Cierto día fueron al bosque y sintieron unos rugidos como de tigres. De pronto vieron que un viejo tigre avanzaba hacia ellos. Corrieron y corrieron y se encontraron con un zorro. El zorro les dijo ¿qué les pasa que vienen a toda velocidad? Un tigre nos corre un tigre, un trigreeee… dijeron. “Bueno, dijo el zorro yo les daré un lugar para que se escondan.”
La narración se trunca. No pude saber cuál era ese lugar que el zorro convidaba a los protagonistas. ¿El escondite los libró del peligro o los puso en mayor riesgo? Un capelo impide dar vuelta a la página de “Los tres chanchitos” (1945), libro infantil tridimensional dibujado y coloreado a mano, presentado al inicio de la muestra Alcira Soust Scaffo. Escribir poesía, ¿vivir dónde? Arriba del libro se levanta una diminuta casa roja de papel, finamente pintada, con una puerta y ventanas dibujadas con soltura. Alcira Soust Scaffo (Durazno, 1924-Montevideo, 1997), educadora, escritora, productora visual y activista, realizó este trabajo siete años antes de partir de su natal Uruguay para llegar a México. La casita roja se mantiene en pie, frágil y estable a la vez. Pareciera el artefacto de papel una metáfora de su vida y obra; el objeto funciona como prólogo: el espacio poético es una posibilidad de libertad, pero se habita únicamente desde la imaginación.
Esta exposición es el primer acercamiento a la obra de Soust y un esfuerzo por construir su archivo. Montada en el vestíbulo del Centro de Documentación Arkheia del Museo Universitario Arte Contemporáneo, es un ejercicio de rescate que activa un lugar para la memoria de producciones culturales hechas desde los márgenes, posibilitando otras narrativas de nuestra historia cultural. En congruencia con ello, el archivo elude los lugares comunes de la visibilización de las mujeres artistas: la belleza física, una personalidad excéntrica, los vínculos con hombres reconocidos en las artes y la cultura nacional o los episodios de locura. Amanda de la Garza y Antonio Santos, curadores de la exposición, evitan enfatizar el episodio que ha construido a la poeta: su encierro en uno de los baños de la Torre de Humanidades durante la ocupación militar de Ciudad Universitaria (CU) en 1968. Se le menciona, pero solo como pasaje que forma parte de un conjunto, de este modo el personaje va más allá de ese sujeto que tanto impresionó a Roberto Bolaño en su novela Amuleto.
La muestra, por el contrario, apuesta por perfilar una figura más compleja. A pesar de ser un reto museográfico, pues se despliega un archivo en construcción, el resultado es potente. El material exhibido se compone principalmente de bocetos, manuscritos, mecanuscritos y apuntes, fotografías familiares y algunos carteles, así como proyectos no documentados y pocas menciones de la época sobre su trabajo. Para potenciar dichos documentos, los curadores se valen de testimonios y de un “mapa” diagramado del recorrido de Alcira por diversas instituciones y personajes a lo largo de seis décadas.
Una pista importante está en el título de la exposición, ¿vivir dónde?, que plantea la problemática del espacio poético y físico para reflexionar acerca de la libertad irresuelta como línea de análisis para la obra de Soust. El encierro en cu no es solo un momento desafortunado en su biografía, sino una metáfora recurrente. “(Recitado) Todo es una prisión / Y la nada también, la noche nada / El infinito encarcelado / En el cero vacío y absoluto.” En este sentido, su obra también piensa la página en blanco: el lugar donde se discute la libertad. Pareciera que, como en las rondas infantiles, hay que dar vueltas y vueltas sobre la página, entender el ir y venir, del mar al bosque, del bosque a la montaña, del sol a la luna, de la luna al sol, y del silencio al viento. “Sin lugar más o menos mío (donde dormir) / Sin lugar donde escribir (“como Dios manda”) / Sin lugar ni donde! Ni qué comer! / Sin lugar donde llorar (sola) / Sin lugar donde ser yo! aquí si al sol.”
El encierro, sin embargo, es únicamente el punto de partida; la muestra hace patente una búsqueda que va más allá, un continuo proceso de liberación. La obra de Soust se despliega como un proyecto de utopía que encuentra en su imposibilidad su razón de ser. Al salir del encierro, el espacio se habita de otra manera. La página en blanco se vuelca en condición de posibilidad, interviniéndola, desbordándose en ella, con múltiples ejercicios, tanto tipográficos y gráficos como onomatopéyicos, y aún más, en acciones concretas como repartir sus poemas mimeografiados por los pasillos de su Facultad de Filosofía y Letras o pegar carteles realizados por ella misma en los muros de la misma facultad.
Todas esas acciones dieron forma a lo que sería, en 1973, el proyecto denominado la Secretaría de la Defensa de la Luz, que tuvo dentro de sus propósitos construir el Jardín Cerrado Emiliano Zapata en el piso inferior de la facultad. Ahí sembró Soust arbustos y árboles que dedicó a poetas y personajes muertos, generando aquel espacio físico que deseaba desbordarse de sus hojas de papel. Apropiarse del espacio, hacerlo uno de encuentro, es una de las metáforas más poderosas del trabajo de Soust, que además coincide con muchas de las prácticas políticas radicales de las décadas de 1960 y 1970 –tanto educativas como culturales, por ejemplo, la Prepa Popular y las ideas de autogestión de José Revueltas.
Alcira Soust se distinguió por ser, a pesar de su excentricidad, una persona que se escondía. No sé qué tan cómoda le parecería la idea de que a su producción le llamemos “obra” y a ella “poeta”, pues ambas son categorías históricas poco tolerantes con una praxis desbordada. Así, más que sus objetos, son sus prácticas las que me parecen seductoras, y las prácticas son difíciles de archivar, significan un reto para toda colección. ¿Cómo catalogar un jardín? ¿Cómo archivar ese espacio concreto del Jardín Cerrado Emiliano Zapata que trasciende lo utópico y crea el lugar del encuentro? Ojalá podamos ir del archivo al bosque sin la necesidad de regresar para, más que habitar, devenir. ~
es curador, historiador del arte y gestor cultural. Actualmente es coordinador curatorial y de
investigación en el Memorial del 68 del Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la UNAM