Ex Machina o el moderno Frankenstein

ยฟEn quรฉ se asemeja la cรฉlebre obra de Mary Shelley a Ex Machina, de Alex Garland?
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Ex Machina (2015) del director Alex Garland, se inspira en Frankenstein o el moderno Prometeo (1818) de Mary W. Shelley. La rebeldรญa de las criaturas con respecto a su creador, que se desarrolla en la pelรญcula, se justifica de alguna forma con los versos del Paraรญso perdido de Milton, que aparecen como epรญgrafe en la novela de Mary W. Shelley, en el que Adรกn le reclama a Dios su trรกgico destino:

Did I request thee, Maker, from my clay

To mould me man? Did I solicit thee

From darkness to promote me?

El optimismo cientรญfico sobre la posibilidad de la animaciรณn de la materia, que generรณ a este legendario personaje de dimensiones mรญticas en el siglo XIX, se encuentra encarnado en pleno siglo XXI, con la temรกtica de los sorprendentes avances en el campo de la Inteligencia Artificial (IA),en la pelรญcula de Garland. Al igual que la novela de Shelley, Ex Machina tambiรฉn plantea las impredecibles consecuencias morales que traen este tipo de innovaciones cientรญficas.

Nathan (Oscar Isaac) es un genio, alcohรณlico y millonario, dueรฑo de una poderosa compaรฑรญa de Internet, quien crea un sofisticado sistema de inteligencia artificial que implanta en un robot femenino llamado Ava (Alicia Vikander). A su vez, Caleb (Domnhall Gleason), joven empleado en la compaรฑรญa de Nathan, gana un premio para visitarlo a su mansiรณn por unos dรญas. El propรณsito de la visita es la interacciรณn con Ava para certificar si la bella androide puede pasar por un ser humano. 

El ambiente claustrofรณbico y automรกtico del laboratorio de Nathan, la soledad en que habita el personaje, los episรณdicos cortes de electricidad y la inusual, y hasta cierto punto grotesca, apariencia mecรกnica del cuerpo de Ava, nos da la impresiรณn de estar presentes en la lectura de una novela gรณtica como es Frankenstein.

Desde el principio de Ex Machina se sospecha que algo desastroso va a ocurrir. Nathan anticipa su destino en un diรกlogo con Caleb al afirmar que un dรญa los inteligentes artificiales nos van a ver como nosotros vemos a los fรณsiles en la planicie de รfrica… somos seres destinados a la extinciรณn. Mรกs adelante, Caleb menciona a Robert Oppenheimer, el creador de la bomba atรณmica, al parafrasear la cita: Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos. El cรฉlebre y violento monstruo de Shelley no pidiรณ regresar de los muertos tanto como Ava, nombre derivado de Eva, primera mujer, madre de todos los mortales, tampoco pidiรณ ser creada.  En esta actitud ambivalente de lo que puede acarrear la ciencia, la criatura se compara con el Adรกn del Paraรญso perdido en el capรญtulo quince de la novela Frankenstein; sin embargo, el monstruo, despuรฉs de haber reflexionado sobre sus letales actividades, cambia su opiniรณn por la de Satanรกs para definir a su naturaleza:

El paraรญso perdido despertรณ en mรญ emociones distintas y mucho mรกs profundas. Lo leรญ (…) como si fuera una historia real (…) Como a Adรกn me habรญan creado sin ninguna aparente relaciรณn con otro ser humano, aunque en todo lo demรกs su situaciรณn era muy distinta a la mรญa. Dios lo habรญa hecho una criatura perfecta, feliz y confiada (…) Pero yo me encontraba desdichado, solo y desamparado. Con frecuencia pensaba en Satanรกs, como el ser que mejor se adecuaba a mi situaciรณn (…)

Nathan y Frankenstein se asemejan a los dioses. En un diรกlogo inicial del filme, el joven Caleb, entusiasmado por presenciar un avance tecnolรณgico de tan grandes proporciones, compara a Nathan con Dios. Igualmente, la estancia de Caleb con Nathan es de siete dรญas, el tiempo en que Dios creรณ al mundo. Ademรกs, Nathan, en uno de sus episodios de ebriedad, se compara con Prometeo: el trรกgico Titรกn griego, amigo y benefactor de los mortales, quien modelรณ a un hombre con arcilla, y que a su vez Zeus castiga por haber robado el fuego a los dioses; Prometeo fue la principal fuente de inspiraciรณn mitolรณgica de Shelley para escribir Frankenstein. Con sus cรกmaras y monitores dispersos en todas las habitaciones de su laboratorio, Nathan es tan omnipresente como un dios que constantemente vigila a sus hijos. Tanto la novela Frankenstein como la pelรญcula Ex Machina son en realidad la historia de un dios falible en continua batalla con su creaciรณn.

Con respecto a las criaturas, ambas tienen en comรบn gran inteligencia y la necesidad de completarse a sรญ mismas para aspirar a  convertirse en seres humanos. Como  prisionera de Nathan,  la  humanidad  de Ava se consumarรญa en el poder escapar del laboratorio y apreciar el mundo exterior. En una de las sesiones, Caleb  narra su versiรณn particular de la cรฉlebre alegorรญa de las cavernas de Platรณn: las mรกquinas son aquellas que se encuentran encerradas en una habitaciรณn, los seres humanos son los que estรกn afuera de ella.

Frankenstein, el personaje de la novela, es muy diferente de la versiรณn cinematogrรกfica de los Estudios Universal, interpretado por Boris Karloff en 1931 y que, hasta la fecha, es la imagen que mรกs se recuerda de la criatura. El monstruo literario prueba tener gran sensibilidad y articulaciรณn de ideas en sus diรกlogos con su creador. Su maldad es selectiva y solamente รฉsta es originada por propรณsitos especรญficos de venganza. A diferencia de Ava, para completar su humanidad, el monstruo pide una compaรฑera con deformaciones fรญsicas similares a las de รฉl. Serรญan como Adรกn y Eva en un paraรญso completamente ajeno a ellos. Al ser negado su deseo, la arrogancia, y gran capacidad expresiva de la criatura en la novela, se muestra en un diรกlogo en el que degrada a su creador a la condiciรณn de esclavo, lo que nuevamente recuerda la rebeldรญa de Satanรกs contra Dios en El paraรญso perdido:

Esclavo, tratarรฉ de razonar contigo, aunque has dado prueba de ser indigno de mi condescendencia. Recuerda que tengo un gran poder; te consideras miserable; pero yo puedo hacerte tan desdichado que la luz del dรญa te resulte odiosa. Tรบ eres mi creador, pero yo soy tu amo ¡obedece!

El monstruo y Ava tambiรฉn comparten el odio hacia su creador: ¡Maldito mi creador!, nos dice la criatura en el capรญtulo quince de la novela de Shelley. Mientras que, en Ex Machina, Ava le reprocha a Nathan: ¿quรฉ es lo que se siente tener a una creaciรณn que detesta a su creador?

Nathan y Frankenstein, a su vez, como dioses falibles que son, subestiman a sus creaciones. Ambos niegan la posibilidad de que รฉstas puedan ser, en cierta manera, superiores a ellos. Ava tiene habilidades que Nathan desconoce. Mientras que Frankenstein, por su parte, ingenuamente cree que su fuerza e inteligencia son comparables a las de su creaciรณn. Por ello se niega a cumplirle sus caprichos, con consecuencias trรกgicas.

Frankenstein ha tenido una notable influencia en la cultura popular contemporรกnea. El trabajo de Shelley ha inspirado numerosas pelรญculas, obras de teatro, historietas cรณmicas, programas de televisiรณn y radio. Como heredera de esta tradiciรณn, Ex Machina es una fresca e inteligente lectura fรญlmica de la novela de Shelley; sin ser una adaptaciรณn, la pelรญcula plantea con tino y sabidurรญa un tema quizรกs inagotable. 

 

 

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