Es una coincidencia desconcertante que Max Weber haya muerto de una neumonรญa hace un siglo y hoy el mundo sea vรญctima de un virus que extermina a decenas de miles por fallas pulmonares y tiene confinados a millones ante su amenaza mortal.
Todos tenemos autores, maestros y amigos que, fallecidos, siguen con nosotros, inolvidables, son parte de nuestra vida. Para mรญ y otros muchos, Max Weber es una referencia fundamental de nuestra vida intelectual y ha influido en nuestro modo de entender la sociedad, sin que por ello caminemos por la vida con un manual weberiano bajo el brazo para entender los acontecimientos.
Lo imperecedero de Weber es su interpretaciรณn del mundo moderno, la explicaciรณn de su origen, la caracterizaciรณn de su desarrollo, el anรกlisis de sus tensiones y la proyecciรณn de su futuro probable. Su lectura del tiempo moderno, centrada en la racionalizaciรณn de la sociedad, hace que Weber sea aรบn hoy sugerente, tambiรฉn criticado, aun si ahora tienen poco sentido las descalificaciones de hace medio siglo que lo convertรญan en el supremo exponente de la โsociologรญa burguesaโ.
Me marcรณ su interpretaciรณn de la modernidad como proceso y resultado de la racionalizaciรณn de la sociedad. Recordarรฉ en este texto sus caracterรญsticas y desarrollo y esbozarรฉ al final los lรญmites de la racionalidad del cรกlculo y del control, que es la protagonista del relato de Weber sobre el mundo moderno.
I
La tesis central de Weber es que en la raรญz de la modernidad de Occidente estรก la formaciรณn y afirmaciรณn de la acciรณn racional, personal y social. La acciรณn racional es intencional, tiene un sentido subjetivo, se enfoca en fines precisos, y es causal, porque sus efectos y resultados son la realizaciรณn del fin intencionado. Dos son los tipos de la acciรณn racional: โla acciรณn racional con referencia a finesโ (zweckrational) y โla acciรณn racional con referencia a valoresโ (wertrational), que no suprimen las acciones โafectivasโ y โtradicionalesโ, pero minimizan su importancia en los tiempos modernos. Por la conformidad plena con sus objetivos valorados, por su conocimiento de los efectos que la acciรณn puede causar y por el control de su ejecuciรณn, el atributo esencial de la acciรณn racional es la efectividad.
La formaciรณn de la conducta racional tuvo su inicio con los capitalistas originarios, que se comportaban de acuerdo a las normas รฉticas de un ascetismo mundano, de derivaciรณn religiosa, que entendรญa la actividad econรณmica como โvocaciรณnโ (Beruf) y exigรญa ejercerla metรณdicamente con acciones dedicadas enteramente a la realizaciรณn plena de sus fines, sin distracciones y sin pausa. (Son interminables las discusiones acadรฉmicas en este punto.) El โespรญritu del capitalismoโ fue el origen de la apariciรณn y difusiรณn de โuna vida racional en el mundoโ, โuna conducciรณn racional de la vidaโ y โla organizaciรณn racional del trabajoโ, que se extendiรณ progresivamente por todos los รกmbitos y alcanzรณ al mismo Estado moderno, que es โuna empresaโ que organiza racionalmente sus poderes y acciones a fin de realizar efectiva y sistemรกticamente sus fines. La expansiรณn de la acciรณn racional motivรณ la invenciรณn, la adquisiciรณn y el aprovechamiento de otros elementos que moldearon racionalmente las conductas sociales, como las aplicaciones tecnolรณgicas de las ciencias, la contabilidad racional, la administraciรณn racional y el derecho racional, dicho con Weber.
El original espรญritu racional de la profesiรณn capitalista desapareciรณ cuando se extinguieron sus raรญces religiosas (โLa raรญz religiosa del hombre econรณmico moderno ha muertoโ) y evolucionรณ hacia la burocracia, la forma de organizaciรณn racional del trabajo asociado. No es realmente importante lo que ocurriรณ con el capitalismo original y lo que podrรก ocurrirle en el futuro, porque no es el asunto histรณrico decisivo. Lo que importa es la afirmaciรณn de la conducta racional a la que ha dado origen y que se exige ahora a todos en todos los รกmbitos de la vida social. โPuede concebirse una eliminaciรณn del capitalismo privado, pero no significarรญa en modo alguno una ruptura de la estructura de hierro del moderno trabajo industrial.โ
La burocracia culmina el proceso de racionalizaciรณn. Es el arreglo organizacional de la mรกxima efectividad, porque el trabajo se distribuye entre individuos que poseen conocimiento experto, son capaces de calcular los efectos de las acciones y de ejecutarlas sin defectos, y ademรกs obedecen las reglas conductuales y los estรกndares operativos establecidos.
Cรกlculo y control son las condiciones fundamentales de la racionalidad de la burocracia y son posibles a su vez por el conocimiento y la direcciรณn. La efectividad implica causalidad y la causalidad se sustenta en el conocimiento que conjetura, descubre y valida los nexos causa-efecto existentes en la realidad y hace posible calcular los efectos de las acciones que se deciden. Pero el conocimiento causal es insuficiente para asegurar la efectividad. Se requiere tambiรฉn calcular el desempeรฑo del sujeto conocedor (el productor, el administrador), estar seguros de que obedecerรก las directrices y los estรกndares establecidos para asegurar la ejecuciรณn de las acciones. Lo sorprendente es que el control y la direcciรณn, condiciones necesarias de la efectividad de las organizaciones, son resultado de un proceso de expropiaciรณn y concentraciรณn, que Weber formula con crudeza.
La organizaciรณn burocrรกtica, normal en nuestros tiempos e inevitable en el futuro, es resultado de que siglos atrรกs los productores independientes โpropietarios de sus medios de producciรณn material o intelectual, de sus armas, utensilios, materiales y recursos monetariosโ fueron despojados de ellos por los propietarios de empresas y por los gobernantes a travรฉs de varias acciones, desde su eliminaciรณn mediante la competencia industrial de productos y precios hasta acciones militares o judiciales de expropiaciรณn forzosa. La expropiaciรณn de los medios de trabajo de los productores independientes y la consiguiente concentraciรณn del mando son โel fundamento decisivo comรบn tanto de la empresa polรญtico-militar estatal moderna como de la empresa capitalista privadaโ. Hubo expropiaciรณn y subordinaciรณn, no solo รฉtica profesional.
Weber llega a la exaltaciรณn de la racionalidad de la vida social moderna cuando afirma que su efecto radical es โel desencantamiento del mundoโ (die Entzauberung der Welt). La expansiรณn de la acciรณn racional en la vida social ha hecho que los acontecimientos del mundo sean entendidos como obra de las acciones humanas que determinan su sentido, su propรณsito, y lo realizan por saber calcular los efectos de sus acciones y controlar su ejecuciรณn. El mundo es obra humana, no de agentes o fuerzas trascendentes, acaso providenciales. โSe ha excluido lo mรกgico del mundo.โ Sin embargo, en sentido contrario, el desencantamiento significa que la triunfadora racionalidad instrumental, campeona de la efectividad, es incapaz de definir y prescribir el sentido del mundo y el sistema de valores que lo inspira. La ciencia y la tecnologรญa triunfadoras pueden calcular quรฉ hechos son consecuencia de las acciones emprendidas, pero no tienen la posibilidad de establecer los valores que dan sentido a las acciones de la vida personal y social y prescribir su obligatoriedad. Su efectividad se limita a la realizaciรณn del sentido de la acciรณn, no a la validaciรณn de su sentido. Mucho y poco.
El resultado final de la modernizaciรณn desencantadora es un mundo carente de sentido. Con la caรญda de la visiรณn religiosa y filosรณfica de la historia humana y con la imposibilidad de que la razรณn tรฉcnica instaure el sistema de valores que da sentido a la acciรณn humana, circulamos por la vida en medio de una pluralidad optativa de valores, diferentes y antagรณnicos, calificada por Weber como โpoliteรญsmoโ, que se enfrentan en una batalla a muerte en la arena de la polรญtica y es la razรณn de ser de la polรญtica.
Es discutible el monoteรญsmo de una razรณn verdadera, teolรณgica o filosรณfica, que da un sentido unitario y รบnico a la existencia humana, pero es refutable un politeรญsmo de valores y sentidos sociales sin asidero racional y que se imponen unos sobre los otros por la fuerza de una mayorรญa polรญtica mรกs o menos ilustrada o por la coacciรณn fรญsica. Muchos no apreciarรกn este desemboque irracional de la racionalizaciรณn moderna del mundo.
II
Un esbozo de reflexiรณn es obligado. La racionalidad-efectividad de la acciรณn es algo que nos importa y mucho. Queremos resultados, realizaciones, y no solo visiones y proyectos en las organizaciones en las que trabajamos. En el terreno polรญtico, la cuestiรณn de la efectividad directiva de los gobiernos democrรกticos es hoy central. La instauraciรณn del Estado de derecho y la democratizaciรณn de los regรญmenes autoritarios, a la vuelta del milenio, resolvieron razonablemente bien la cuestiรณn de la legitimidad polรญtica del cargo y la actuaciรณn del gobernante, pero no la de su efectividad directiva. La cuestiรณn no se centra hoy en la indiscutible superioridad axiolรณgica y polรญtica del rรฉgimen democrรกtico liberal sobre los demรกs regรญmenes, sino en la capacidad (financiera, informativa, cognoscitiva, tรฉcnica) de los gobiernos democrรกticos para dirigir a la sociedad. La cuestiรณn se ha desplazado de la legitimidad polรญtica del gobierno hacia la eficacia directiva del gobierno legรญtimo.
El conocimiento cientรญfico-tรฉcnico, una autรฉntica organizaciรณn burocrรกtica y una inteligente gestiรณn financiera son las condiciones necesarias de la efectividad del gobernar, que es una acciรณn performativa, de efectuaciรณn de resultados, y no solo discursiva. Estamos cansados de gobiernos que hablan todos los dรญas, pero son incapaces de dirigir satisfactoriamente a la sociedad, resolver sus problemas, responder a sus requerimientos, porque sus decisiones directivas no incorporan los elementos esenciales de la acciรณn racional: fines ordenados, conocimiento causal, cรกlculo, control, personal experto, tecnologรญas…
Hay algo nuevo en nuestro tiempo, la exigencia de un concepto de racionalidad mรกs amplio, que incluya el sentido de la acciรณn y no solo su efectuaciรณn. Un gobierno no puede considerarse efectivo si la sociedad rechaza o es indiferente a los objetivos que realiza, al juzgarlos injustificados, innecesarios, clientelares, obsesiones del gobernante. Es una efectividad que, al carecer socialmente de sentido, es inefectividad en los hechos. El concepto nuevo de racionalidad comprende el sentido de la acciรณn y no solo su proceso de realizaciรณn.
Crece la exigencia de que los gobiernos ofrezcan razones sobre el sentido de sus acciones, sobre los fines en los que enfocan su gasto y recursos. Equidad de gรฉnero, bioรฉtica, trabajo digno y seguro, libertades privadas y pรบblicas, inclusiรณn, control del cambio climรกtico, son algunos de los fines que los ciudadanos exigen a los dirigentes polรญticos por considerarlos valores humanos genuinos, racionalmente fundamentados y defendibles. Es inaceptable que los fines de las acciones de los gobiernos no pasen por un examen racional y que su afirmaciรณn social sea el desenlace de la guerra entre los dioses antagรณnicos (partidos, lรญderes, ideologรญas, naciones) que abanderan valores diferentes y opuestos, en la que unos ganan y otros pierden, pero no por la fuerza de sus razones, como piensa Weber.
La razรณn cientรญfica y tecnolรณgica triunfadora no agota las posibilidades y exigencias de la razรณn humana. Es una de sus operaciones mรกs importantes, no es la รบnica ni la suprema, ni es la Razรณn sin mรกs. Que no les sea posible a la ciencia y a la tรฉcnica dar respuesta a la cuestiรณn del sentido y los valores de la sociedad no significa que otro tipo y nivel de razonamiento no pueda ofrecer las respuestas que buscamos, sin por ello menospreciar la importancia que tienen la ciencia y la tecnologรญa para resolver los problemas de nuestras vidas y producir condiciones preciadas de vida. Por ejemplo, sus intervenciones en la pandemia que padecemos.
Me parece ver un despertar en el tiempo actual que demanda una razรณn que no sea exclusivamente instrumental. Por dentro de los big data, la informatizaciรณn, los procesos de inteligencia artificial, las incesantes innovaciones cientรญficas y tecnolรณgicas, las cadenas productivas internacionales, que mucho nos importan, estamos en busca de principios รฉticos y jurรญdicos universales, racionalmente sustentados, que ordenen la vida social contemporรกnea y que para tener sentido y afirmarse requieren otro tipo de razonamiento, mรกs allรก de la pulsiรณn actual por la efectividad. Si este escenario social es imposible, entonces hay que decir con Weber que la polรญtica consiste en โreintentar lo imposibleโ y, mรกs aรบn, que en eso consiste y se va la vida. ~
es doctor en filosofรญa por la Pontificia Universidad Gregoriana. Es autor, entre otros libros, de Weber: la idea de ciencia social (unam/Miguel รngel Porrรบa, dos volรบmenes, 1988 y 1989)