El derecho a la oposiciĆ³n

Siglo de las luces... y las sombras. Apuntes para una historia de los liberales en MƩxico a travƩs de las batallas, fervores, escritos y derrotas de Ireneo Paz

Ɓngel Gilberto Adame

Aguilar

Ciudad de MĆ©xico, 2023, 656 pp.

AƑADIR A FAVORITOS
ClosePlease loginn

Ireneo Paz naciĆ³ en Guadalajara en 1836, en medio de la tensa situaciĆ³n nacional que siguiĆ³ a la adopciĆ³n del rĆ©gimen centralista, con los gobiernos de Miguel BarragĆ”n y JosĆ© Justo Corro. Su juventud estuvo marcada por el ascenso del secesionismo en Jalisco y otras regiones, como Zacatecas y YucatĆ”n, la anexiĆ³n de Texas y la guerra contra Estados Unidos. Fue la causa liberal, a la que se unirĆ­a siendo estudiante de derecho en la Universidad de Guadalajara, la que lo dotarĆ­a de una perspectiva polĆ­tica nacional.

ReciĆ©n graduado, Paz iniciarĆ­a su frenĆ©tica actividad periodĆ­stica, primero en Guadalajara y luego en Colima y MazatlĆ”n, durante la lucha entre liberales y conservadores y la resistencia a la invasiĆ³n francesa y el Imperio de Maximiliano. De 1861 a 1867, Paz impulsĆ³ ocho periĆ³dicos, uno por aƱo, entre los que destacarĆ­an publicaciones satĆ­rico-polĆ­ticas como Sancho Panza (1863), El Payaso (1865-1866) y El Diablillo Colorado (1867). No por gusto Victoriano Salado Ɓlvarez se refiriĆ³ a la ā€œgrafomanĆ­aā€ de don Ireneo.

Ɓngel Gilberto Adame ha escrito una exhaustiva biografĆ­a de este liberal decimonĆ³nico, figura emblemĆ”tica del periodismo polĆ­tico en el MĆ©xico moderno. Gracias a este volumen podemos constatar la extraordinaria energĆ­a que aquel abogado tapatĆ­o puso en sus mĆŗltiples empresas pĆŗblicas, las periodĆ­sticas, las literarias, las culturales y las polĆ­ticas, y el zigzagueante curso que siguiĆ³ en esas lides.

Fundar periĆ³dicos en el MĆ©xico de la guerra civil, a favor de una u otra bandera, era arriesgarse a la cĆ”rcel o a la muerte. La primera vez que Ireneo Paz serĆ­a apresado por un delito de opiniĆ³n fue durante el Imperio de Maximiliano. Ese antecedente, sin embargo, no lo librĆ³ de mĆŗltiples desencuentros con los gobiernos de Benito JuĆ”rez y SebastiĆ”n Lerdo de Tejada. En 1867, en Sinaloa, Paz se sublevĆ³ contra la reelecciĆ³n del gobernador Domingo RubĆ­, por lo que fue a parar, nuevamente, a la cĆ”rcel.

La serieĀ El Padre Cobos, que comenzarĆ­a bajo el gobierno de JuĆ”rez, se extenderĆ­a durante el Ćŗltimo gobierno de la RepĆŗblica Restaurada y el primero del porfiriato, y alcanzarĆ­a una ā€œquinta Ć©pocaā€ en 1911, en tiempos de Madero y Reyes, es muy representativa de aquel periodismo de alto riesgo. EnĀ El Padre Cobos, Paz caricaturizĆ³ a JuĆ”rez y a Lerdo y dejĆ³ varios testimonios del despotismo con que tambiĆ©n llegaron a actuar los gobiernos de la RepĆŗblica Restaurada, presentados como modelos de democracia por la tradiciĆ³n historiogrĆ”fica liberal y nacionalista-revolucionaria.

Paz apoyĆ³ a Porfirio DĆ­az en las revueltas de La Noria (1871) y Tuxtepec (1876), para impedir las reelecciones de JuĆ”rez y Lerdo: ā€œY sin ponerse en un potro / dice: con ninguno pierdo / porque entre JuĆ”rez y Lerdo / lo mismo es uno que otroā€, escribiĆ³ en una de sus coplas. La primera fracasĆ³, pero la segunda, aunque triunfĆ³, resultĆ³ costosa para el abogado y periodista jalisciense, quien sufriĆ³ prisiĆ³n y exilio, una vez mĆ”s.

Reconstruye muy bien Adame la pluralidad de la esfera pĆŗblica mexicana en el momento de la transiciĆ³n de la RepĆŗblica Restaurada al porfiriato. Repara en el gran proyecto de institucionalizar la prensa escrita, con la AsociaciĆ³n de Periodistas y Escritores y, luego, la Prensa Asociada de MĆ©xico, inicialmente lideradas por JosĆ© MarĆ­a Vigil y luego por Ć©l mismo.

Distingue Adame a varios partidarios del lerdismo en la Revista Universal y El Siglo Diez y Nueve, pero se detiene en uno: el poeta cubano JosĆ© MartĆ­, protegido de Manuel Mercado, secretario de Gobierno del Distrito Federal, y de Pedro Santacilia, yerno de JuĆ”rez. Paz, que habĆ­a saludado una intervenciĆ³n de MartĆ­ en el Liceo Hidalgo, ahora rechazaba la defensa apasionada que el cubano hacĆ­a del lerdismo y su desprecio por una ā€œoposiciĆ³n que no ata, roe, finge lo que no existe; no tiene la inteligencia suficiente para examinar lo cierto, y se crea actos imaginarios que censurar y herirā€.

Es evidente que MartĆ­ fue uno de los blancos de El Padre Cobos y, en cartas a Mercado, desde Guatemala, el cubano llegĆ³ a referirse a las ā€œmordidasā€ del periĆ³dico de Paz. La caĆ­da de Lerdo en 1876 hizo pensar a MartĆ­ en la ā€œinconveniencia de dejar a la prensa sus libertades licenciosasā€ en una repĆŗblica. Sin embargo, apenas dos aƱos despuĆ©s, en marzo de 1878, Paz harĆ­a una reseƱa elogiosa del ensayo de MartĆ­ sobre Guatemala, donde la valoraciĆ³n entusiasta del caudillo liberal, Justo Rufino Barrios, adelanta el cambio de visiĆ³n del cubano sobre Porfirio DĆ­az, al final de su vida.

Con el primer gobierno de DĆ­az y el de su sucesor, Manuel GonzĆ”lez, Paz ingresĆ³ a la clase polĆ­tica, primero como sĆ­ndico procurador del ayuntamiento y luego como diputado. Adame observa entonces el aggiornamento del periodismo mĆ”s formal y gobiernista de La Patria, que se extenderĆ­a de 1877 a 1914, la mĆ”s prolongada de todas las publicaciones del abogado jalisciense. La amistad con el dictador, sugiere el biĆ³grafo, le permitiĆ³ interceder por periodistas en desgracia y demandar la liberaciĆ³n de Filomeno Mata, el tantas veces encarcelado director del Diario del Hogar.

No podĆ­a faltar, en una biografĆ­a de Ireneo Paz, la reseƱa de su duelo con el periodista Santiago Sierra, en que perderĆ­a la vida este hermano menor de Justo Sierra, en 1880. El enfrentamiento se habĆ­a fraguado en los cruces verbales entre La Libertad de Sierra y La Patria de Paz, desde 1877 por lo menos. Las diferencias entre ambos medios y ambos periodistas incluĆ­an desde la cantidad de erratas que cada uno se permitĆ­a hasta los favores que debĆ­an al presidente. Sugiere Adame que uno de los efectos del duelo fue el retiro gradual de Justo Sierra del periodismo y el inicio, tal vez, de la animosidad de Paz contra los ā€œcientĆ­ficosā€.

El liderazgo en la Prensa Asociada le facilitarĆ­a visitar las exposiciones universales de ParĆ­s y Chicago, viajar por los Estados Unidos y participar de la recepciĆ³n, en Veracruz, del expresidente Ulysses S. Grant. Aquel Paz porfirista se convertirĆ­a, segĆŗn Adame, en el ā€œPlutarco popularā€ de Los hombres prominentes de MĆ©xico y las tres series de las Leyendas histĆ³ricas, donde trazarĆ­a perfiles biogrĆ”ficos de Hidalgo y Morelos, Santa Anna y Lozada, Maximiliano y JuĆ”rez, DĆ­az y Madero.

El tramo final de la biografĆ­a de Ireneo Paz, escrita por Adame, que con frecuencia cede el protagonismo al hijo de este y padre del poeta, Octavio Paz SolĆ³rzano, dibuja la imagen de un patriarca liberal con sus Ćŗltimos brotes de rebeldĆ­a. Convencido de que el vicepresidente RamĆ³n Corral estaba llevando a la ruina a MĆ©xico publicĆ³ en La Patria un artĆ­culo de tono maderista que lo llevĆ³, nuevamente, a la cĆ”rcel, en febrero de 1911.

El septuagenario Paz, que habĆ­a cuestionado a los ā€œcientĆ­ficosā€, pero sobrellevĆ³ una cercana relaciĆ³n con su lĆ­der, JosĆ© Yves Limantour, que cortejĆ³ a Madero, para muy pronto oponĆ©rsele con la Ćŗltima reapariciĆ³n de El Padre Cobos, demostraba una temeraria capacidad de adaptaciĆ³n a los tiempos del poder. En buena medida, como insinĆŗan las Ćŗltimas pĆ”ginas de este libro voluminoso y detallista, el huertismo del padre serĆ­a corregido por el zapatismo del hijo, de huella perceptible en el gran ensayo del nieto, El laberinto de la soledad (1950).

La riesgosa navegaciĆ³n de Ireneo Paz puede leerse en sintonĆ­a con el poder, pero tambiĆ©n con el derecho inalienable a la oposiciĆ³n. Al final, como relata esta biografĆ­a, fue un liberal que luchĆ³ contra la intervenciĆ³n francesa y el Imperio de Maximiliano, que se opuso a JuĆ”rez y a Lerdo, que respaldĆ³ y resistiĆ³ el porfirismo, que jugĆ³ a la contrarrevoluciĆ³n y tuvo un hijo y un nieto revolucionarios. ~

+ posts

(Santa Clara, Cuba, 1965) es historiador y crĆ­tico literario.


    × Ā 

    Selecciona el paĆ­s o regiĆ³n donde quieres recibir tu revista:

    Ā  Ā  Ā