โ€œGracias a la vidaโ€, โ€œNon, je ne regrette rienโ€ y โ€œMy wayโ€.

Para รฉl estรก claro: los grandes eventos en el Zรณcalo no son cultura sino entretenimiento. Su propuesta es que tanto รฉstos como las actividades culturales se realicen a nivel delegacional, mรกs que sรณlo centralizarse. Califica como โ€œuna tonterรญaโ€ la Secretarรญa de Cultura del Distrito Federal, al considerar que la cultura debe corresponder a un รณrgano independiente y no estar sujeta a una burocracia: โ€œRequerimos de un consejo consultivo y operativo, a cargo de los propios integrantes del sectorโ€.

En opiniรณn de Marcelo Ebrard, candidato de la Alianza por el Bien de Todos, lo que debe revisarse de la polรญtica cultural ya existente en el Distrito Federal es la descentralizaciรณn de la misma, que se puso en prรกctica a fin de que cada delegaciรณn se encargara de sus propias actividades. El resultado ha sido una gran disparidad y diferencias abismales en cuanto a la prioridad que cada delegado le asigna al tema: โ€œNo podemos confiar en una descentralizaciรณn tan extrema. Debe ser una polรญtica de conjunto.โ€

Se dice que aunque las jornadas de trabajo al lado de Marcelo Ebrard son de sol a sol, se da tiempo para preocuparse por la gente que lo rodea, por conservar el buen humor. En efecto, se le ve entusiasta, si no es que despachando, mientras hace un recuento de logros: retiro de catorce mil ambulantes del Centro Histรณrico en 1993, recuperaciรณn del Lago de Chapultepec, construcciรณn de la Lรญnea 8 del Metro… โ€œDesde los sismos del 85, me dediquรฉ a servir a la ciudad. No se me puede reprochar nada de cuando fui Secretario de Gobierno. No reprimรญ, ni fui corrupto ni narco.โ€

Segรบn Beatriz Paredes, ha habido una โ€œconfusiรณnโ€ entre entretenimiento masivo y polรญtica cultural, la cual no sรณlo tiene que ver con divertir, sino con formar y hacer crecer.

Durante la entrevista con ella, llega la hora de poner sobre la mesa un tema recurrente en discursos polรญticos y quejas ciudadanas: quรฉ tanto la inseguridad prevaleciente en los espacios pรบblicos se ha vuelto no sรณlo un cรณmplice mรกs para la comisiรณn de crรญmenes sino un enemigo del acceso a la cultura.

โ€œEl problema โ€“dice Paredesโ€“ no es que el ciudadano vuelva a tomar las calles. El problema es que la delincuencia enajenรณ las calles.โ€ En ese sentido, su propuesta es establecer parรกmetros bรกsicos de convivencia que permitan desplazarse con certidumbre, asรญ como un gobierno eficaz que no tenga colusiรณn ni complicidad con los delincuentes. La cultura fungirรญa como impulsora de participaciรณn social, especialmente por parte de los jรณvenes, y destierro de vicios, como la corrupciรณn. Demetrio Sodi pone el ejemplo del Teatro de la Ciudad, el cual, dice, se ha venido abajo no por cuestiรณn de recursos sino por la inseguridad: โ€œLa mejor forma de ayudar al artista, mรกs que subsidiรกndolo, es reactivando la economรญa cultural, hacer que los teatros sean visitados.โ€

Inseguridad como causa versus la causa de la inseguridad: Marcelo Ebrard atribuye el fenรณmeno a dos factores. Primero, en 1997 el gobierno federal dejรณ de hacer inversiones importantes en el Valle de Mรฉxico, lo que ha derivado en un deterioro general en varios servicios, y que, no obstante, podrรญa revertirse en el futuro, ante la posibilidad de que gobierno federal y gobierno local compartan un mismo partido y, por ende, una misma idea. Segundo, ha habido un deterioro significativo del tejido social, atribuible no sรณlo a la crisis econรณmica, sino al cambio en la forma de organizaciรณn de la sociedad: una de las propuestas concretas para este รบltimo punto es cambiar los horarios de las escuelas pรบblicas a jornadas completas, como en paรญses europeos, ante la evidente disminuciรณn del tiempo de convivencia.

Ebrard es pragmรกtico. La recomposiciรณn de la sociedad es posible y no hay que mirar hacia atrรกs sino adaptarse a esta nueva realidad. En cuanto a la recuperaciรณn de los espacios pรบblicos, coincide con sus adversarios en la necesidad de emprender acciones integrales y locales, como la configuraciรณn de pequeรฑos sitios de convivencia en las colonias y mayor รฉnfasis al componente cultural en la educaciรณn pรบblica, con la diferencia de que รฉl dispone de una mayor cantidad de datos y ejemplos con nombre y apellido. Entre los cien puntos de su propuesta para la ciudad se encuentran la creaciรณn de un museo en San Juan de Aragรณn y la designaciรณn de cuatro mil promotores jรณvenes a quienes confiar la ciudad como tarea. No niega que la inseguridad afecte la asistencia a los espectรกculos culturales, pero contempla otros factores como calidad y precio de los mismos. En ese sentido, las exposiciones fotogrรกficas sobre el Paseo de la Reforma han sido una iniciativa de รฉxito indiscutible: โ€œNo necesariamente se trata de ir a una sala. Si se tiene el espacio pรบblico y el acceso equitativo a bienes culturales, va a resultar en una sociedad mรกs integrada. Si se privatiza, se segrega.โ€ Una exclusiรณn automรกtica. ~

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