La politización de Cuesta

La traición de los intelectuales mexicanos. La libertad y la crítica en Jorge Cuesta

Santiago Barrios de la Mora

Universidad Veracruzana/Instituto de Investigaciones Históricas

Ciudad de México, 2024, 270 pp.

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El año pasado la Universidad Veracruzana y la UNAM publicaron un libro de gran interés, La traición de los intelectuales mexicanos. La libertad y la crítica en Jorge Cuesta, del joven historiador Santiago Barrios de la Mora (Ciudad de México, 1992). El estudio se presenta como una exploración del campo referencial del autor de Canto a un dios mineral (1938), desde las premisas académicas de la nueva historia intelectual y conceptual. Pero es más que eso.

Barrios de la Mora parte de una reconstrucción de la obra ensayística del brillante escritor veracruzano y distingue en ella tres periodos: uno de aprendizaje entre 1925 y 1931, en el que eran frecuentes las reseñas y críticas literarias y artísticas; otro entre 1932 y 1936, cuando se produjeron sus principales textos en prosa, sus polémicas decisivas (educación socialista o liberal, literatura nacionalista o vanguardista, autonomía universitaria o control político) en El Universal, Contemporáneos Examen; y uno final, entre 1937 y 1940, en que escribió lo fundamental de su obra poética y su crítica adopta un tono marcadamente filosófico.

El libro menciona aspectos fascinantes de la biografía de Cuesta, que corresponden a esas fases de su obra: sus trabajos en el ingenio azucarero El Potrero y en la Comisión de Salubridad, en el Departamento de Bellas Artes y la Facultad de Química, en el Comité de Salud Pública y en el Departamento de Alcoholes de la Secretaría de Hacienda, su matrimonio con Lupe Marín y su ingreso en el sanatorio psiquiátrico de Mixcoac.

Sin embargo, ninguno de estos aspectos biográficos es desarrollado en el libro, que privilegia el enfoque de historia intelectual. En las polémicas, críticas y ensayos de Cuesta encuentra Barrios de la Mora uno de los momentos más prístinos de perfilamiento del intelectual público en el México del siglo XX. En la escritura del veracruzano el historiador distingue un inventario preciso de las funciones de ese rol bajo el Estado posrevolucionario.

Buena parte del campo referencial, es decir, de las lecturas formativas u orientadoras del pensamiento de Cuesta, estaba compuesto por autores que personificaban el arquetipo del intelectual. En los ejercicios cuantitativos del estudio es posible localizar a los autores más citados por Cuesta, desde una afinidad de sentido. En primer lugar, y con mucha ventaja, estaría Friedrich Nietzsche, luego Charles Baudelaire y André Gide, luego Paul Valéry, luego Karl Marx y, después, más o menos en un mismo rango autores como José Ortega y Gasset, Sigmund Freud, Oswald Spengler, Max Scheler o Julien Benda.

Entre sus contemporáneos, en México, el estudio destaca el diálogo con Ramón López Velarde, Carlos Pellicer, Xavier Villaurrutia, José Gorostiza, Jaime Torres Bodet y Rubén Salazar Mallén. La nómina revelaría el lugar desbordante y, a veces, lateral, que Cuesta ocupó dentro del grupo y la revista Contemporáneos, en los que con frecuencia se le ubica muy protagónicamente.

Aún así, Barrios de la Mora llama a tomar con cuidado las cuantificaciones referenciales, ya que en el momento de máxima politización de Cuesta, en los años treinta, difícilmente otro ensayo pesó tanto como La trahison des clercs (1927) de Benda. A juicio del historiador, citado o no, Benda dotó de una guía analítica a Cuesta, quien pensaba que el panorama de la decadencia del intelectual público en el periodo de entreguerras en Europa y en Francia podía trasladarse perfectamente al México cardenista.

En sus debates con Diego Rivera o Ermilo Abreu Gómez, con Vicente Lombardo Toledano y Narciso Bassols, Cuesta reiteraba la certeza de que las lealtades y pasiones políticas estaban desfigurando el perfil del intelectual público moderno. La traición no se refería a que unos fueran callistas y otros cardenistas, comunistas o católicos, sino a que entronizaran la captura del discurso público desde las ideologías políticas.

De la lectura de Barrios de la Mora se desprenden también ciertas aproximaciones de Cuesta a la crítica del liberalismo por medio de glosas muy agudas de Marx y Nietzsche. Lamentablemente, el tema no se discute de un modo detenido, desaprovechando el diálogo crítico con una ruta de interpretación que ha sido adelantada en ensayos de Guillermo Sheridan, Christopher Domínguez Michael y Jesús Silva-Herzog Márquez. ~


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